lunes, 26 de mayo de 2014

Presentarnos


En el proceso de “Start Up” (comienzo) de una empresa es necesario presentarnos para dar a conocernos a distintas personas con finalidades igualmente diferentes unas de otras.
En esta presentación pública debemos considerar previamente tanto los aspectos formales (¿cómo lo vamos a hacer?) como el contenido (¿qué objetivo estamos buscando?).

La forma más tradicional es el Plan de Empresa, que sería una forma de presentación escrita. Pero, también, podemos hacerlo de forma presencial a través de una reunión o una presentación.
Se suele comenzar entregando el Plan de Empresa, muy a menudo, haciéndolo lo más grueso posible pensando que dará más impresión. Aunque, tal vez, antes deberíamos pasar unas etapas.

La primera sería mostrar el interés de la persona con la que queremos contactar. Lo hacemos de forma verbal, bien por teléfono si tenemos referencias de otra persona, bien personalmente.
Tendríamos que ser capaces de poder hacerlo en dos minutos. Para ello tenemos que memorizarlos y ensayarlo hasta que suene convincente. La metodología del Lienzo de Modelo de Negocio nos puede ayudar como guión.

El objetivo de este primer encuentro es que la otra persona nos facilite la oportunidad para que le hagamos una presentación del proyecto. No le pidamos mucho tiempo, con 20 minutos es suficiente.
Para esa presentación, llevaremos preparada una presentación formal de unos 5 minutos. Lo importante es conocer el interés de la otra persona, no impresionar con un montón de información.
Podemos entregarle un pequeño dossier (máximo 5 páginas) con los aspectos más importantes de la presentación. Podría ser el caso de un Resumen Ejecutivo del Plan de Empresa.

El Plan de Empresa lo llevamos para poder contestar a las preguntas que nos hagan o ampliar algún elemento específico. Lo más adecuado sería no entregarlo esa misma reunión, sino hacerlo llegar con alguna personalización.
¿Qué buscamos? Al comienzo de un proyecto empresarial podemos buscar socios o trabajadores clave, financiación o clientes, que pueden ser otras empresas o personas físicas.

En el caso de un socio o un trabajador clave, hemos de pensar que a la otra persona lo que más le suele preocupar, además que sea interesante el proyecto, es “qué pinto yo aquí”.
A las personas o entidades que nos van a facilitar alguna financiación (subvención o crédito) les va a preocupar que seamos capaces de devolver el préstamo en el plazo acordado.
Así, lo que quieren conocer es “cómo hacemos para tener dinero”. Se trata de profundizar en la parte de creación de valor del Lienzo de Modelo de Negocio para que comprendan el ciclo de generación del dinero.

Si estamos buscando un cliente, que es una persona física, habremos de estar atentos a sus necesidades y a la fase de compra en la que se encuentra. El Mapa de Empatía y el Lienzo de Modelo de Negocio nos pueden ser útiles.
El Mapa de Empatía es una herramienta que nos posibilita tener una metodología para descubrir estrategias que el cliente tiene que considerar para aminorar los miedos y riesgos que le impiden comprar.

El módulo de Canales del Lienzo es otra herramienta que nos facilita una estructura para determinar la fase en la que se encuentra el cliente: búsqueda de información o evaluación de distintas posibilidades.
Si el cliente que buscamos es otra empresa, nos será útil determinar su Modelo de Negocio para conocer como encajamos en la manera como crea valor para sus clientes.

Así, podemos ser un proveedor en la propuesta de valor que realice (¿por qué le compran?), en el canal (¿cómo llega a sus clientes?), o en la relación con los mismos (¿por qué repiten?).

También, es posible que seamos un recurso clave (¿qué necesita su negocio?) o una actividad clave (¿cómo funciona su negocio?). En todo caso, deberíamos informarnos cómo funciona su empresa.

jueves, 15 de mayo de 2014

Micro y macro

El ojo humano es un órgano muy eficaz que adapta el enfoque a la distancia donde focalizamos. Hasta que los músculos van perdiendo tono y se produce la presbicia. Entonces, necesitamos unas gafas para ver de cerca.

Esta realidad de lo macro y lo micro, las distancias largas y las cortas, se pueden también enmarcar en el ámbito empresarial. Así, siempre se ha hablado de “miopía” al no saber ver la tendencia del mercado.

De igual forma, es muy difícil implementar las estrategias. Aquello que “el papel lo aguanta todo” y “una cosa es predicar y otra distinta dar trigo”. Este caso sería otra prolongación de la dificultad de enfocar.

Es el fenómeno de los libros de autoayuda, que nos dan mucho optimismo al leerlos, creyendo que ya hemos dado con la herramienta adecuada, pero que son muy complicados de llevar a la práctica por uno mismo.

Vamos a tratar cómo se plasma esta dificultad de enfoque en el área de gestión de clientes, donde también tenemos que lidiar con una perspectiva macro y otra perspectiva micro.

La vertiente macro nos viene dada por el enfoque tradicional del Marketing, que en el caso de la gestión de los clientes, supone el hacer recorrer al cliente una serie de etapas.

Son las llamadas fases del cliente. A saber: conozcan nuestro producto o servicio, valoren nuestra oferta, lo compren, lo reciban y queden satisfechos con la relación posventa para fidelizarlos.

Para favorecer esta transición de las fases utilizamos distintos canales de relación con el cliente. Así, los tradicionales como la visita comercial o anuncios en los medios de comunicación.

Y los que han venido con la era Internet y la telefonía móvil, el correo electrónico, las páginas webs, las redes sociales, las aplicaciones para Smartphone o el comercio electrónico.

Cuando planificamos el diseño de estos canales, lo solemos hacer de una forma macro. Es decir, destinado a un cliente general o a unos segmentos de clientes definidos.

La vertiente micro es el “embudo” que diseñamos con cada campaña y oportunidad de posible cliente una vez que ya nos conocen o establecemos una estrategia de marketing para acceder a ellos.

Una vez que hemos filtrado aquellos clientes que vamos a tratar, comienza la labor de análisis de las necesidades que tienen y la propuesta de valor ajustada que le podemos aportar.

Le sigue la realización de dicha oferta, el proceso de negociación de la propuesta de valor y del precio, hasta que bien logramos una venta o ha quedado desestimada la oferta por el cliente.

En tiempos de bonanza, cuando hay demanda de nuestros productos o servicios, no se suelen ver los desajustes entre estas dos perspectivas de lo macro y lo micro. Se percibe en momentos que la demanda ha disminuido.

Es similar a lo que ocurre con la calidad y con los sobrecostes de producción. El agua que llenaba la piscina no nos dejaba ver las piedras y la suciedad que se estaba depositando en el fondo.

En las etapas que es necesario restructurar la propuesta de valor ofrecida o buscar nuevos nichos de mercado, el enfoque en las estrategias micro nos permite testar la respuesta por parte del mercado.

Una vez que hemos visto que esa propuesta de valor se ajusta, podemos amplificarla a un segmento de cliente homogéneo a través de los canales que consideremos oportunos.

Al partir de una hipótesis de negocio determinada, podremos medir adecuadamente el éxito de los canales elegidos para ir adaptando las estrategias sucesivamente hasta optimizarlas.

La utilización de un sencillo sistema de  CRM nos permitirá el poder disponer de informes que nos ayudarán a poder tomar las decisiones basándonos en la experiencia previa.


Así mismo, las metodologías del Lienzo de Modelo de Negocio y de Desarrollo de Cliente nos facilitan la definición de las estrategias para que puedan ser fácilmente testadas e implementadas.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Redes emocionales

Les llamamos redes sociales, pero deberíamos llamarlas redes emocionales. Los contenidos que más éxito tienen son aquellos que nos afectan de una forma más emocional.
El pasado día 25 de abril hice esta prueba en Facebook para ver que publicación tenía más aceptación al promocionarla con un alcance de 10 euros para llegar a los fans y amigos de la página Caminos de Barbastro.

La primera publicación tenía como ilustración una foto satélite de la ruta con tres fotografías del recorrido. Así, una loma con prados, un mar de nubes y la ermita de Torm.
La segunda publicación la misma foto de la loma con prados que se muestra en la primera, añadiéndole un primer plano del perro que aparece pasando delante de la cámara.

El texto de la primera publicación decía: “Circular de La Torre de Buira. Una ruta circular de 8,5 kilómetros y unas 4 horas de recorrido mixto entre bosques y pastos. Excepcionales vistas del Pirineo y la visita al paraje idílico de la Ermita de Torm”.
El texto de la segunda publicación: “Un Ángel de la Guarda en la Torre de Buira. Estaba preparando el GPS en el coche con puerta abierta y he notado el lamido de un perro blanco. Había niebla. Desde el principio me ha seguido”.
“Ha sido un verdadero Ángel de la Guarda en dos ocasiones. Primero, enseñándome el camino en un bosque sin visibilidad y, segundo, mostrándome el camino de bajada al pueblo a través de un bosque”.
“Como contraprestación, hemos compartido la comida y le he protegido de los caballos que le daban miedo. Ha vuelto a su casa y yo al coche”. A ambos textos se agregaba el link de acceso al artículo en el blog”.

La aceptación de la primera publicación, que ha logrado 99 “me gustas” y un alcance a 6.004 personas, ha sido menor que la segunda, con 257 “me gustas” y un alcance a 7.220 personas. La aceptación ha sido un 159% mayor y el alcance un 20% mayor.
Igualmente, la segunda publicación se ha compartido más veces, 19 sobre 14, y ha sido más participativa al tener más comentarios, 18 sobre 8. Estos dos aspectos han posibilitado el mayor alcance.
Sin embargo, la eficacia de la primera publicación ha sido mayor. El número de clics en el enlace ha sido de 39, mientras que en la segunda publicación ha sido de 12. Así, un 225% más eficaz.

Igualmente, ha sido sensiblemente superior la eficacia en captar nuevos fans para ganar audiencia la página. Así, 13 nuevos fans con la primera publicación y 11 nuevos con la segunda.
Respecto a los clics realizados en la publicación, además del comentado del enlace, ha sido mayor la visualización de las fotos en la segunda publicación que en la primera, 193 y 157 respectivamente.

Muy interesante ha sido el descubrir el diferente perfil demográfico de las personas que han interactuado con ambas publicaciones al encontrar unas diferencias significativa en la variable sexo.
El porcentaje de mujeres que han interactuado en la primera publicación es de un 40,1% y el de hombres un 59,9%. Mientras que en la segunda es un 65,3% y un 34,7% respectivamente.
Así, en la segunda publicación, la participación de las mujeres casi supera a la de los hombres, mientras que en la primera ocurre casi el fenómeno contrario, la preponderancia de los varones.

Hay que decir que en las estadísticas acumuladas de la página es sensiblemente superior la participación de las mujeres (56%) que la de los hombres (43%) en las personas que interactúan.
Evidentemente, el reparto de las publicaciones de Facebook no se realiza aleatoriamente, sino que busca nuevos lectores de una  publicación sugiriendo que le ha gustado o la ha comentado algún conocido.
Pero, ha quedado claro como un mismo contenido, el querer publicitar una ruta turística, tiene una mayor difusión y aceptación cuando lo revestimos con una historia que emociona, como es el caso de la del perro guía.

Sin embargo, hemos visto como la eficacia de clics en el enlace es superior en la publicación con un contenido menos emocional que muestra visualmente lo que se ofrece.

Segmentación

La globalización de los mercados y la capacidad que nos da Internet para alcanzar cualquier mercado, hace que nos olvidemos de un principio básico desde los inicios del marketing, la segmentación.
Es muy difícil que tengamos éxito en un mercado amplio si no hemos realizado previamente esta selección. Por llegar a más público, no significa que tengamos más éxito.
Sin embargo, si somos competitivos para un determinado grupo de clientes, nos podremos aprovechar de las nuevas tecnologías para poder escalar el mercado rápidamente.
Un grupo de clientes pertenecen a un segmento diferente cuando se cumplen los siguientes requisitos. Las necesidades que tienen conllevan el realizar una oferta diferente.
Son necesarios distintos canales de distribución para alcanzar a estos clientes. Igualmente, necesitan un tipo de relación distinta ya que hay distinción en el precio para las distintas propuestas de valor.
El centrarnos primero en la propuesta de valor (el producto o el servicio) nos lleva a olvidarnos de esta segmentación de clientes que es necesario hacer antes. ¿Para quién estamos creando valor?
El Benchmarking, análisis de lo que está haciendo la competencia, es fundamental en el análisis previo de lanzamiento de un producto o servicio. En el caso de la segmentación nos puede ayudar a clarificar.
En vez de pensar en gama de productos o servicios (propuesta de valor), hagámoslo centrándonos en el tipo de cliente para el que crean valor. De esta forma nos ayudará a plantear nuestros segmentos de mercado.
La uniformidad de un grupo de clientes que es homogéneo en sus hábitos y en la aceptación de la propuesta de valor que le ofrecemos nos facilitará el diseño de los canales a considerar.
La herramienta del Lienzo de Modelo de Negocio es muy eficaz para dirigir esta estrategia al obligarnos a definir estos canales para cada fase en que se encuentra el cliente.
Así, ¿cómo damos  a conocer los productos y servicios de nuestra empresa? (información) y ¿cómo ayudamos a los clientes a evaluar nuestra propuesta de valor? (evaluación).
¿Cómo pueden comprar los clientes nuestros productos o servicios? (compra), ¿cómo entregamos a los clientes nuestra propuesta de valor? (entrega) y ¿qué servicio de atención posventa ofrecemos? (posventa).
Pero esta estrategia de canales la tenemos que complementar con un sistema de gestión de los clientes basado en el proceso hacia la venta. Este “embudo” comienza por el análisis de las necesidades del cliente.
 Y continúa con la realización de una propuesta de valor personalizada, la presentación de una oferta económica acorde, el proceso de negociación y, finalmente, el cierre positivo o fallido de la venta.
Para poder realizar lo comentado, es preciso el establecer acciones específicas para cada segmento de cliente y, si fuera posible y necesario, para cada persona a la que nos dirigimos.
En la atención directa con el cliente, tanto en el comercio como en el servicio, esta forma de trato se hace habitualmente, pero no así en los canales de Internet, como son la web corporativa y las redes sociales.
Sin quererlo, tratamos a esto canales como si fueran medios masivos, de forma que nos distinguimos las peculiaridades de los distintos segmentos a los que nos dirigimos. Como mucho, creamos apartados distintos en la web.
Con la generalización del acceso a Internet a través de los dispositivos móviles, la página web es la primera presentación que tienen de nuestra empresa los clientes. De aquí su relevancia.
Lo mismo sucede con las redes sociales. No es fácil que una misma publicación guste a los distintos segmentos. En este caso, podemos realizar páginas distintas para cada tipología o realizar promociones dirigidas.

Esta comunicación segmentada la podemos hacer en los medios tradicionales (radio, prensa y televisión), así como en las nuevas posibilidades de Internet (buscadores y las distintas redes sociales).

Cómo hacer ...






Informes de Gestión


Mucho han cambiado los informes de gestión en los últimos 20 años. En el año 1993 las grandes empresas que trabajaban con sistemas de bases de datos muy caros (como era el caso de Oracle) facilitaban unos informes en pantallas monocromáticas.
En la actualidad, las grandes empresas disponen de unas bases de datos que permiten utilizar “cubos dinámicos” donde podemos crear infinidad de informes de gestión con unas presentaciones muy didácticas.
En aquel año 1993 me tocó hacer informes de gestión para ver la rentabilidad de parques de atracciones. Recién salido de un MBA, los primeros informes eran un “tocho” con un montón de ratios económicos y financieros.
Al poco tiempo, me di cuenta que a la dirección de poco le servía aquel informe para tomar decisiones de inversión en apenas cinco minutos. Fue cuando comencé a incluir gráficos en colores de la rentabilidad por cada unidad de negocio.
Aquello gustaba más. El color rojo indicaba la mayor rentabilidad, mientras que los colores más suaves suponían una disminución progresiva. Era una forma muy directa de poder comparar distintas inversiones. Luego se iban a mirar las páginas de ratios.
El mismo modelo lo fui implementado para tomar decisiones de inversión en otros sectores como era hospitales, televisión por cable, inversión inmobiliaria, entre otros muchos.
Todavía no existía Internet y apenas un incipiente correo electrónico. Esto suponía que había un acceso muy limitado a la información y que era necesario desplazarse para presentar los informes.
El final del siglo XX conllevó un cambio drástico con las posibilidades de los paquetes de software ofimático (Word, Excel y Access), así como la proliferación de los ERP (programas de gestión integral) en las empresas.
La primera década del siglo XXI ha sido el boom de Internet y la utilización de los sistemas de comunicaciones, como es el caso del correo electrónico, que han posibilitado el compartir la información.
Esta segunda década nació con dos nuevos paradigmas rompedores (los datos en la nube y el software como servicio (SaaS) que vuelven a transformar el modelo de creación de informes de gestión.
Los datos en la nube (en un servidor al que tenemos acceso por Internet) y el SaaS posibilitan el poder consultar estos informes desde cualquier lugar y compartirlos con otras personas.
Evidentemente, existen programas de software en el mercado que nos hacen estas funciones de una manera fácil. Pero, también tenemos la opción de utilizar plataformas gratuitas que lo facilitan, como es el caso de Google Apps.
En este caso, podemos tener una base de datos en una hoja de cálculo a partir de la cual podemos realizar los distintos informes que necesitemos tanto para uso particular como para compartirlo con colaboradores.
Estos informes pueden ser de ventas por clientes, de facturación por comercial o cualquier otro que podamos crear desde la base de datos que tenemos en la hoja de cálculo.
Pero, también podemos utilizarlo para hacer el seguimiento de nuestra actividad. Así, podemos saber en qué fase del proceso de venta se encuentran las distintas posibilidades que tenemos entre manos.
Estas fases del proceso de venta son el análisis de la necesidad del cliente, la propuesta de valor que le ofrecemos, el  presupuesto económico propuesto, el periodo de negociación y el cierre positivo o fallido de la venta.
En la foto adjunta, tenemos un gráfico que nos muestra el estado en que se encuentran distintas oportunidades de venta indicándose la fecha donde se ha realizado la fase alcanzada.
Se ha utilizado una gama de colores progresiva que indica el avance en el proceso. Así, el azul para el análisis en el inicio, en amarillo cuando se ha presupuestado, y el rojo cuando ya se ha cerrado positivamente la operación.
Es una tabla dinámica que se actualiza de forma automática cuando se ha cambiado la base de datos, de manera que podemos tener acceso a la misma desde cualquier sitio disponiendo de la información actualizada por todas las personas que tienen acceso.

Un informe de gestión tiene que ser útil para realizar un seguimiento y tomar decisiones. Con estas herramientas es muy fácil adaptarlos a las necesidades que tengamos.

Proceso de venta


Debe haber miles de libros escritos sobre el proceso de venta, porque es la parte que más interesa a las empresas. Así, que muchas cosas que se dicen nos sonarán a todos porque son el a, b y c.
Muchas de estas publicaciones se refieren a la forma del trato con el cliente, poniendo la mayoría del poder en la forma de ser del comercial. Con las nuevas tecnologías, este poder ha ido disminuyendo dado que es necesaria un etapa previa de documentación.
Nos centraremos en la gestión del proceso de la venta. Comienza este itinerario en la segmentación de los posibles clientes que vemos podemos alcanzar desde nuestro modelo de negocio particular.
Estos posibles clientes nos pueden venir de distintas fuentes. Así nuestra cartera de cliente, la página web, las redes sociales, conocidos, actividades promocionales y un largo etcétera que nos ofrecen las nuevas tecnologías.
El siguiente paso del proceso es discriminar esta cartera de posibles clientes para valorarlos como oportunidad, de modo que elaboramos una ficha de contacto y otra ficha de la empresa jerarquizando su importancia.
La gestión de una oportunidad de venta supone las siguientes etapas: análisis de necesidades, propuesta de valor, presupuesto, negociación y cierre, tanto si es positivo como negativo.
El análisis de la necesidad de la empresa conlleva el conocer su modelo de negocio para ver en qué proceso encontramos oportunidades. Se trata de transformar una necesidad como oportunidad.
Esta posición de empatía supone un esfuerzo por conocer a la otra empresa. Además de posibilitarnos el poder detectar una oportunidad de negocio, también nos permite el poder incorporar los elementos positivos de su modelo de negocio.
Una vez detectada esta necesidad, tenemos que transformarla en una propuesta de valor para el posible cliente. ¿Qué ventaja o que solución le estamos aportando? Lo plasmamos en su lenguaje.
Luego es necesario presupuestar esta propuesta de valor de una forma acorde al modelo de negocio. Se podrían ofrecer varias posibilidades tanto en el precio como en la forma. Así, podríamos ir desde un precio fijo a uno variable.
Es en el proceso de negociación donde se produce esta concordancia entre el modelo de negocio de la empresa y el nuestro. De forma que se adaptan tanto la propuesta de valor como el precio.
El final del proceso de negociación es el cierre de la venta. También podría ocurrir que no hubiera un acuerdo. Podría ser que hubiera una posibilidad posterior para la misma oportunidad o poder ser un posible cliente para otra distinta.
La gestión de este proceso de venta es muy distinta según sea el tipo de negocio, el tamaño de la empresa o el ciclo de vida donde se encuentren los servicios y productos ofertados.
Por un lado, nos encontramos una problemática tecnológica que sería el cómo gestionamos este proceso. Aquí, nos encontramos un abanico que va desde la agenda de toda la vida al CRM más sofisticado.
Y, por otro lado, el proceso y el control de la venta al que nos hemos referido antes, donde es fundamental el conocimiento del modelo de negocio del cliente para poder realizar una propuesta de valor que le encaje.
Un tercer parámetro es el trabajo colaborativo necesario entre distintas personas de una misma empresa o, también, la inclusión de otras empresas a las que se ha subcontratado ese proceso.
En este caso, nos encontramos con una triple problemática. Una parte es tecnológica, otra organizativa y, también, un psicológica. La primera, la tecnológica, está resuelta actualmente.
La organizativa conlleva el disponer de una formación y establecimiento de unos procedimientos claros de trabajo con colaboradores y proveedores para evitar problemas de coordinación.
La psicológica, tiene que ver con el inevitable rechazo a lo nuevo por parte de los usuarios. Si no se cuenta con ellos desde el diseño inicial, hay muchas probabilidades de fracaso en la implantación posterior.

Tanto la esfera organizativa como la individual fundamental el éxito del trabajo colaborativo en el establecimiento de un clima de confianza, que es una necesidad previa a esfera tecnológica.

Google para empresas


La mayoría de personas somos usuarios de Google como buscador  y de su correo electrónico gratuito para personas. También, utilizamos su navegador de Internet Chrome y el sistema operativo de Smartphone Android.
Muchas empresas que operan en Internet conocen Google por su AdWords, su programa de publicidad en Internet que únicamente cobra cuando se hace clic en el anuncio o alguien llame.
Pero, en torno a su correo electrónico Gmail, ha ido desarrollando unas aplicaciones que son de gran interés en un momento en que se está apostando por la “nube” (servidores lejanos) y el “SaaS” (software como un servicio).
Son muchas las grandes empresas que van utilizando estas aplicaciones de Google para gestionar sus correos electrónicos y las herramientas de comunicación y productividad entre sus empleados.
Pero, son los emprendedores y las pequeñas empresas los que más se pueden beneficiar de poder utilizar todos estos servicios de una forma profesional, segura y a un precio asequible.
Vamos a describir brevemente las potencialidades del Google Apps en sus distintas aplicaciones: Gmail, Calendar, Drive, Docs, Hangouts, Sitios y un largo etcétera (Vault, Google +, Chrome, Quickoffice.
Gmail es algo más que un correo electrónico. Nos permite acceder desde cualquier dispositivo móvil, buscar la información fácilmente, y acceder a otras personas mediante chat de texto, voz o vídeo.
Calendar permite sincronizarnos con los colaboradores. Organizar el día, recibir recordatorios de los eventos en el teléfono o email, adjuntar archivos o documentos a un evento, así como ver cuando es el momento adecuado para reunirse o hablar.
Drive es un servidor en la nube. Permite tener sincronizados los archivos de los discos propios con los de Google, de modo que podemos acceder a  ellos desde cualquier sitio, al igual que compartirlos.
Docs dispone de aplicaciones en la “nube” de procesamiento de textos, hoja de cálculo y presentaciones. Nos permite compartirlas con otros usuarios y publicarlo en la web directamente.
Hangouts es una aplicación de comunicaciones que dispone de chat de texto, voz y vídeo para mantener contacto y reunirse desde cualquier sitio. Posibilita las conversaciones de hasta 15 personas a la vez.
Sitios es un servidor de páginas web que posibilita su creación, publicación y compartición tanto con colaboradores como con posibles clientes, ya que se puede controlar quien puede acceder.
Vault es una aplicación opcional que permite la grabación, retención y auditoría de todos los mensajes electrónicos y chats, así como del sistema avanzado de búsqueda e-Discovery,
Google + permite compartir de forma privada con colaboradores y clientes. Claramente tiene una función de CRM (Gestión de la Relación con los Clientes) que se irá ampliando progresivamente.
Chrome tiene una versión para empresas que posibilita integrar de una forma más eficaz todas las aplicaciones comentadas en el navegador tanto para los usuarios como para los administradores de las TIC en las empresas.
Quickoffice es una aplicación para dispositivos móviles que posibilita el editar archivos de Microsoft Office (Word, Excel y Power Point) desde entornos iPad, iPhone y Android.
Y un largo etcétera de aplicaciones que no paran de crecer tanto en ordenadores de mesa como dispositivos móviles: AdWords, AdSense, Analytics, Checkout, Moderator, Traductor, Maps, Blogger, Places, YouTube, Picassa,..
Para poder acceder al uso de Google Apps, lo podemos hacer directamente online o a través de expertos que nos pueden ayudar a este paso a la “nube”. Se puede contar con empresas distribuidoras con experiencia o preguntar a nuestro proveedor habitual.
Existen otras empresas que dan servicios similares a Google Apps. Así, Microsoft dispone de un ecosistema que ofrece igualmente servicios para empresas en la nube que se llama Office 365.

La gran diferencia con Microsoft es el dominio de Google en el ámbito de los dispositivos móviles con la generalización de su sistema operativo Android, de modo que disponemos de una usabilidad total.