martes, 29 de mayo de 2018

El futuro de(l) Huesca


El futuro de(l) Huesca

La tarde del 21 de mayo la ciudad de Huesca desprendía una tensión y una confianza en un partido de fútbol que se iba a celebrar a casi mil kilómetros de distancia.
Se veía a personas que llevaban camisetas o bufandas del club, que se iban incrementando conforme llegaba la hora. Los escaparates de las tiendas hacían alusiones de ánimo con frases como “Vamos”.
Finalmente se cumplieron los pronósticos y esa noche el equipo de Huesca aseguraba el ascenso a la primera división. Mucha alegría en la población pensando en lo positivo que iba a ser para la ciudad y su provincia.
Se hablaba de la repercusión en la publicidad en los medios de comunicación nacionales e internacionales, así como las personas de fuera que vendrían a ver los partidos.
La Asociación de Comerciantes animaba a que se mantuvieran abiertos los comercios del centro los domingos que hubiera partido, aproximadamente cada dos meses. Algunos establecimientos empezaron las reformas para estar preparados.

Mientras, el entrenador aseguraba que ya no iba a estar la próxima temporada, pero que habría aprendido mucho del tiempo pasado en el club y en la propia ciudad de Huesca.
Este entrenador se iba con sus dos asistentes. Escuchaba en la radio que era la primera vez que al Huesca llegaba este tipo de organización colegiada, pero se ha visto que ha funcionado.
En el éxito del equipo de fútbol del Huesca han confluido talento y gestión del talento en las distintas áreas. Desde el fichaje de jugadores, el entrenamiento, la gestión económica, la comunicación y el apoyo de los socios.
Los medios de comunicación han incidido en la gestión económica, siendo uno de los cinco equipos de la segunda división con el presupuesto menor, y en la evitación sistemática del endeudamiento.
Los mismos factores que influyen en todo proyecto empresarial, donde cada vez es más importante la atracción y la gestión del talento como catalizadores de los demás factores.

Una ciudad es un conjunto de grupos con distintos intereses y afinidades que es necesario acompasar. Como organización puede influenciar directamente sobre la gestión de su personal y las inversiones.
Puede parecer poco, pero es mucho, porque facilita la vertebración del resto de los proyectos que confluyen en la ciudad e influye directamente en la atracción y la retención del talento.
En los años 80 del siglo XX se pusieron de modo los Planes Estratégicos de las ciudades basados en la creación de infraestructuras clave que facilitaran la transformación.
Paradigmático en España fue Bilbao con la transformación de un área industrial decadente a partir del museo Guggenheim. Otras ciudades apostaron por la creación de infraestructuras en torno a un evento de transcendencia internacional.
Sevilla con la Expo 92, Barcelona con los Juegos Olímpicos, la misma Zaragoza con Expo Agua, Valencia con el campeonato del mundo de vela y otras ciudades como capitales culturales.
La crisis económica del 2007 y la menor llegada de subvenciones europeas para infraestructuras han hecho que ese modelo haya dejado de ser posible por la falta de financiación.
Esto ha llevado a la potenciación de eventos de menor nivel, pero que influyen directamente en el tejido empresarial. Pueden ser de tipo cultural, asociativo, deportivo, congresual o de otro tipo.

En un tiempo de “modernidad líquida” e interacción global nunca ha sido tan importante la gestión de lo micro sobre lo macro, donde la capacidad adaptativa del talento marca la diferencia.
Esperemos que el lema del Huesca “siempre fieles, sin reblar” ayude a que el equipo pueda mantener la categoría la próxima temporada optimizando al máximo sus posibilidades.
Esperemos, también, que este espíritu de equipo se contagie en el entramado social y empresarial no únicamente de la ciudad, sino también de la provincia, logrando los resultados mejores posibles.



Daniel VALLÉS TURMO

miércoles, 23 de mayo de 2018

Nueva Savia


Nueva savia
Recuerdo como mi tío Antonio Iglesias me acompañó a matricularme a la Universidad Autónoma de Barcelona en el verano de 1986. La recuerdo como una persona que siempre me transmitió vitalidad e inspiración al conocimiento.
Cincuenta años antes, en el verano de 1936, sus tíos se lo llevaron del Monasterio del Pueyo de Barbastro donde estaba estudiando ante los rumores que había en la ciudad. Apenas han pasado 3 generaciones.

Monasterio del Pueyo
Se libró del martirio que sufrieron 18 personas que allí residían entre el 5 y el 28 de agosto. No se pudo librar, sin embargo, de estar militarizado durante la Guerra Civil y varios años posteriores. No me cansaría de contar sus vivencias.
Cada vez que subo a la atalaya privilegiada que es El Pueyo de Barbastro me acuerdo de mi tío Antonio y mi tía Margarita. Sus vistas ahondan en la historia de quienes hemos nacido en el Somontano. Es un lugar inspirador para el futuro.

Hacia el este, la Sierra de la Carrodilla, veo las paredes donde se encontraron los restos humanos más antiguos de Aragón, hace 40 mil años en la Cueva del Moro de Gabasa. Recuerdo acompañar al padre Enrique allí. Más de 1.300 generaciones.
Lo mismo ocurre si miro hacia el noroeste, donde vislumbro el Parque Rupestre del Río Vero con sus pinturas neolíticas de hace 8 mil años (260 generaciones) y los dolmenes de hace 4.500 años (150 generaciones).

Cueva del Forau del Cocho con el Pueyo al fondo
Hacia el sur sitúo el Almerge con sus restos íberos de hace 2.500 años (80 generaciones) y en un altozano, Berbegal, a cuyos pies pasaba la primera calzada romana de Tarraco a Osca hace 2.000 años (65 generaciones).
Doy la vuelta al monasterio para volver a mirar al norte y vislumbrar las ciudades romanas de Labitolosa y Barbotum. La primera desapareció hace 1.700 años (55 generaciones) y la segunda hace 1.500 años (50 generaciones).
El tozal del Asba queda a la derecha de la Sierra de Sevil. En su cara norte está la Cueva de Foradada con restos visigodos de hace 1.400 años (45 generaciones) que podemos ver en el Museo de Huesca. Aconsejo la visita a este museo.

Vuelvo hacia la vertiente suroeste por donde vinieron las tropas árabes desde Zaragoza hace 1.300 años (42 generaciones) que seguramente subieron a esta atalaya para divisar el horizonte.
Dos cientos años después, año 1100 (30 generaciones), Pedro I se preparaba en el castillo que hizo construir en su alto con la imagen de Santa Fe en la falda del caballo antes de tomar definitivamente la ciudad de Barbastro.
Un año después, 1101, es cuando la tradición dice que se apareció la Virgen a un pastor llamado Balandrán. El año 1251 (hace 25 generaciones), el rey Jaime I establece una capellanía.
Desde entonces ha ido creciendo el recinto con los años. Primero, una inicial iglesia y claustro románicos y posteriormente se amplían al estilo gótico. Vuelvo a mirar hacia el este a Barbastro. Intuyo la catedral. Este año se cumple 500 años (17 generaciones) del comienzo de la catedral costeada por sus ciudadanos con el objetivo de volver a ser obispado. Se logra en el año 1573 (hace 15 generaciones).
En 1680 (hace 11 generaciones) el santuario es agrandado y remozado. Pero en el año 1843 (hace 6 generaciones), durante una desamortización, los terrenos del Pueyo se pusieron a subasta en la ciudad de Huesca, para posteriormente salir a subasta en Barbastro. Unos vecinos de Barbastro realizaron una cabalgada a relevos para que siguieran perteneciendo a la ciudad. Lo lograron.
En 1889 (hace 4 generaciones) se establece la Orden de San Benito hasta que lo entregaron en 1962 (hace casi 2 generaciones) a los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María que estuvieron presentes hasta que en el 2009 toma las riendas el Instituto del Verbo Encarnado que mantienen con vida el recinto monástico.

Desde el altozano del Pueyo impresionan los Pirineos al norte, pero también el paisaje humanizado transformado por la economía generación tras generación desde hace miles de años.
Tenemos que ser conscientes que no somos propietarios de este entorno, sino que tenemos el regalo de poder disfrutarlo sosteniblemente hasta que llegue nueva savia que le siga dando vida. La economía no es un fin, sino un medio.
Por cierto, mi tío Antonio fue muy avispado para los negocios. Seguramente sus años de resiliencia en la Guerra Civil y su capacidad para socializar hicieron que fuera muy fácil para él la tarea de comerciar.

Rutas en el Blog Caminos de Barbastro para conocer El Pueyo de Barbastro,


Daniel VALLÉS TURMO

Artículo publicado en Diario del Altoaragón el 23 de mayo de 2018

martes, 8 de mayo de 2018

Agilidad y sencillez


Agilidad y sencillez
El próximo mes de junio nos juntamos en Barcelona para celebrar el 25 aniversario de la finalización del MBA (Master Business Administration) de ESADE donde compartimos dos años muy intensos de nuestras vidas.
Sensación de “Tempus Fugit” (el tiempo pasa), que ya sentí cuando en el 2016 nos juntamos los compañeros del bachillerato para celebrar el cumplir 50 años tras 32 años sin vernos muchos de los que acudimos.
Pero esta vez lo veo como una oportunidad que te da la vida para compartir experiencias y celebrar un encuentro de personas que hace 25 años compartimos ilusiones.

Recordando aquella época soy consciente de la importancia que tiene en nuestra memoria el cine. Respecto al ámbito empresarial fueron un éxito las películas “Wall Street” (1987), “Armas de Mujer” (1988) y “Pretty Woman” (1990).
Películas donde se retrata el momento de la especulación con la adquisición de empresas desde el ámbito de las finanzas. Los protagonistas se creían “amos de universo”.
En 1991 se publicó un libro emblemático “American Psycho”, donde se describe desgarradamente al modo de vida de los llamados “yuppies” de finales de los 80, resaltando sus peores aspectos.
En el MBA se vivía esa fiebre del mundo financiero con la valoración de empresas, el apalancamiento y los derivados que comenzaban a tener su sitio, desconocedores de que iban a ser el origen de la “Gran Crisis” del 2007. La película del 2013 “El lobo de Wall Street” retrata como se coció.

Sin embargo, la ofimática e Internet estaban todavía poco desarrollados, por lo que la información y los conocimientos técnicos eran muy importantes. Realmente, era un mundo mucho más sencillo y menos ágil que el actual.
Un mundo en que parecía que todo estaba controlado. En que el TIR (Tasa Interna de Retorno) se calculaba con la calculadora “HP 19B II” que todos teníamos encima de la mesa cuando había que valorar un proyecto.

Calculadora HP 19 BII
Ese entorno no era precisamente el que se retrata en las películas comentadas, donde prevalece el engaño y la información privilegiada, donde las relaciones son “entre lobos”.
Me pregunto si todavía en el inconsciente colectivo mantenemos como modelos de éxito a los ejecutivos o empresarios depredadores y si es necesario dejar atrás el paradigma de “lobos y ovejas”, el cuento “que viene el lobo” y el dicho de “los lobos con piel de cordero”.

Perro guardando un rebaño en el Valle de Plan
Porque si mantenemos estas creencias, seguimos “alimentando al lobo” y a la desigualdad social que parece que asumimos como mal necesario de la naturaleza humana, y nos protegemos en el individualismo de “mientras no me toque a mí”.
Un paradigma que sostiene el “negocio del miedo” que mantienen las empresas que satisfacen esa necesidad. Te levantas y en la radio suena una anuncio que escenifica que han robado a los vecinos de al lado.
Es necesario socializar otros paradigma. Así, todo lo contrario a este miedo es la labor que hace el empresario Schinder para proteger la vida de cientos de judíos que iban a un destino fatal. Por cierto, la película “La lista de Schinder” es del año 1993.
La películas más recientes sobre emprendedores, como “Joy” (inventora de la mopa mágica) y “Steve Jobs” (fundador de Apple), ambas del 2015, se centran en el arduo trabajo que ha tenido que desarrollar para hacer viables sus empresas, con sus luces y sus sombras. Es una cultura del esfuerzo, ya no de la especulación.
Tal vez debería hacerse una película sobre los fundadores de dos empresas españolas cuyos casos se estudian en todas al escuelas de negocio del mundo, Amancio Ortega (Zara) y Juan Roig (Mercadona), para difundir a la sociedad sus modelos de negocio y, especialmente, el esfuerzo que requiere el día a día.
Así, Juan Roig remarca en la memoria anual del año 2017: “En Mercadona estamos inmersos en un gran cambio disruptivo y la agilidad, la sencillez y la contrastación han llegado para quedarse”.
Sin duda, una cultura del esfuerzo muy distinta a la cultura especulativa que las películas norteamericanas llevaron a las pantallas hace 25 años. Pero, también es necesaria la eficacia en la empresa; por ello contra la aceleración y complejidad del entorno, el antídoto es la agilidad y la sencillez.

Daniel VALLÉS TURMO


martes, 1 de mayo de 2018

Emprendedores conquistadores


El pasado 27 de abril se celebró un acto en Zaragoza de la conmemoración del 30 aniversario de los prestigiosos Premios ReyJaime I, contando con la presencia de los tres aragoneses que han recibido dicho galardón.

Participantes en las mesas redondas
Luis Oro, Investigación Básica 1999, y Oscar Landeta (CertestBiotec) y Alicia Asín (Libelium) ambos premiados en la categoría Emprendedor en los año 2015 y 2017 respectivamente.
Los patrocinadores de la categoría Emprendedor son Mercadona junto a EDEM Escuela de Empresarios y la Asociación Valenciana de Empresario (AVE). Los próximos 4 y 5 de junio se celebrará la reunión de jurados que tendrán que elegir a los ganadores de los Premios Rey Jaime I 2018. Ojalá resulté ganador otro emprendedor de nuestra región y, a ser posible, de nuestra provincia.
Las dos mesas del acto fueron extraordinarias por la propia presencia de los que estaban en ella, hablando claro desde su realidad y con ganas de seguir adelante con sus proyectos.
Para los ganadores el premio ha sido un gran revulsivo para continuar haciendo crecer sus empresas. Actualmente ya no son únicamente referentes en nuestra región, sino en España y el mundo.
Para los patrocinadores de esta categoría saber captar, retener e impulsar el talento supone una responsabilidad que contribuye al crecimiento de la sociedad y a su compromiso con el entorno.

El logotipo de los Premios Jaime I es una medalla de oro en el que está la silueta del rey montado a caballo. Tiene el sobrenombre de “El Conquistador” por la expansión territorial que realizó.

Logotipo Premios Rey Jaime I
Tal vez, habría que actualizarlo a la idiosincrasia actual como “El Emprendedor”, en referencia a la capacidad de iniciar “empresas”. La primera acepción del diccionario es: “Acción ardua y dificultosa que valerosamente se comienza”.

Jaime I tiene una alta valoración en la ciudad de Monzón, en cuyo castillo estuvo bajo la tutela de los caballeros templarios tras la muerte de sus padre Pedro II en la batalla de Muret (1213). Orgullosos de este pasado mantienen fieles su memoria histórica.
Vale la pena dedicar uno o dos días a realizar la Ruta del Temple que comienza en el castillo de Monzón y continúa por los castillos de Lleida, Miravet, Tortosa y Peñíscola para reconocer lo que supuso esa época de expansión de la Corona de Aragón.
Parte del recorrido se hace siguiendo el río Ebro hasta su desembocadura en el mar. Por el mismo río que las navatas bajaron los esbeltos pinos desde Pineta que sirvieron para construir los navíos que utilizó Jaime I en sus conquistas.
Esa ruta comercial supuso el intercambio de otros productos hacia el Altoaragón, siendo uno de los más significativos el vino del Priorato y la Terra Alta de la provincia de Tarragona.

También vale la pena visitar las bodegas modernistas de Tarragona que se han ganado el nombre de “Catedrales del Vino”. De esas bodegas salieron miles de toneles que llegaron a la estación de tren de Barbastro, como podemos ver en las fotos antiguas.
Junto a la estación estaba Vinos Montañés, que era uno de los que más importaban vino para unos pueblos del Altoaragón que estaban repletos todavía de gente que consumían vino.
El vino de Tarragona tiene una graduación de 12 grados, que como tradicionalmente se dice, subía de grado en la montaña favoreciendo su conservación a lo largo de año.
Cuando era niño recuerdo ir con la garrafa a comprar vino a granel a Fábregas (en la Plaza de San Francisco), a La Costeana (en la calle El Cascajo) y a Tío Paco (en la calle Monzón). Realmente, se consumía mucho vino en las casas.
Todavía podemos comprar vino a granel de Tarragona en Vinos Murillo (al comienzo de la Vía Taurina) pudiendo elegir entre clarete y tinto. Cada vez que relleno la garrafa me siento un poco unido a mis antepasados que lo consumieron durante cientos de años.

Garrafa con vino a granel del Priorato
En la misma tienda podemos comprar buenos vinos del Somontano entre las decenas de botellas que se exponen, entre ellas el Glárima de Sommos que se sirvió en el CaixaForum de Zaragoza al finalizar el acto de conmemoración.

Daniel VALLÉS TURMO

Artículo publicado en el Diario del Altoaragón el 2 de mayo de 2018