miércoles, 3 de julio de 2013

Determinación de cruzado


Las historias de las cruzadas tienen un alto componente de enganche por lo heroico de su planteamiento de unir el aspecto militar con el religioso con el objetivo de recuperar territorios para la cristiandad.
El asalto de Barbastro en el año 1064 a la llamada del papa Alejandro II es la primera cruzada conocida, aunque su éxito fuera efímero pues fue recuperada por los musulmanes un año después.
El rey Sancho Ramírez de Aragón selló en al año 1068 un vasallaje con el papa que le sirvió para mantener unidos el elemento militar y el religioso en el proceso de reconquista emprendido.
Este planteamiento permitió que él y sus hijos Pedro I, Alfonso I y Ramiro II realizaran este proceso de reconquista de una forma muy rápida por la determinación para recuperar el territorio cristiano.
Los valores cristianos eran la fuerza que daba legitimidad a la misión de recuperar el territorio al infiel. En la etapa de las cruzadas, la toma de Jerusalén era la visión que posibilitaba las acciones militares. Pero los intereses no eran platónicos.
Manuel Iglesias en su “Historia de la Ribagorza” comenta: “Bajo la capa de piedad y obra santa se ocultaban también la codicia y las ansias de botín, por el que muchos se alistaban para la guerra, lo estipulaban con anterioridad y lo exigían tras la victoria.”
En ocasiones, esta ansia de botín ya se daba en el propio proceso de acudir al llamamiento a la cruzada como ocurrió en la provincia de Huesca en julio del año 1320 a la llamada de Jaime II.
El 2 de julio de 1320 llegaron a Ainsa miles de personas procedentes de Francia con dirección a la cruzada que había convocado Jaime II el 16 de Junio. Este "ejército" recibe el nombre de "Pastorells".
Se había formado en junio con la intención de acudir a la cruzada convocada por el rey de Francia, pero los desmanes que fueron provocando hicieron que se desconvocara. Así, al oír de la convocatoria de cruzada desde Aragón, acudieron a ella.
Sin embargo, Jaime II al conocer los problemas que existían en la frontera, también desconvocó la cruzada el 25 de junio. Pero, el fanático y hambriento "ejército" ya estaba en camino.
Se dirigían a Sarrión, al sur de Teruel, con prisas porque la cruzada partía a primeros de Julio. Testigos del juicio que se hizo en agosto de 1320 en Barbastro dicen que eran unas 5.000 personas.
En la mañana del 3 de Julio de 1320 ocurrió la masacre de la comunidad judía de Monclús por parte del "ejército" de cruzados. Las fuentes oficiales hablan de 337, aunque se pudo incrementar para multar más a los nobles por permitir la matanza.
Esa misma tarde esta multitud llega a Naval donde expolian la morería, pero no hay masacre al refugiarse en el castillo. El 4 de julio de 1320 llegan a Barbastro, donde no se les deja entrar acampando junto a la actual Iglesia de San Francisco.

El rey de Aragón va al encuentro de esta multitud para recuperar lo robado y hacerla volver a Francia. En el mes de agosto se hace un juicio en Barbastro para conocer los hechos ocurridos en Monclús y penar a los culpables y personas que lo posibilitaron.
Como se ha comentado y ejemplificado, el concepto de cruzada permitió una determinación para la acción militar al unirla a unos valores, misión y visión propiamente espirituales.
Esta herramienta de definición de los valores, misión y visión se utiliza igualmente en el ámbito empresarial en el área de Política Estratégica, siendo muy útil en escenarios de crisis y en el comienzo de la actividad.
Su principal utilidad estriba en posibilitar la determinación y la energía necesarias para alinear los recursos de la empresa con la estrategia adecuada para posibilitar la viabilidad del proyecto.
En épocas de crecimiento económico las empresas suelen funcionar de forma automática siguiendo la propia dinámica que se establece por la propia operativa de las distintas áreas funcionales.
Sin embargo, cuando el mercado está paralizado o en retroceso es necesario volver a los motivos que llevaron a la creación de la empresa con el objetivo de replantear la dirección.

Los valores, la misión y la visión de una empresa ayudan a afirmarse en la razón de ser del proyecto alineando los recursos disponibles en la dirección necesaria para lograr su cometido con la determinación del cruzado.

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