En un momento en que parece que la formación continua empresarial debería adecuarse a los entornos de las nuevas tecnologías de Internet, es muy necesaria la formación presencial no tanto para recibir información como para intercambiar competencias.
El catedrático Henry Mitzberg dice que el mejor modo de aprender es reflexionando y aprendiendo de la propia experiencia con otros colegas, intercambiando la forma como cada uno de nosotros hemos afrontado una determinada situación.
Se trata de una autoaprendizaje grupal muy necesario en momentos de incertidumbre como los actuales, especialmente para los responsables de las pequeñas empresas que tienen que tomar en solitario las decisiones.
El poder compartir experiencias sobre una determinada situación hace que se muestren las competencias necesarias para afrontarlo y que quienes escuchamos seamos conscientes de las mismas para aplicarlas nosotros mismos.
No se trata de facilitar una gran cantidad de información, como si se tratara de una clase tradicional, sino de exponer la forma como hemos hecho las cosas, de intercambiar las experiencias que hemos tenido.
El objetivo es vivenciar la forma de como afrontar una situación para posteriormente desplegar las acciones que sean necesarias. Es ir de la emoción, a la acción y a la información, y no al contrario, como sucede en la formación tradicional.
Este tipo de aprendizaje se hace en grupos reducidos de 6 a 12 personas con una duración entre 45 y 75 minutos. Dependiendo de la tipología del grupo se requiere la presencia de un moderador para dirigir la sesión.
Con el objetivo de focalizar las sesiones de autoaprendizaje, se puede preparar previamente determinados materiales y ejercicios prácticos sobre un tema concreto para orientar el intercambio de opiniones y experiencias.
Igualmente, este material nos puede servir para seguir reflexionando sobre la cuestión cuando volvamos a nuestra empresa. También, mantenemos la relación con los otros compañeros del grupo por si necesitamos su apoyo posterior.
Ya en nuestra empresa, tendremos que decicir que cambios podemos hacer en nuestra organización para mejorar en las competencias, tanto en lo que se refiere a nuestros compañeros como a posibles proveedores externos.
En las instalaciones CEEIAragón de Huesca hemos organizado una sesión para compartir experiencias sobre la gestión de la morosidad, debido a la importancia que está teniendo esta problemática actualmente.
Debido a esta relevancia, es posible encontrar libros actualizados sobre esta temática al igual que seminarios. Sin embargo, el gestor de la pequeña empresa suele acabar pillado por las urgencias del día a día para aplicar ciertos criterios de eficacia en la gestión de la morosidad.
Y, la mayoría de la veces, acaba pidiendo ayuda a la gestoría administrativa cuando los plazos de la morosidad se han alargado ya en demasía, y se han complicado también las relaciones con los clientes afectados.
De aquí, la importancia de tomar consciencia de la necesidad de una gestión adecuada en esta problemática. Y la mejor forma de hacerlo es escucharlo de otras personas de tu mismo ámbito empresarial.
Así, en el caso de la gestión de la morosidad, los expertos nos aconsejan que integremos estos tres aspectos en nuestra empresa: una polica preventiva de cobro, un circuito de seguimiento del crédito de clientes y seguir un protocolo de reclamación de impagados.
Una política preventiva de cobro supone tomar consciencia del circuito administrativo desde la entrega de la mercancia o servicio hasta el pago, para tomar las medidas adecuadas que posibiliten la minimización de las incidencias.
Un circuito de seguimiento del crédito de cada cliente conlleva el valorar inicialmente la cantidad y gestionar su cumpliento evitando que haya incumplimientos debido al solapamiento de los pedidos o la desinformación entre personas de la propia empresa.
Finalmente, una vez acontecido un impago, es conveniente el seguir rigurosamente un protocolo de la reclamación de los impagados a los pocos días de su incumplimiento hasta lograr el objetivo de su cobro.
Lo mismo se podría decir de otras temáticas. En la mayoría de las ocasiones, ya hay respuestas para las situaciones que tenemos que afrontar, únicamente tenemos que plantearlas adecuadamente adaptándolas a nuestras circunstancias.
Acabamos con otra cita del catedrático Henry Mitzberg referente a la formación. Dice que si queremos que las personas sean capaces de gestionar y liderar eficazmente, necesitamos un enfoque de formación diferente.
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