miércoles, 31 de julio de 2013

El explorador

De niños todos queremos se exploradores. Cuando se encuentran uno de verdad, su atención queda totalmente enfocada en las palabras que oyen de esa persona que es su ídolo.
Sebastian Coulthard es uno de esos exploradores actuales que disfruta contando sus aventuras a los niños y les anima a mantener ese espíritu durante toda su vida. Les dice que “cada día es una aventura”.
En su página personal, www.sebcoulthard.com, nos cuenta cual es el sentido de la aventura en la actualidad cuando ya “no queda nada por explorar”, pero sí mucho por revivir las experiencias de otros exploradores.
Para Coulthard la aventura es revivir momentos claves de los exploradores en la historia reviviendo sus hazañas utilizando medios parecidos a los genuinos con el objetivo de comprender lo alcanzado.
La última expedición realizada fue el viaje de rescate durante 1.300 kilómetros en una balsa de salvamento que tuvo que hacer Shackleton en los mares de la Antártida para poder llegar a una estación ballenera.
Coulthard está abierto a la realización de nuevas expediciones para revivir aventuras. Es su página personal se ofrece para la realización de proyectos y muestra sus habilidades y competencias.
Realmente hay muchas similitudes entre las habilidades de un explorador y el de un emprendedor en la realización de un proyecto, salvo la diferencia del objetivo económico del emprendedor.
Sin embargo, ¿de niño todos queremos ser emprendedores? Seguramente esta opción es mucho menos atractiva a la de ser exploradores, aunque, como veremos a continuación, haya muchas similitudes.
En los casos de exploradores famosos como Scott o Shackleton tuvieron problemas financieros por el coste de las expediciones o por la mala inversión en otros negocios que realizaron.
Así, la diferencia primera entre un explorador y un emprendedor radica en el tipo de proyecto que presentan. El explorador subraya la ventaja que supone la expedición y el emprendedor, la rentabilidad.
Habitualmente, los proyectos que tienen que presentar los aventureros para recaudar fondos son mucho más elaborados que los que realizan los emprendedores, en parte porque están vendiendo un intangible.
Esta diferencia es interesante porque puede servirnos para motivar a los niños a que sepan realizar presentaciones de proyectos. Si aprenden a presentar su aventura, luego podrán utiliza esta competencia como emprendedores.
La búsqueda de financiación es una fase igualmente muy importante en ambos casos. Precisamente, la elaboración de la presentación es para motivar la obtención de los recursos necesarios.
En este caso, también el desarrollo de la búsqueda de financiación por parte de los aventureros suelen ser un proceso muy elaborado porque no sólo tienen que justificar los gastos, sino que poner en valor la inversión.
Al igual que las habilidades de presentación, el desarrollo de esta competencia en los niños de saber buscar financiación, igualmente se puede aprender utilizando un proyecto de exploradores.
La fase de preparación de un proyecto de aventura también se suele realizar de una forma muy precisa debido a que es necesario tener en cuenta aspectos de logística que no se puede remediar posteriormente.
El desarrollo de una preparación de un proyecto de explorador puede servir de base para aprender competencias en el ámbito de la producción y la administración que pueden ser utilizadas como emprendedores.
Igualmente ocurre con la fase final de un proyecto de explorador, la realización del mismo. Debido a que se tiene que realizar en unos plazos fijados, se requiere unas habilidades para el control de la actuación.
Hemos visto que ayudando a un niño a que juegue a ser explorador, estamos desarrollando muchas habilidades y competencias que le serán útiles como profesional o emprendedor.

Si además, le facilitamos un aprendizaje cotidiano del funcionamiento de la actividad económica, le estamos facilitando el conocimiento del mercado, que le será muy necesario si decide ser emprendedor cuando sea adulto.

martes, 23 de julio de 2013

La aventura

El verano es un momento propicio para la aventura. Cuando nos vamos de vacaciones a otros sitios, ya sea una ciudad distinta, el mar o la montaña, nos encontramos ante un entorno que tenemos que descubrir.
En nuestro recuerdo como niños nos quedan los relatos de aquellos grandes exploradores que se adentraron en el corazón de África buscando las fuentes del Nilo, Livingston y  Stanley.
También, la carrera entre Amundsen y Scott por alcanzar el polo sur en el año 1911. Nos quedamos con la anécdota de la utilización de perros de nieve por Amundsen que le permitió llegar primero.
Shackleton fue el tercer explorador en discordia por la lucha del polo sur, pero no  participó en la competición directa de diciembre de 1911. En el año 1914 emprendió el reto de atravesar el polo sur de costa a costa.
En los ámbito empresariales, Shackleton es conocido por el anuncio que se le atribuye publicó para captar a la tripulación y miembros de su equipo al que contestaron más de 5.000 personas.
“Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo bajo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito”.
Esta expedición tras-antártica acabo durando casi dos años debido a la rotura del barco con el hielo que supuso el tener que llevar a cabo una lucha por la supervivencia al desplazarse a la deriva el bloque de hielo en el que se atascaron.
Esta deriva llevó a Shackleton a tener que realizar un viaje de 1.300 kilómetros en una balsa de salvamento de 7 metros de eslora en uno de los mares más peligrosos que existen para alcanzar una estación ballenera.
Esta capacidad que tuvo Shackleton para salir de una situación tan adversa, como también ya lo hizo cuando alcanzó la máxima latitud alcanzada en el año 1909, le ha supuesto ser un modelo de líder que es capaz de cuidar de su equipo.
Distintos autores e instituciones le han puesto como ejemplo empresarial por su liderazgo enfocado en las personas y su capacidad para dirigir equipos en situaciones adversas.
En la carrera para llegar al polo sur, Amundsen fue el ganador por el uso de una estrategia y tácticas que le propiciaron el poder realizar el viaje más rápido y con las provisiones suficientes.
Utilizó un equipo más ligero (5 hombre frente a 16) utilizando los perros de nieve y los esquís como método de transporte, mientras que Scott utilizó caballos y marcha a pie sobre la nieve.
Además, Admunsen estableció un sistema de aprovisionamiento en la ruta más eficaz a diferencia del de Scott que le costó la vida y la de parte de su equipo por la falta de alimentación.
Sin embargo Scott desarrolló un despliegue de medios para lograr datos científicos mientras desarrollaba la expedición, que no le permitieron centrarse en el objetivo de alcanzar el objetivo.
La muerte de Scott en la expedición hizo que se magnificara su figura a pesar de no haber llegado primero. Con los años, se ha ido analizando con más detenimiento su papel como explorador.
En enero de este año, un grupo de aventureros, inspirados por la nieta de Shackleton hicieron el viaje de rescate realizado hace 100 años utilizando medios similares a los de entonces.
Lo interesante de esta gesta es que no se imitara el alcanzar un determinado lugar, sino el conocer el esfuerzo que tuvieron que hacer un grupo de exploradores para rescatar a todo el equipo.
Desde este punto de vista, el objetivo de la aventura no es tanto alcanzar una meta, sino mantener también la unidad del equipo con el que desarrollamos el proyecto emprendido.
Éste es el espíritu de aventura inspirado por Shackleton. Priorizar y dar más importancia a cómo se encuentra las personas que forman el equipo por encima de tener que alcanzar el objetivo planificado.

En estos meses de verano, cuando hagamos alguna excursión y nos encontremos con alguna dificultad, pensemos que es una oportunidad para ejercer el liderazgo centrado en las personas.

lunes, 22 de julio de 2013

El abismo


La gráfica de la distribución normal o de Gauss en forma de campana ha servido como elemento recurrente para explicar el ciclo de muchos sucesos, entre ellos el de la adopción de un producto o servicio por parte de los clientes.
La propia forma de la curva nos hacía pensar que había que hacer un esfuerzo continuo para ir logrando una tasa de clientes progresiva. Así, empezamos con pocos para ir creciendo exponencialmente.
En la media, nos encontrábamos la mayoría del segmento de clientes a lo que pretendíamos vender nuestros productos, para luego encontrarnos con otros más exigentes.
Con el paso de los años han ido cambiando el nombre de las estrategias de marketing para ir abordando el mercado de esta forma, pero se seguía pensando en la distribución normal.
Se suponía que el mismo producto o servicio, con ligeras variaciones, podría servir para todo el segmento de clientes a los que nos dirigíamos, de forma que podíamos amortizar la inversión inicial de desarrollo.
De esta forma, muchas empresas y emprendedores invierten inicialmente importantes recursos en el diseño del producto o del servicio pensando en su amortización posterior al considerar que va a ser aceptado por el mercado.
En la actualidad, a diferencia de lo que ocurría en la década de los 80 donde se hizo el paso de pensar en la cadena de valor dirigida al diseño del producto más que a la fabricación del mismo, sí que hay un proceso de diseño.
Pero este proceso de diseño está enfocado en el concepto de producto o servicio de los propios promotores o de personas cercanas a su entorno que están conformes con las prestaciones.
A este grupo que rodea a los promotores, se le llama entusiastas. Son un grupo de personas que se encuentran en un círculo cercano que muestran la aprobación desde el comienzo.
Los promotores que se dejan llevar por la opinión de este grupo cercano, acaban teniendo problemas en el mercado porque no han validado su idea con una muestra representativa.
Otro tipo de promotor más prudente da un paso más adelante tomando la opinión de posibles clientes a los que considera le puede encajar la idea de producto o servicio que se quiere testar.
A este grupo se le llama visionarios, en cuanto que se adelantan al resto del mercado a ver las posibilidades que tienen los nuevos productos o servicios para satisfacer sus necesidades.
Este grupo, a pesar de un segmento representativo, tampoco es suficientemente relevante porque su perfil no encaja con el de la mayoría del segmento de clientes al que nos dirigimos.
Muchos proyectos emprendedores han embarrancado tanto en términos de adecuación del producto como financieros al centrarse en este segmento de clientes visionarios, pensando que adecuándose a sus necesidades supondría el éxito.
Pero, en muchas ocasiones, lo ocurrido es que este grupo necesita más prestaciones que el resto del mercado y, por ello, está dispuesto a pagar un precio superior al resto de los clientes.
Se acaba diseñando un producto o servicio que no se adecua al segmento que llamamos pragmáticos, que están dispuestos a pagar un precio ajustado al valor que realmente necesitan.
Muchos proyectos se estrellan en este abismo que se da al ofrecer un producto diseñado para visionarios que no es aceptado por la masa más importante de clientes que pueden dar viabilidad económica al proyecto.
Ni mucho menos por la siguiente masa de clientes, los denominado conservadores, que adoptan un nuevo servicio o producto únicamente cuando ya se está generalizando su utilización.
La utilización de la metodología del Lienzo de Modelo de Negocio facilita el descubrimiento de estos segmentos de clientes que realmente nos pueden posibilitar la viabilidad del proyecto.

Junto al uso de las herramientas de Desarrollo de Cliente que nos facilitan la tarea de testado de la propuesta de valor y el precio que están dispuestos a pagar dichos segmentos de clientes.

miércoles, 3 de julio de 2013

Determinación de cruzado


Las historias de las cruzadas tienen un alto componente de enganche por lo heroico de su planteamiento de unir el aspecto militar con el religioso con el objetivo de recuperar territorios para la cristiandad.
El asalto de Barbastro en el año 1064 a la llamada del papa Alejandro II es la primera cruzada conocida, aunque su éxito fuera efímero pues fue recuperada por los musulmanes un año después.
El rey Sancho Ramírez de Aragón selló en al año 1068 un vasallaje con el papa que le sirvió para mantener unidos el elemento militar y el religioso en el proceso de reconquista emprendido.
Este planteamiento permitió que él y sus hijos Pedro I, Alfonso I y Ramiro II realizaran este proceso de reconquista de una forma muy rápida por la determinación para recuperar el territorio cristiano.
Los valores cristianos eran la fuerza que daba legitimidad a la misión de recuperar el territorio al infiel. En la etapa de las cruzadas, la toma de Jerusalén era la visión que posibilitaba las acciones militares. Pero los intereses no eran platónicos.
Manuel Iglesias en su “Historia de la Ribagorza” comenta: “Bajo la capa de piedad y obra santa se ocultaban también la codicia y las ansias de botín, por el que muchos se alistaban para la guerra, lo estipulaban con anterioridad y lo exigían tras la victoria.”
En ocasiones, esta ansia de botín ya se daba en el propio proceso de acudir al llamamiento a la cruzada como ocurrió en la provincia de Huesca en julio del año 1320 a la llamada de Jaime II.
El 2 de julio de 1320 llegaron a Ainsa miles de personas procedentes de Francia con dirección a la cruzada que había convocado Jaime II el 16 de Junio. Este "ejército" recibe el nombre de "Pastorells".
Se había formado en junio con la intención de acudir a la cruzada convocada por el rey de Francia, pero los desmanes que fueron provocando hicieron que se desconvocara. Así, al oír de la convocatoria de cruzada desde Aragón, acudieron a ella.
Sin embargo, Jaime II al conocer los problemas que existían en la frontera, también desconvocó la cruzada el 25 de junio. Pero, el fanático y hambriento "ejército" ya estaba en camino.
Se dirigían a Sarrión, al sur de Teruel, con prisas porque la cruzada partía a primeros de Julio. Testigos del juicio que se hizo en agosto de 1320 en Barbastro dicen que eran unas 5.000 personas.
En la mañana del 3 de Julio de 1320 ocurrió la masacre de la comunidad judía de Monclús por parte del "ejército" de cruzados. Las fuentes oficiales hablan de 337, aunque se pudo incrementar para multar más a los nobles por permitir la matanza.
Esa misma tarde esta multitud llega a Naval donde expolian la morería, pero no hay masacre al refugiarse en el castillo. El 4 de julio de 1320 llegan a Barbastro, donde no se les deja entrar acampando junto a la actual Iglesia de San Francisco.

El rey de Aragón va al encuentro de esta multitud para recuperar lo robado y hacerla volver a Francia. En el mes de agosto se hace un juicio en Barbastro para conocer los hechos ocurridos en Monclús y penar a los culpables y personas que lo posibilitaron.
Como se ha comentado y ejemplificado, el concepto de cruzada permitió una determinación para la acción militar al unirla a unos valores, misión y visión propiamente espirituales.
Esta herramienta de definición de los valores, misión y visión se utiliza igualmente en el ámbito empresarial en el área de Política Estratégica, siendo muy útil en escenarios de crisis y en el comienzo de la actividad.
Su principal utilidad estriba en posibilitar la determinación y la energía necesarias para alinear los recursos de la empresa con la estrategia adecuada para posibilitar la viabilidad del proyecto.
En épocas de crecimiento económico las empresas suelen funcionar de forma automática siguiendo la propia dinámica que se establece por la propia operativa de las distintas áreas funcionales.
Sin embargo, cuando el mercado está paralizado o en retroceso es necesario volver a los motivos que llevaron a la creación de la empresa con el objetivo de replantear la dirección.

Los valores, la misión y la visión de una empresa ayudan a afirmarse en la razón de ser del proyecto alineando los recursos disponibles en la dirección necesaria para lograr su cometido con la determinación del cruzado.