domingo, 21 de junio de 2020

La calle de mi infancia


La calle Monzón de Barbastro (Joaquín Costa) es la segunda calle de mi infancia. La primera fue la calle Mayor (Argensola). De aquella, época únicamente queda abierta la Ferretería Abadías. Lo que indica los cambios que han sucedido.


Viví en la calle La Corte del año 1974 (aproximadamente) al año 1990. Así que fue donde jugué gran parte de mi infancia. Todas las calles estaban pobladas porque todavía se estaba construyendo el ensanche de Barbastro poco a poco. Por eso había una gran actividad comercial.


Casi todos nos fuimos cambiando de barrio a casas más modernas y, poco a poco, se fueron cerrando muchos negocios y retornando otros nuevos, pero con diferente vitalidad ya.


Entrando por el río ancho (Corona de Aragón) en el lado izquierda estaban los siguientes comercios. Puede que me olvide de alguno: Banco Zaragozano. (Ahora hay una tienda de comestibles. Antes hubo otros bancos. El último CaixaBank). Cámara Agraria en el primer piso.


Bar Chiqui. (Era muy estrecho. Ahora no hay nada). Estanco. (Era muy estrecho y estaba en la entrada a una casa. Se cerraba con unas persianas sobre el mostrador). Librería Arnal. (Cerrado).


Bazar Puertas. (Cerrado. Se ha trasladado al Puente el Portillo). Semillas Abadías. (Cerrada. Mantiene el almacén en otro sitio). Peluquería en el primer piso. (Cerrado). Ferretería Abadías. (Ahora hay un escaparate de la Ferretería Abadías).


Botería Abadías. (Ahora hay un comercio de estética). Alimentación Josefina. (Casa nueva con bajos sin comercio). Mercería. (Casa nueva con bajos sin comercio). Pescadería Bazán. (Casa nueva con bajos sin comercio).


Academia Cumbre. (Solar vacío. También hubo una consulta médica). Iglesia de los Misioneros. Bodega Paco. (Solar vacío. Vendían vino a granel y se podía tomar un vino).


Tienda de Electrodomésticos. (Solar vacío). Tienda de Chuches. (Solar vacío. En este solar vacío, se tiro la casa que había para hacer una residencia de los Claretianos, pero finalmente no se ha hecho. Ahora hay una plaza con mural sobre la fachada de la iglesia).


Panadería. (Cerrada). Zapatero remendón. (Cerrado). Tienda de ropa. (Ahora Zapatería Piccolo). Bar. (Se mantiene tras distintos traspasos). Convento de las Claras. (Destruido. En los bajos de la nueva casa está Radio Cadena Ser, un Supermercado y una tienda de muebles. Antes del supermercado hubo un Mercado Nuevo de puestos que se fue quedando vacío).


Serrería. (Destruido. En los bajos de la nueva casa está un bar y una fontanería). Volviendo por el otro lado de la calle. Estación de Tren. (Ahora hay edificios sin bajos comerciales). Casa de Vinos Montañés. (Ahora está la carretera). Antiguo Cuartel de la Guardia Civil. (En los bajos de la nueva casa hay un Bazar y una tienda de Ropa).


Bar la Pelela. (En los bajos de la nueva casa hay una Inmobiliaria). Casa Lalanne. (Los bajos no tienen actividad comercial). Carnicería Bernad. (Se mantiene). Solar vació y nueva casa. (Ahora hay una peluquería).


Casa Guillén (Antigua Bodega. Ahora hay un escaparate de la Ferretería Abadías). Bar París. (Se abrió otro bar después. Ahora está cerrado). Clínica en el primer piso. (Ya no existe). En los bajos, más tarde, se instaló una tienda de regalos, ahora cerrada, pero trasladada a otra calle.


Comestibles Manolo. (Ahora hay una peluquería. En el primer piso, hasta hace poco había una academia de repasos). Relojería San Ramón. (Cerrado). Casa Turmo. (Cerrado. Era una droguería).


Zapatero remendón. (Cerrado). Carnicería Bernad. (Cerrado. Ha habido dos traspasos después). Central de Teléfonos. (Cerrado para el público). La Floresta. (Sala de baile. Cerrado. Luego se abrió un parking y un centro comercial donde hay varios comercios abiertos, aunque muchos cerraron. De niño estaba en ruinas y era un lugar de juego).


Ferretería Abadías. (En la parte exterior del centro comercial. Se trasladó del local enfrente). Almacenes San Juan. (Ahora hay una tienda de decoración en traspaso. Antes hubo un supermercado y una gran peluquería. Clínica en un piso. (Cerrado).


Frutería Guillén. (Cerrado. Ahora hay una tienda de Deportes. Antes hubo un comercio de informática). Son 50 años de historia del comercio de una calle.


Daniel VALLÉS TURMO


martes, 16 de junio de 2020

El espíritu industrial


He pasado 10 veranos en Reino Unido desde 1986 al 2015. Son 30 años en los que he visto la evolución de este país y especialmente su economía industrial en todo el país.
El primer viaje lo hice con un compañero de estudios en 1986 al norte de Gales, sobre todo la ciudad de Leeds y su entorno. Se notaba la crisis industrial de las antiguas zonas mineras y una sociedad rota con una juventud destrozada por la heroína, que luego hemos visto en algunas películas.
Mi segundo viaje fue 10 años después, en el año 1997, a Londres para visitar el Museo de la Ciencia. Entonces, recorrí los mejores museos de ciencia de las capitales europeas. Se encuentra junto al Museo de Ciencias Naturales y la gran Universidad de Ciencias de la capital, el Imperial College.
Después, tras otros 10 años. estuve 8 años seguidos en la capital en casa de un amigo que trabajaba allí durante el año 2008 al 2015. Fue en este tiempo donde tuve un conocimiento profundo de Reino Unido.
En este tiempo aprendí varías cosas que quiero comentar. Primero, en la ciudad de Londres hay muchas placas en los edificios en los que se dice que industrias hubo allí en el pasado. Hay memoria industrial.
Segundo, las zonas industriales en crisis no volvieron a reconvertirse. Hablamos de Gales y Boston, donde surgió la revolución industrial. Lo mismo ha ocurrido en Estados Unidos. En estas zonas han quedado centenares de miles de trabajadores sobreviviendo de las ayudas sociales.
Tercero. Son otras zonas las que han vuelto a industrializarse porque han cambiado las tecnologías y los paradigmas de los modelos de negocio. En este caso, es preciso poner como ejemplo Oxford y Cambridge.
En ambas ciudades hay unas universidades que los turistas visitan sus centenarios “colleges”. Son muy importantes, la de Cambridge tiene mas de 100 premios nobeles y la de Oxford, con más de 50.
Sin embargo, el turista no ve las centenares de empresas tecnológicas que se sitúan en los cinturones de estas ciudades donde se desarrolla tecnología punta a nivel mundial.
Las ciudades de Leeds, Liverpool y Birmingham y otras se ha reinventado con otros paradigmas. Siempre desde el pragmatismo. Por ejemplo, se descartó un tren de alta velocidad entre Liverpool y Londres por el coste que haría que no se pudiera viajar. Así, que se ha optado por un tren intermedio más asequible para los clientes.
El sector industrial es uno de los más dificiles de mantener y crear por sus características, por eso necesita de medidas distintas a otros sectores para que se sustente.
Una de las cosas más fáciles es, como el ejemplo de Londres, que se pongan placas en los edificios de las empresas industriales que ha habido allí. Es una manera de mantener en las generaciones el espíritu industrial y crear vocaciones.
En Monzón es de agradecer el Parque de la Azucarera. No sé si hay un panel interpretativo de su historia. En Huesca, se ha mantenido el Matadero, pero no hay panel interpretativo.
Sin embargo, en Huesca, no se ha dejado huella de la Industria Albajar, donde se fabricaron cosechadoras y en cuyas oficinas se sitúa la Policía Local. Sería fácil poner una placa allí.
En Barbastro, se han tirado centros industriales importantes dentro de la ciudad: dos curtidoras de cuero y la cerámica. Tampoco se ha dejado huella de la Estación de Tren.
Todavía en Barbastro quedan algunos edificios industriales como Casa Acín, Casa Palá y la fabrica textil de Artero, entre otros. En ninguno de estos edificios, hay ninguna placa. Lo mismo ocurrirá en otras ciudades de nuestra provincia.
Quisiera acabar, primero, diciendo que esta memoria industrial es necesaria para que las nuevas generaciones lo conozcan y lo acaben grabando en su memoria vital, que es muy importante.
Segundo, que la zona oriental de nuestra provincia (con más de 100 años de regadío) seguirá creciendo en el sector agroalimentaria por su situación, empresas auxiliares e historia.
Tercero, como ocurre en la zona oriental es necesaria una especialización para que se sustente y cree sector industrial que sea competitivo en otras comarcas.

Daniel VALLÉS TURMO

sábado, 13 de junio de 2020

Montañeses montañeros


Mi padre, que era pastor, nunca entendió porque me gustaba ir a la montaña. Siempre me decía que si te cogiera con nieve hasta la rodilla en una sierra con un rebaño de ovejas, lo entendería.
Hace unos días subí a Graus a la ferretería de Gregorio por si tenía ganchos de pastor. Es un gancho que se pone en el palo para coger a las ovejas por la pata cuando es necesario. Era para un regalo.
Me dice que hace días que no hace con su hermano porque no tienen tiempo. La ferretería está en la calle barranco donde cada 29 de setiembre, para San Miguel, “firmaban” los pastores para el año siguiente. Me agradece que me acuerde de ellos. Tenían fama de hacer los mejores ganchos.
Un tío-abuelo de Merli, siempre fue pastor y era aquí donde firmaba como pastor. Sólo pedía un día de fiesta al año fijo para visitar a su hermano que vivía en Calasanz.
Subo por el valle del Isábena, en dirección Merli y bajo a campo por la carretera que va a parar a Campo. Luego subo el puerto de Foradada, viendo toda La Fueva, y bajo hasta Ainsa.
En la cooperativa compro los ganchos de pastor. Me encuentro allí a un compañero de estudios, Jesús Solano, de Casa Castillón de Tierrantona. Vamos a tomar algo a la terraza de Sánchez.
Jesús ha limpiado muchos caminos de Sobrarbe junto a Ángel Cheliz y otras personas, para que puedan ser utilizados por la ciclistas de BTT y los senderistas en la denominada Zona Zero.
Después de tomar el café vamos a la tienda de Ángel. Está acabando de vender una BTT eléctrica de 450 vatios. Me da un mapa que acaban de hacer de Sobrarbe muy bien hecho. Jesús se queda con él.
Subo a Labuerda. Mis primas y muchos vecinos tienen bicicletas BTT. Mientras espero a mi prima, hablo con una persona de la zona que lleva una BTT eléctrica de 500 vatios. Hace mal día y ha hecho un recorrido corto.
Me alegro que los habitantes de Sobrarbe sean los primeros que conozcan y disfruten el entorno tan privilegiado que les rodea. Es la mejor manera para contagiarlo a los turistas.
Voy a comer a Arcusa para ver las ovejas y los perros. Me encantan. Bajo por la carretera hacia Colungo. Esta vacía. Otros años estaría llena de turista franceses y belgas.
En Colungo están cerrados tanto el Mesón como La Olla. Éste último abre el primer fin de semana de junio. Se llena de ciclistas que vienen de Barbastro para almorzar unos huevos fritos con acompañamiento.
Ese fin de semana subo a Alquezar. El bar de la gasolinera está llena de ciclista de Barbastro almorzando. Alquezar todavía permanece cerrado. Cuando me voy, comienzan a poner las primera mesas de los restaurantes de la plaza de la entrada.
Quería ir a misa de una, pero viendo que no hay nada abierto, me acerco a la misa de las 11 en Buera que celebra Mosén Cabrero. Me dice que suba a la torre para que vea como toca la campana que acaban de cambiar el yugo.
La campana es del año 1704. Tuvo suerte de sobrevivir a la guerra civil. El yugo era de quejigo y tenía muchos arreglos, lo que hace suponer que fuera de la misma época que la campana. Está dedicada a San Juan Bautista.
Cuando bajo a Barbastro, tengo que tener cuidado con las decenas de ciclistas que suben y bajan. Es una carretera muy frecuentada por los ciclistas para entrenar y estirar las piernas.
En el Somontano, también hay muchas personas que practican el senderismo y el ciclismo. Como ya he dicho, es la mejor manera de atraer a visitantes para que conozcan nuestro territorio.
Llego lloviendo a Barbastro, pero todavía salen ciclistas. Dejo el coche y veo a quienes regresan con sus bicicletas de BTT recorriendo el hermoso paisaje verde de principios de Junio.
Uno de los principales motivos de éxito del vino del Somontano es que es apreciado por sus vecinos y son sus mejores prescriptores. Lo mismo está sucediendo con el conocimiento de la naturaleza debido a la práctica masiva de senderismo y ciclismo tanto en la tierra baja como en la montaña. Se ha logrado algo que se pensaba era muy dificil, que los montañeses fueran, también, montañeros.

Daniel VALLÉS TURMO

lunes, 8 de junio de 2020

La Nissan que conocí


En el año 1988 haciendo un curso de vela en el puerto de Barcelona descubrí el enorme barco que tenía la Nissan para transportar los coches que fabricaba unos kilómetros más allá.
Un año más tarde, con la universidad, visité la planta de Repsol en Tarragona para conocer en la práctica el curso de automática de procesos continuos que estábamos estudiando.
Impresiona toda la logística de los derivados del petroleo en la transformación, unida a la red de oleoductos que se hicieron para facilitar la logística de distribución por España.
En el año 1990, también con la universidad, fuimos a visitar dos factorías de fabricación de coches con distintos niveles de automatización. La Seat de la zona franca, que se estaba planteando cerrar para hacer la nueva de Martorell.
Y la Opel de Zaragoza que tenía un gran nivel de automatización y robotización, consiguiendo una mayor productividad y calidad como planta de fabricación de automóviles.
En el MBA de Esade, en 1992, visite la factoría de Nissan para que nos explicaran su sistema de calidad. No hemos de olvidar que los sistemas japoneses fueron los primeros que se implantaron con gran eficacia.
En aquel momento fabricaban como coche estrella el Terrano, que era un todoterre no que se adaptaba también a la conducción urbana y de carretera, que tuvo mucha acogida por el mercado.
Era un coche que me gustaba, pero no podía acceder a comprarlo. Así, que me conforme con un Opel Corsa de gasolina de segunda mano de los primeros que se fabricaron en Zaragoza. Lo dejé con medio millón de kilómetros.
Mis tres coches siguientes fueron de combustión diésel, los dos últimos automáticos. En la última adquisición, hacer casi tres años, ya estuve mirando los híbridos, pero eran muy caros.
Supongo que fui de los últimos que compré un coche diésel, porque desde entonces no se ha dejado de demonizarlos por ser muy contaminantes. Ahora parece, que los de gasolina, también lo son.
Se habla de un proceso en 20 años a la producción total de electricidad con energía renovable y el futuro de los coches eléctricos como segmento prioritario, sobre todo en las grandes ciudades.
Este objetivo conlleva una serie de infraestructuras nuevas para que sea posible. Por un lado las pilas y depósitos de hidrógeno para almacenar la electricidad renovable que no se pueda vender en el momento.
También, la creación de un sistema de carga de las baterías de los automóviles en toda la geografía española. Y, no menos importante, la reducción del precio de los coches para que puedan comprarse.
Ello unido a un cambio en el modelo de negocio del transporte, tanto en la posesión como en el uso. Cada vez, se anima más a fórmulas de renting con condiciones muy variables y al pago por uso.
Las nuevas generaciones y las empresas son las más partidarias de este nuevo modelo de negocio. Por tanto, es seguro que llegaremos a este objetivo. Otra cosa, es si se cumplirán los plazos previstos.
Siempre he dicho, que los humanos somos muy malos haciendo previsiones. Recuerdo leer en los libros de texto de 1979, que el petroleo se agotaría en 30 años. Si se hubiera cumplido, ya llevaríamos 10 años sin su existencia.
Lo que si es cierto es que las estrategias en el modelo de negocio de transporte están cambiando muy rápidamente. El cierre de la factoría de Nissan es debido al mismo.
Por una parte, cada vez hay menos fabricantes, pero con muchas marcas y, por otro lado, los países innovadores de Asia llevan muchos años investigando y patentando materiales y sistemas de pilas.
La innovación básica, luego aplicable, cada vez es más dificultosa si no se hace en grandes empresas o de forma colaborativa a través de otras empresas especializadas en la fabricación de los distintos componentes.
Lo estamos viendo ahora con los más de 120 proyectos de vacunas para el COVID 19. España sólo puede estar en la fase de experimentación por su capacidad, luego tendría que colaborar con otros en las fases de prueba y producción.

Daniel VALLÉS TURMO
Publicado en Diario del Alto Aragón el 14 de junio de 2020