miércoles, 19 de diciembre de 2018

Tener un sueño


Mi primer contacto con el despoblamiento fue en 1985 visitando el pueblo de mi padre, Sarsa de Surta, para hacer un estudio de toponimia. El año siguiente hice un estudio, también de toponimia, de otra zona con muchos pueblos despoblados, La Solana de Fiscal.
Este nuevo proyecto me hizo visitar algunos pueblos de colonización donde habían bajado a vivir muchos de sus habitantes en la comarca de Los Monegros. Casualmente, este año coincidí con alguno de ellos en la entrega de los Premios Félix Azara.
En los últimos años he podido conocer la problemática de forma más profunda realizando las guías de las sierras de Sis, Carrodilla y Guara, que me ha permitido ver el fenómeno con más detenimiento al recorrer el terreno paso a paso en distintas zonas de la provincia de Huesca.
No me gusta entrar en los pueblos abandonados, pero sí comprender su historia y la economía que les ha permitido sobrevivir durante siglos en relación con su en torno comarcal.

Es fácil encontrar en Internet teorías de los motivos por lo que ocurrió esta despoblación y proyectos pilotos para volver a repoblar la zona rural. Pero, no logro encontrar un discurso lo suficientemente riguroso en la actualidad, ni me voy a atrever a exponer algunas conclusiones personales a las que todavía les falta madurar.
Aunque creo que, gran parte de la solución está en “los sueños” y proyectos de las personas que viven actualmente allí. Al igual que uno se compra un barco tras haber desarrollado el espíritu de sentirse libre, lo mismo se puede aplicar al tema que estoy analizando.

Este domingo estaba esperando a misa en un pueblo pequeño. He entrado en conversación con una persona anciana que me ha enseñado en el cementerio donde estaba toda su familia.
También, me ha contado toda su historia de emigrante por toda Europa. Finalmente, me ha dicho que se había vendido la casa para bajarse a un apartamento en la capital de la comarca donde se sentía más cómodo.
Luego, ha comenzado a contarme numerosas casas que ya se habían cerrado en los pueblos de los alrededores, que tal vez se abran como segunda vivienda si alguien las compra.
Este es un fenómeno que lo he vivido en mis exploraciones. Pueblos fantasmas durante la semana que recuperan la vida únicamente durante el fin de semana y las vacaciones.
Tenía muchas ganas de hablar. Hubiéramos podido estar horas. Pero yo estaba allí por otro motivo y me tuve que despedir, sobre todo, animándole a que siguiera viviendo con ilusión fuera donde fuera.

El día anterior estuve en Serraduy en un bautizo. Al final de la ceremonia, se hizo una foto en las escaleras de la ermita de San Lorenzo a los siete niños que estaban viviendo en el pueblo, que sumando al bautizado se incrementan a ocho niños.
Me sorprendió el número de niños. El párroco confirmó que era uno de los pueblos donde más bautizos había hecho. Me quedo con la cara de ilusión de esos niños de distintas edades, pero con una cosa en común, una vida para hacer realidad sus sueños y sus proyectos.
En la vuelta a casa quedó esa imagen grabada en mi memoria. No me puse a analizar en los motivos. Pero el caso era que parejas jóvenes habían encontrado una forma de vivir y dar vida.
No es fácil saber si primero es el sueño o el proyecto, al igual que el huevo o la gallina. El caso es que ambos son necesarios, el querer y el poder. Pero, antes que eso, la capacidad para poder decidir con libertad.
Muchos emprendedores me han dicho que si hubieran sabido los problemas que se iban a encontrar no hubieran empezado. No hay que tomarse este pensamiento al pie de la letra. Es una forma de estar satisfecho de haber sabido afrontar los contratiempos.
Lo mismo se puede aplicar al tema que estamos tratando. No hay que centrarse tanto en las analíticas, sino en hacer “apetecible” la vida en el entorno rural para que las personas jóvenes decidan quedarse o ir al mismo. Porque los problemas igual van a estar tanto en el mundo urbano como en el rural.

Daniel VALLÉS TURMO

jueves, 29 de noviembre de 2018

Una comunidad solidaria


Una comunidad solidaria

Se nos está yendo una generación”- escuché en el tanatorio de Ainsa. Apenas unos minutos antes, pasando el puente del río Cinca en Ainsa, recuerdo cuando los hermanos de mi madre llevaban la tocina desde Labuerda a Casa Franco de Banastón para presentarla al marrano. Unos 8 kilómetros de distancia.
Mi madre me decía que siempre hubo una buena relación con esa familia. Posiblemente de los viajes que hacía mi abuelo Antonio a Casa Cambra de Tierrantona para buscar suministros para el sanatorio de Pineta.


Lo pongo a modo de ejemplo de las relaciones solidarias y de sinergias que se establecían en los pueblos de montaña para posibilitar la supervivencia. Seguramente, sea ésta la gran fortaleza de los pueblos de montañas, ser comunidades solidarias.
Casualmente, en la recién restaurada iglesia de Arcusa, el párroco ha pintado el símbolo de Cáritas en la parte de coro, como uno de los elementos más representativos de la labor de la iglesia en la actualidad, una comunidad solidaria. Iglesia significa asamblea, comunidad.
Ciertamente se está yendo la generación que vivió esa solidaridad necesaria para sobrevivir. Este año ya he acudido a varios funerales en pequeños pueblos de Sobrarbe y Ribagorza.
Vienen de toda la comarca. Se deja todo para asistir y pasar una larga velada junto a los familiares. Como dice Sabina en su canción, en las ciudades “la muerte pasa en ambulancias blancas.” y apenas sólo asiste la familia a las ceremonias breves que se realizan.

Cuando, actualmente, hablamos de despoblación nos centramos en las debilidades de la falta de servicios y empleo en la zona rural, pero no se citan las fortalezas. Siempre he aconsejado no centrarse en las debilidades, porque nuestra mente está preparada para “huir de lo negativo” y no ayuda a establecer acciones correctoras. Todo lo contrario que las fortalezas.
Si hay una organización que conoce el mundo rural es la iglesia. El pasado 26 de enero el obispo de Barbastro participó en un Desayuno de Empresarias para hablar de su labor como gestor.
Los datos que mostró eran muy negativos. Sacerdotes envejecidos y muchos pueblos pequeños a los que dar servicio. La falta de sacerdotes (67 en activo) se está cubriendo con acuerdos de cesión temporal por parte de otras diócesis y una mayor implicación de los seglares como animadores (67 personas), posibilitando que las comunidades se junten para rezar. Ya se iguala el número de sacerdotes con el de animadores.
También se están uniendo las fuerzas. Así, en Barbastro se ha creado un proyecto piloto de unidad pastoral de las tres parroquias, creando la Parroquia de Barbastro. Aplanamiento de las estructuras que se va a ir desplegando.

Desde la tierra baja se ha plasmado otra idea del “montañés”, porque se fijaba unidimensionalmente en el aspecto de tener que mantenerse con lo poco, en vez de su lado solidario, que ha sido mucho.
Todavía hay una deuda con los pueblos de montaña que tuvieron que deshabitarse por aplicación de medidas “excesivas” medio ambientales, que el paso del tiempo y el avance tecnológico no les ha dado la razón.
Lo peor en una comunidad es el destierro y la excomunión. Fuera de la comunidad no hay vida. Miles de familias, entre las que me encuentro yo, tuvieron que rehacer sus raíces en otras poblaciones. Gracias a las mejoras en las vías de comunicación hemos podido mantener la raíces. Esto también es una fortaleza, “el regreso de los que se fueron”, que cantaba Labordeta.
Muchas de las casas de los pueblos que se han arreglado lo han hecho descendientes que tuvieron que irse. Una generación que ya se está envejeciendo muy rápidamente.
El futuro de nuestros pueblos de montaña lo hemos de buscar en sus fortalezas, entre ellas el tratarse de comunidades solidarias durante cientos de años, una competencia aprendida que hay que actualizar.
Hacer realidad dentro de los modelos de negocio de la economía colaborativa que las nuevas tecnologías posibilitan que se puedan establecer en ámbitos rurales. Un ejemplo hecho realidad sería el de “Zona Cero” en el ámbito de la bicicleta de montaña.

Daniel VALLÉS TURMO
Artículo publicado en Diario de Altaragón el 28 de noviembre de 2018

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Cuando algo cruje


Cuando algo cruje

Carlos Muñoz Serrano desempeñó el cargo de obispo de Barbastro a la edad de 64 años tras una larga carrera como catedrático, prelado, jurisconsulto y alto funcionario real.
Llegó al obispado en octubre de 1596 encontrándose una catedral nueva que se había finalizado el año 1533 costeada por la población con un impuesto especial a la carne con el objetivo de restaurar la sede episcopal.

Catedral de Barbastro, vista norte

Así sucedió en el año 1573. Carlos Muñoz fue el tercer obispo desde la restauración. De modo que se encontró con muchas cosas por hacer. Tras el altar, únicamente había el basamento del retablo de Damián Forment que había finalizado un discípulo suyo en el año 1560.
Además de promover la construcción del Palacio Episcopal, su gran aportación fue el encargo y costeo de la parte superior del Retablo Mayor. Obra que realizó de forma rápida entre los años 1600 y 1602, temeroso de no verla acabada en vida.
Compró una madera de calidad y encargó la obra a tres maestros imagineros distintos para finalizar lo antes posible. De modo que nos encontramos distintas calidades de ejecución.
Fue extremadamente escrupuloso con el acabado del rostro y las manos de la Virgen que ocupa el espacio central del retablo. Luego encargó policromar todo el retablo, la parte de alabastro y la de madera.
Una vez acabada la obra, algo crujía en su corazón que no le permitió contemplarla durante mucho tiempo, pero satisfecho de la calidad de la obra realizada que no crujía su madera. Murió el 14 de marzo de 1604, siendo enterrado en la catedral.

No es baladí la calidad de la madera. A veces ocurría que los maestro imagineros para ajustarse al presupuesto no disponían de madera de la máxima calidad, por eso era habitual lo que hizo el obispo de comprarla a su cargo.
La madera puede durar cientos de años si es de calidad y no le afectan las humedades. Las casas antiguas se hacían con maderas de lento crecimiento que eran las más duras, así el quejigo para las vigas y el enebro para sostener la cubierta de losas. Sin embargo, el pino que es de rápido crecimiento, es una madera a la que le afecta mucho la humedad.

Enebro sosteniendo el tejado del pajar de la Casa Baja de Escapa

Cuando vemos un pueblo deshabitado, todavía podemos ver como hay partes de las casas que perduran por los buenos materiales y ejecución. Son las bordas las que más aguantan. No aconsejo adentrarse en ninguna de estas viviendas porque pueden derrumbarse de forma repentina. Antes de que eso ocurra, la casa ya lo ha avisado durante mucho tiempo con los crujidos cada vez más potentes y continuos. 

Pajar y era en Sarsa de Surta
Lo mismo sucede en el ámbito empresarial cuando “algo gruje”. Habitualmente los procesos son muy lentos, pero no se presta atención a las “distintas maderas” que forman la estructura de la organización.
Los sonidos propios del día a día y el “canto de sirenas” de los intereses personales hacen que no se preste atención a la salud de la estructura sobre la que se sustenta un proyecto.

Cuando el sonido del crujido es tan alto que no podemos evitar escuchar, comienza la búsqueda de responsabilidades. Pero, no nos equivoquemos, cuando algo cruje en una empresa no es la cuenta de resultados que entra en números rojos, ni es la pérdida de clientes lo que motiva los crujidos.
Son los recursos humanos por donde ha empezado la humedad. Crujen las expectativas de las personas, cruje la confianza entre sus miembros y, finalmente, cruje la comunicación.
Esta “humedad” es la que va deteriorando el funcionamiento paulatinamente hasta llegar a arruinarse si no toman las medidas adecuadas de “mantenimiento” de la estructura.
Y, como ocurre en las casas, este deterioro comienza por el tejado, por la parte directiva, que es la parte más sensible para que comience el proceso. Muchas veces, no sucede de mala fe, sino que el día a día no deja escuchar las goteras que van haciéndose poco a poco.

El retablo encargado por el obispo Carlos Muñoz tuvo la gran suerte de no ser afectado por las guerras, sobre todo por la Guerra Civil del siglo XX y aguantó 400 años sin necesidad de hacer una restauración. Ésta tuvo lugar entre los años 2000 y 2001.

Daniel VALLÉS TURMO
Artículo publicado en Diario del Altoaragón el 21 de noviembre de 2018

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Erase una vez un mercado


Erase una vez un mercado

Pedro I había pasado la noche del 17 de octubre de 1100 en el castillo del Pueyo. Había venido del castillo de Montearagón para acometer la toma de Barbastro. No había dormido mucho pensando en mañana y por el ruido de las tropas preparadas.
Desde el castillo veía los fuegos de las distintas defensas de los musulmanes en torno a la población. 

El Pueyo de Barbastri
Se acerco a su caballo para colocar la tela con la imagen de Santa Fé a la que había prometido la segunda mezquita. Todavía no era hora para colocarse la coraza dorada que llevaba como rey de Aragón.
Una vez acabada la batalla, se acercó a la mezquita junto a río y colocó la tela en la puerta. De aquella ermita ya no queda nada en su sitio, salvo la portada románica del siglo XIII que se encuentra en el cementerio de la ciudad.

Portada románica de Santa Fé
La ciudad se había quedado despoblada. Al rey le pidieron tres cosas: ser libres, disponer de un mercado y que su ganado pudiera pastar en el entorno, sin que los de las demás poblaciones lo pudieran hacer en Barbastro. Aquello significaba una ventaja importante para atraer repobladores.
Sí que sigue el mercado vivo, aunque trasladado de su lugar de entonces. Tiene una ermita, dedicada a Santa Ana, que los comerciantes abren cada día. Esta dualidad de comercio y religiosidad le da una atmósfera atemporal al espacio, como ocurría en los mercados de las ciudades milenarias griegas y romanas.
Aunque la parte comercial no va bien del todo. En la parte norte de la plaza nos encontramos muchos locales con letreros que dicen que se alquilan. No es una realidad única de Barbastro, sino el síntoma de un cambio de modelo de negocio a nivel global.

Puesto en la plaza del mercado
Hace años que las ciudades inglesas han ido perdiendo los locales comerciales a favor de los centros comerciales. Y ahora, en Estados Unidos ya comienzan a vaciarse estos grandes centros. Es una realidad global.
En la plaza del mercado vemos que se han desplegado los cables de la fibra óptica, como en toda la población. Una verdadera hiedra que está parasitando las transacciones económicas hacia Internet.
Una hiedra que se ha extendido de forma rápida y burda en todas las ciudades, sin respetar la estética. La normativa del año 1995 era muy estricta en este aspecto. Por aquel tiempo trabajaba en el desarrollo del modelo de negocio del despliegue de un operador y nos encontrábamos un gran problema de costes debido a la necesidad de esconder el cableado.
La normativa del año 2014 deja más holgura al operador. Pero sobre todo, la ciudadanía quiere la fibra óptica y no hace tanto caso a estos aspectos estéticos que he comentado bloquearon el despliegue hace 20 años.
Éste es un claro ejemplo de cómo los mercados, las legislaciones, las regulaciones posteriores y las necesidades y preferencias de los consumidores van cambiando inexorablemente.

Los ciudadanos y los políticos piensan que la fibra óptica es una ventaja competitiva para las empresas ya existentes y la creación de nuevas. Por eso se han puesto tantos medios en su despliegue.
Pero la realidad es que los grandes beneficiarios son las grandes empresas comerciales que cada vez están premiando más el canal de Internet, no sólo facilitando su acceso, sino no disponiendo de todas las referencias en las tiendas físicas. Realmente, están haciendo una tarea de divulgación y formación.

Las tiendas que se llaman la atención de los clientes son las llamadas “insignia” en la que no es tan importante el producto como la estética del local y la forma de atención. Son creadoras de marca. Éstas sí que tienen presente.
En la plaza del mercado de Barbastro hay una tienda insignia de una cadena de zapaterías, Lázaro. Llama la atención por su situación, por su iluminación y por su estética. Ojalá hubiera más.

Barbastro sigue teniendo esa impronta comercial que ya pedía al rey hace 918 años. Una atmósfera que es envidiada por muchas ciudades de la provincia, que deberíamos seguir mejorando.
No hay “fórmulas magistrales” fáciles para hacer posible que se ocupen los locales vacíos, pero sí hay muchas intervenciones que se han hecho con éxito en algunas ciudades con la misma problemática.
Ahora ya no existe un “Pedro I” al que solicitarle una ventaja competitiva para posibilitar la repoblación. El rey nos hizo libres y, por tanto, responsables.

Daniel VALLÉS TURMO
Artículo publicado en el Diario de Altoaragón el 14 de noviembre de 2018

martes, 6 de noviembre de 2018

La perspectiva del miedo


Recuerdo una conversación con un empresario ya jubilado sobre el funcionamiento de la economía. Yo le conté que veía que se había reactivado mucho el tráfico de mercancías, especialmente en la autovía A-22, de Huesca a Lleida.
Le conté que veía camiones de la zona norte que ya cogían la autovía en vez de la autopista del Ebro para descender hacia el área de Barcelona. Él me decía que, precisamente, ése era un signo de que la cosas iban mal.
Su perspectiva era que si fueran bien, no tendrían porque no asumir el coste del peaje. Mi perspectiva era que los conductores y empresas buscaban minimizar los costes para ser competitivos.
Ya no leía periódicos ni veía los informativos. Se había subscrito a lo que llamaba “globos” de noticias que le llegaban al teléfono móvil de determinados medios que eran de su confianza.

También, recuerdo la conversación con otro empresario jubilado. Éste sí que leía la “prensa salmón” (la especializada en economía). Me contó asustado sobre el proyecto del tren de alta velocidad de la ruta de la seda.
Una estrategia China para inundar Europa de forma más rápida y económica con sus productos en vez de los grande barcos cargados de contenedores que tardaban mucho tiempo.
Ambos empresarios son personas formadas que durante decenas de años han “abierto la persiana” de sus negocios con éxito afrontando las problemáticas que les fueron aconteciendo.

Manejar la realidad diaria es un buen antídoto contra el miedo. Por aquello que se dice que “el miedo es libre” y “el miedo guarda la huerta”. Antes se ponía el cartel de “cuidado con el perro” y ahora vemos el logotipo de una empresa de seguridad.
Los seres humanos somos muy malos haciendo predicciones de futuro y analizando los problemas. Lo primero es fácil de comprender, pero lo segundo no tanto. Se debe a la confusión entre las causas y las consecuencias. Por eso somos presa fácil del miedo.

Mi experiencia de casi 7 años de “explorador” de caminos he tenido muchos incidentes, pero ningún accidente. Sin embargo todo el mundo me dice que no debería ir solo porque algún día tendré un problema gordo. Algo que va calando.
Realmente he tenido varios incidentes en cada ruta. Sobre todo, pequeñas caídas y errores en la ruta. Lo primero se soluciona con unas buenas botas, unos bastones, unos guantes y reservas de agua y comida. Lo segundo con un GPS, una batería de emergencia y ropa adecuada.
Realmente, los seres humanos somo muy buenos solucionando problemas y aprendiendo, luego, de ellos. Así, resolviendo los incidentes y previniendo los posibles accidentes.

Aconsejo acercarse hasta Rodellar una tarde de primavera, ascender hasta la ermita de la Virgen del Castillo y observar a los escaladores que están entrenando en el techo del “delfín” (es un hueco de caliza que tiene esta forma). Pongo de ejemplo este lugar por su belleza y por la destreza de quienes van allí.
Veremos a una persona escalando, otra asegurando, otra grabando y varias observando. La grabación es para que aprenda el escalador y la observación de los escaladores es, también, para aprender. Inconscientemente, los observadores están realizando mentalmente los mismos movimientos que el escalador que, luego, reproducirán. Es lo que llamamos “aprendizaje vicario” (aprender de las acciones de los otros). Somo excepcionalmente buenos los seres humanos “copiando” las conductas de los demás. Es como aprenden los niños pequeños.

Quedé hace poco con un empresario en activo. Lo encontré en su lugar de trabajo analizando los problemas que se iba a encontrar en la ejecución de un proyecto presente. A esto es lo que me refiero cuando repito la frase de mi querido Ignacio Ellacuría “manejar la realidad”.
Comiendo me habló de futuros proyectos que tenía en mente de una forma sosegada. Como dirían Zubiri y Ellacuría, “desplegando la realidad”. No había miedo.

Finalizando, el miedo cambia según la perspectiva donde nos pongamos. Como la niebla, le encanta los lugares donde se puede estancar y no dejarnos ver otras realidades. Huye de las corriente de aire (las acciones) que hacen que se esfume como lo hace la niebla.

Daniel VALLÉS TURMO

Artíulo publicado en el Diario del Altoaragón el 7 de noviembre de 2018

miércoles, 31 de octubre de 2018

Las Casas de Escapa


Las Casas de Escapa

Jesús Grasa nació en la Casa Baja de Las Casas de Escapa, perteneciente al ayuntamiento de Castejón de Sobrarbe que estaba compuesto por los pueblos de Castejón, Camporrotuno, Latorre y La Pardina.
Bautizado en la capilla de San Martín de la Casa Alta, estuvo allí hasta los 20 años, cuando le tocó ir al servicio militar a Zaragoza. Por lo que mantiene una gran vivencia de su niñez y juventud en ese entorno y época.

Jesús Grasa el día de la excursión
Precisamente era esa vida la que quería compartir con los niños y padres de la actividad de Senderismo Infantil que organiza Montañeros de Aragón de Barbastro para motivar el amor por la naturaleza y nuestro entorno.
Fue el pasado 20 de octubre cuando tuvo lugar la ruta con 50 personas entre niños y adultos. Jesús estaba ilusionado hace días con los preparativos a los que había implicado a sus antiguos vecinos.

Ver la ruta en el artículo de Caminos de Barbastro Casas de Escapa (pinchar enlace)

Primero con el chocolate con torta preparado antes de comenzar en la misma escuela que él tuvo que ir cada día andando 3 kilómetros de ida y otros tanto de vuelta, pasando los barrancos de Escapa y Talavera.
Ese fue el mismo recorrido el que se hizo. Y en esta ocasión, los barrancos bajaban con agua y hubo que poner piedras para cruzarlos. Los niños experimentaron la dificultad de aquella vida entre risas y cuidado para no mojarse.

Las Casas de Escapa las van cubriendo la vegetación desde que fueron vendidas en aquellos años 60 del siglo pasado en las que se quedaron todas estas poblaciones casi despobladas.
Jesús estaba en el servicio militar cuando eso ocurrió y fue vendida. Había sacado el carnet de conducir camiones en el ejército, y esa fue la forma de ganarse la vida. Primero trabajando como chófer para otros en la ciudad de Barbastro, entre ellos Julián Mairal (que estaba donde ahora está el Mercadona) y Transportes Aragón (frente a la Residencia del Amparo).

Fue a los 40 años cuando se compró el camión Pegaso de 25 toneladas y empezó a trabajar para la empresa Translink de Sabadell, fundada en el año 1986, haciendo la ruta y distribución de Madrid. De modo que su vida se instaló allí.
Pero, intentaba no perderse cada año ir a la romería de la ermita de San Hipólito cercana a su casa de la niñez cada 13 de agosto. Un momento de fiesta donde se juntaban de todos lo pueblos cercanos, que todavía se celebra y él acude. Es aquí donde se almorzó en la excursión.

Se volvió a Castejón de Sobrarbe por el camino tradicional que habían limpiado expresamente los vecinos para la ocasión. Una tarea laboriosa de cortar ramas y matorrales tras décadas sin utilizarse la senda al haberse hecho una pista que la dejó en desuso.
Un camino entre pinos que se habían plantado por Patrimonio Forestal. Jesús ganó su primer sueldo trabajando en esta tarea. Ahora los árboles están crecidos y parece que siempre han estado allí.
En la llegada a Castejón, te recibe una cruz de caminos con el telón de la iglesia de la Asunción del siglo XVI y el promontorio donde estaba el castillo que da nombre a la población.
En otra escuela vacía, también adaptada como local social, los vecinos de Castejón habían preparado un aperitivo energético y bebida para reponer las fuerzas de la ruta.
Los 18 niños que participaban volvieron a dar vida a la escuela y a la plaza con su jolgorio y alegría que la vida nos da en esa etapa. Los vecinos del lugar muy contentos de la visita con clara satisfacción en sus rostros.
Y todavía más contento Jesús Grasa, rodeado de sus hijos y sus nietos, que había cumplido su ilusión de poder mostrar aquello que él tanto amaba y quería compartir con las nuevas generaciones.

Jesús es una persona afable pero seria, fruto de los años de tener que tratar con los clientes y solucionar las problemáticas que siempre surgen diariamente en la actividad empresarial.
Valores que ha sabido transmitir a sus hijos Jesús, Teresa y Jorge, que ahora viven en Barbastro, como lo hace su padre desde que se jubiló y regresó de Madrid para acercarse a su tierra tan querida.
Su hijo Jesús sigue con el proyecto empresarial de su padre adaptándolo a las nuevas necesidades del sector del transporte.

Daniel VALLÉS TURMO
Artículo publicado en Diario del Altoaragón

Tejiendo la industria


Tejiendo la industria

Una de las necesidades primeras de la humanidad fue abrigarse. Al principio lo hacía con pieles que cosía con agujas fabricadas de hueso desde hace al menos 60 mil años. En en el Museo de Huesca tenemos la evidencia de esta fabricación. Así, la aguja de hueso encontrada en las “Forcas” de Graus.

Con el asentamiento del neolítico se domestican animales como la oveja cuya lana se utilizaba para hacer hilo y tejer ropa. Primero se fue haciendo con herramientas muy primitivas y luego con telares. Lo mismo se fue haciendo con el cáñamo.

Así, Barbastro, desde su fundación en el siglo IX, fue creando un sistema de acequias entorno al río Vero que le permitió desarrollar su agricultura y su industria desde su origen aprovechando su posición estratégica.

La fuerza del agua de estas acequias logró tener una industria próspera desde los inicios de la ciudad. Así, en el siglo XVI en Barbastro había 5 molinos harineros, 6 batanes y 1 dos tornos de aceite (uno de ellos movido por el agua). El molino de la Penilla de Barbastro, situado junto al río Vero, fue uno de los batanes más antiguos construidos en Aragón al estar documentado ya en el año 1183.

La lana de oveja era un bien preciado que hizo que en nuestros pastos de montaña llegaran a pastar tres millones de ovejas. Pero la llegada del algodón hace que la lana vaya perdiendo protagonismo.

Así, se hilaba bobinas de hilo de algodón en la Fábrica de Hilatura de Graus, que recuerdo visitar con el colegio en los años 70 del siglo pasado. En esa misma ciudad ya había tradición industrial textil.

En 1928 instaló Vicente Llorens una fábrica de fajas y hebillas que contaba con 130 empleados y camiones propios. El éxito vino de una patente de faja que tuvo aceptación y se vendía en toda España.

Desaparece el negocio en la Guerra Civil Española cuando milicianos venidos de Barbastro matan a los 3 hijos. El único hombre que sobrevive es el marido de una de las hijas que estaba de viaje comercial. El negocio renace en Zaragoza en 1939 con una fábrica en el Paseo Ruiseñores con el nombre de “Fajas La Peña”. La tienda estaba en la calle Manifestación. Mi madre Amparo estuvo sirviendo en esta casa en el año 1942.

Luego, en los años 1950 construyeron una fábrica en Avenida Madrid y una tienda en el Coso. En el año 1971 la tienda de lencería se traslada al Paseo Palafox donde ha estado hasta el año 2012, cuando se trasladan a la calle Bilbao donde la nieta María Polo continua con este prospero negocio que nació en Graus.

La industria del petróleo trae nuevos materiales que hacen la competencia al algodón. Son las hilaturas de poliéster. Una empresa japonesa dedicada a esta fabricación se instala en el Polígono Industrial "Valle del Cinca" creado en 1968.
Se llama Textil Brilen, pero entra en crisis conforme se van cerrando las empresas de confecciones españolas y la producción se va trasladando a países más lejanos. En el año 1996 el grupo aragonés SAMCA compra la empresa y va direccionando la producción a hilos de poliéster industrial de alta tenacidad desde 280 decitex hasta 8800 decitex. Esta unidad es la masa en gramos por cada 10 mil metros de fibra.

En la actualidad el Grupo Brilen es una empresa prospera que ha ido diversificando a distintos nichos de negocio. Uno de ellos fue la fabricación de resinas PET y envases PET con la empresa NOVAPET.

Su último proyecto es la Terminal Intermodal de Monzón que aprovecha el ramal ferroviario de Selgua a Barbastro y las antiguas instalaciones de ALVISA. Estos son ejemplos de como se va tejiendo la industria.

Daniel VALLÉS TURMO
Artículo publicado en Diario del Altoaragón el 17 de octubre de 2018

Senderismo digital


Senderismo digital

Acaba de realizarse la Ultra Trail Guara Somontano que atraviesa las sierras de Sevil y Balced con unas vistas extraordinarias sobre los cañones, el Pirineo y el llano del Somontano hacia el sur.
En su décima edición y en sus distintas distancias han acogido a 1.400 participantes y unos 2.600 acompañantes, lo que supone estos 4.000 visitantes un revulsivo económico y de comunicación para la zona.
Las pruebas pasan por senderos balizados y, en ocasiones, por tramos que no lo están. El día de la carrera, para facilitar que los corredores no pierdan tiempo en la orientación, se ponen bandas de plástico de color rojo cada poca distancia.
Hay senderistas que les encantaría poder encontrar esta señalización tan exhaustiva de forma continua, pero supone un gran impacto paisajístico y se quita seguidamente a la carrera.
En la página oficial de la prueba se encuentran los trazados de GPS que se pueden descargar. Durante el año se puede ver a muchas personas entrenando por estos senderos.
Su equipamiento los delata. La sofisticación de los materiales que utilizan para bajar peso y mejorar en comodidad y seguridad se va incrementando año tras año. Igualmente en el material electrónico de posicionamiento y medición cardíaca.
Está siguiendo la tendencia del ciclismo donde cada vez es más importante la electrónica en la bicicleta y en la gestión de la energía del propio corredor. Además, en este caso, se ha creado una comunidad a partir de aplicaciones móviles como Strava que posibilita la gamificación y seguridad de la actividad.
En los usuarios de bicicleta de carretera y de montaña es muy importante el porcentaje de usuarios que siguen el trazado de su recorrido de forma digital a través del teléfono móvil o aparatos específicos.
En el caso de la bicicleta de montaña supone que los trazados no necesiten grandes infraestructuras de señalización. En ocasiones, tan sólo hay un panel explicativo en el punto de partida.

No sucede lo mismo en el senderismo. Primero porque tiene detrás una gran historia que influye. En la baja montaña, nos encontramos con una red de caminos centenarios que unían todo el territorio y, en la alta montaña, los mojones y las estacas de madera han sido los métodos de señalización tradicionales.
A partir de los años 80 se van creando infraestructuras entorno al senderismo para señalizar los senderos de Gran Recorrido y Corto Recorrido. El paso de más de 30 años ha sido dispar en las consecuencias de su estado.
Dependiendo de las comarcas, nos encontramos que el mantenimiento ha sido muy bueno o deficitario. Hay ayuntamientos que han hecho una labor magnífica y otros que no se han ocupado de su estado.
En estos años han ido cambiando las formas de señalización y se han creado redes propias como es el caso de los senderos de los parques naturales y los caminos naturales del Somonano y la Hoya de Huesca.
Existe una señalización de senderos homologada a nivel europeo, que la vemos en la alta montaña, pero todavía no se ha expandido de forma generalizada. De la misma manera, debería haber una normativa clara del responsable del mantenimiento, como ocurre en países con larga trayectoria en el turismo de montaña.

Pero, mientras esto se vaya homologando, los senderistas deberían seguir los pasos de sus compañeros de bicicleta y llevar los trazados digitalizados de los recorridos.
En las páginas de Internet de la comarcas y en la Federación Aragonesa de Montaña es posible descargarse el trazado de los senderos balizados. También, hay muchos blogs de montañeros que permiten descargar las rutas que han realizado.
Ya no es una excusa el coste de un GPS, pues todos los teléfonos lo llevan; ni tampoco el gasto de la batería, porque son muy económicas las baterías auxiliares. Y por contra, sus beneficios son muchísimos en comodidad y seguridad para realizar la actividad, previniendo incidentes que pueden acabar en accidentes.

El senderismo es una de las actividades más fáciles que pueden hacer los visitantes a nuestra provincia en una tendencia al turismo activo. Tenemos mucho adelantado, por el legado histórico, las infraestructuras realizadas y los medios de rescate. Pero sí hay que seguir insistiendo en las medidas preventivas de los usuarios.

Daniel VALLÉS TURMO
Publicado en Diario del Altoaragón

miércoles, 3 de octubre de 2018

La corriente “veggie”


A casa llegó un cachorro caniche blanco que pronto nos supo ganar su cariño con su alegría y paciencia. Le hizo una gran compañía a mi madre y le obligaba a salir a pasearlo cada día.
Solían sentarse en el muro de San Julián cuando venía de trabajar. Recuerdo la ilusión de Sol, así se llamaba el perro, y de mi madre cuando me acercaba a buscarlos.
Murió joven con 6 años de una cardiopatía. Nos entristeció mucho a todos y su memoria todavía está viva. Particularmente, me hizo rechazar la alimentación de carne durante unos años por relacionarla con él.

Incluso, busqué alternativas en aspectos como la ropa y el calzado. Pero, no era fácil encontrarlo en el caso de los zapatos de cuero por la falta de calidad y transpirabilidad de los materiales sustitutos en aquella época.
Hace unas semanas recibí noticias de una zapatería de la existencia de los zapatos que buscaba. Me sorprendió que habiendo pasado muchos años todavía se acordaran. Supongo que mi pregunta no era habitual.
Casualmente, esa misma semana un amigo me dijo que habían atropellado al perro que tanto cariño le tenía. Por lo dicho anteriormente, comprendí perfectamente por lo que estaba pasando. Yo, también, le tenía cariño y admiración por su valentía.
También, me hizo recordar los años en los que llevé una dieta vegetariana que tuve que abandonar para poder llevar una vida social normalizada sin tener que dar explicaciones repetidamente cada vez que salía a comer.
Me sentía muy bien cada verano que iba a Londrés porque allí estaban indicados en todos los restaurantes y tiendas de alimentación si era un producto “veggie”. Por cierto, adoraba un buen restaurante de comida india, que echo de menos.

Me acerqué a la zapatería. Efectivamente, en el escaparate vi que la marca de zapatos Fluchos mostraba una gama “100% VEGAN”. Me extrañó que una marca reconocida entrara en el mercado de personas “veggie”, vegetariano en inglés. Aunque es cierto que exporta más del 50% de su producción, sobre todo a países de la unión europea donde esta tendencia está mucho más consolidada.

Zapatos Fluchos 100% VEGAN

Este segmento “veggie” se está incrementando en España. Según la consultoría Lantern, en el año 2017 ya era el 7,8% de los españoles mayores de edad, unos 3,5 millones de personas.
Un segmento formado por un 0,2% de veganos (no comen carne, ni pescado), 1,3% vegetarianos (comen huevos y leche) y un 6,3% de “flexitarianos” (consumo de carne y pescado ocasional). Compuesto en un 66% por mujeres.
Según otros estudios la opción “flexitariana” es un porcentaje todavía mayor, sobre todo en la gente joven. Esta es la razón por la que la industria alimentaria y otras, como es el caso de los zapatos comentado, se estén reinventando.

Ante este hecho, comencé a observar con más detalle si se estaba produciendo esta tendencia. Así, observé anuncios en la televisión de productos alimenticios veganos, sobre todo en la cadena DKISS, con público mayoritario femenino.
Y en otras cadenas de televisión, varios productos preparados “flexitarianos”, ofrecidos como naturales, saludables y “cool” (moderno). Esta realidad confirmaba que sí se estaba produciendo esta tendencia.
Me acerqué al hipermercado donde hace unos años únicamente se podía encontrar unas pequeñas latas de “carne vegetariana” de la pionera marca Santiveri en la sección de dietética a un precio bastante elevado.
Esta vez encontré un gran frigorífico con productos “veggie” a unos precios asequibles. De modo que estaba a mano de cualquier consumidor el acceso a este tipo de productos.
Al ser uno de los llamados “flexitarianos” no era consciente de la expansión que se había producido en los últimos años. Sí que me extrañó que se abriera hace dos años una tienda de productos veganos y vegetarianos en mi ciudad, aunque acaba de cerrar.

Vivimos en una provincia donde las raciones de comida son generosas. Recuerdo la respuesta viral de Casa Gervasio de Alquézar en el año 2017 a una cliente que se quejaba que no ofrecieran un menú infantil. Su respuesta fue: “Hola, yo cuando tenía 15 años me comía medio conejo para almorzar. Un saludo”.
Ciertamente, según nuestra experiencia tenemos distintas percepciones. El ejemplo anterior lo evidencia.

Daniel VALLÉS TURMO
Artículo publicado en Diario del Altoaragó el 3 de octubre de 2018

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Ovejas con piel de ovejas


No me equivoco del dicho que todos conocemos “lobos con piel de ovejas”, referido a la parábola del evangelio de “Mateo 7, 15-20” en la que se advierte de los falsos profetas que se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Aludo a otro significado. Me explicaré. Durante miles de años los rebaños de ovejas han servido para poder sobrevivir en nuestro territorio. Una oveja suele vivir entre 8 y 9 años dando a luz de 20 a 22 corderos en su ciclo de vida.

Algunas veces paren uno, otras dos y, en ocasiones, nace muerta la criatura. En esta situación, nos encontramos que la oveja está preparada para dar leche y no suele aceptar otro cordero que no sea el suyo. Los conocen por el olor.
Una estratagema que utilizan los pastores es la de revestir un cordero con la piel del que no ha tenido viabilidad, de modo que la oveja lo siente como suyo y le deja tomar su leche y le cuida. Es una situación de “ganar – ganar”.
Es una escena muy tierna ver en una paridera con decenas de ovejas y crías como se encuentran unos con otros entre balidos y olfateos tras volver de comer las madres.

La oveja es un animal gregario, pero muy asustadizo. El perro, descendiente domesticado de la familia de los lobos, ayuda a mantener el rebaño unido y a defenderlo de posibles estampidas y ataques. Confía en el pastor y en el perro.
No se puede decir que el lobo sea el mejor amigo de la oveja, pero sí lo es, como ya lo he comentado, un descendiente domesticado del mismo. Puede resultar paradójico, pero la situación que nos ha tocado vivir también es compleja.

Sin duda, la confianza ayuda a afrontar mejor los retos. La misma confianza que el cordero que sabe que su madre le va a dar leche o la de la oveja que, también, sabe que el pastor y el perro le van a defender.
Así, la confianza está relacionada con el miedo, el miedo es un inhibidor de la toma de riesgos, y sin toma de riesgos no es posible emprender. Por eso es importante saber gestionar el miedo.
Podemos hablar de una confianza propia, autoestima, y otra grupal. En ambos casos nos encontramos con inhibidores y desinhibidores que desencadenan la confianza o el miedo.
No voy a tratar aquí como se construye la autoestima, sino que me centraré en cómo crear una confianza grupal que permite poder asumir riesgos y, por tanto, emprender.

Uno de los países con más impulso emprendedor de calidad es Israel, donde disponiendo de pocos recursos naturales se han especializado en el área tecnológica.
En las milicias obligatorias aprenden a trabajar en grupo. Tras una maniobra, hacen una reunión de evaluación en la que hablan todas las personas sin importar su jerarquía.
Este hábito supone dos consecuencias. Primero, aprender a aprender y, segundo, saber aceptar las críticas sin miedo a que haya represalias por parte de la jerarquía. Sin duda, estos hábitos son influyentes en el dinamismo emprendedor posterior de estos jóvenes y, como consecuencia, en la innovación empresarial del país.
En vez de proponer una sociedad del miedo, se predispone una de confianza. En vez del cartel en las fincas: “Cuidado con el perro”, el cartel, “Llame para comprar nuestros productos”.

Recuerdo un emprendedor sin prejuicios con los inspectores de Hacienda, que le vinieron a ver sin avisar a su empresa y con tranquilidad les dio la tarjeta de su gestor y les dijo que ese tema era mejor que lo trataran con él. A continuación, siguió con la tarea que estaba realizando.

Asertividad sin agresividad. Volviendo con las ovejas, una de las cosas más difíciles de aprender por un perro pastor es a morder la pata (si fuera necesario para imponer su autoridad) sin hacer daño. El problema es que tiene que diferenciar entre las ovejas y las cabras. Éstas últimas tienen la piel más dura.
Acabaré con otra cita del evangelio, la de Juan 10, 11-16: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas...” Vale la pena, ver la cita para ver todo el texto.
Sin duda, también son necesarios los “pastores con piel de pastores”. Aplicado al ámbito empresarial, sería los “empresarios con piel de empresarios” sin ningún tipo de disfraz.

Daniel VALLÉS TURMO

Artículo publicado en Diario del Altoaragón el día 26 de Setiembre de 2018

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Valor cultural y natural


Este año se cumple el centenario de la creación del Parque Nacional de Ordesa. Un lugar que ahora se cuida como si fuera algo excepcional atrayendo centenares de miles de personas. Fue, sin duda, un hecho importante su creación.
Sin embargo, no se podía imaginar entonces el despoblamiento de la población que iba a suceder en las siguientes décadas. Desde hace varios miles de años había sido un lugar humanizado por el hombre para la utilización sostenible de sus pastos y recursos forestales.

No hemos de olvidar que a principios del siglo XX había casi 3 millones de ovejas que hacían la trashumancia a los montes del Pirineo Oscense y ahora apenas hay unas decenas de miles. Entre estos pastos, los del Parque Nacional.
Desde hace unas decenas de años estamos viendo como se están perdiendo los pastos y muchos bosques se hacen inaccesibles por su falta de uso. Parte de la belleza de ese paisaje había sido producida por su humanización.
Como elementos compensador, han surgido muchas iniciativas a nivel municipal y comarcal para la recuperación de senderos tradicionales que son imprescindibles para poder disfrutar de esta naturaleza espectacular que nos rodea y crear nuevos “focos de interés turístico”.

El año pasado se celebró el veinte aniversario de la creación del Parque Cultural del Río Vero con alto interés por sus valores naturales y culturales. Es de destacar el albergar 60 enclaves con arte rupestre de los tres estilos de la prehistoria en Europa: Paleolítico, Levantino y Esquemático. Es Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1998.
Esta parte cultural convive con la parte deportiva y naturista de la Sierra y Cañones de Guara, siendo Alquézar el principal atractivo turístico por su belleza como población y la facilidad de acceso a la naturaleza con senderos balizados de fácil realización y gran impacto como experiencia.

La comarca de Sobrarbe está desarrollando desde hace años un proyecto turístico entorno a la figura del Geoparque. Iniciativas similares se están realizando en todas las comarcas de nuestra provincia para poner en valor el patrimonio natural y cultural.
En el 2020 se cumple el centenario del descubrimiento por Ricardo del Arco de varios mosaicos paleo cristianos del siglo IV con inspiración africana de tradición “prisciliana” en la partida de “Monte Cillas” en Coscojuela de Fantova.
Destaca el que está dedicado a Rufo por su esposa Vivencio. Tal vez, la primera imagen de una persona de nuestro entorno. La lápida dice: “Vivencio adornó este sepulcro para Rufo, su dulcísimo esposo”.

Lauda funeraria Monte Cillas
Es una de las joyas del Museo Provincial de Huesca, por el que vale la pena visitarlo. Hay que agradecer que sea gratuito, porque favorece que se vaya cuando se desee. Tal vez habría que hacer un esfuerzo para que otros museos y monumentos sea gratuito su acceso para facilitar el acceso de la población para que lo sientan como propios.
En esta localización del Monte Cillas también se encontraron restos visigodos, pero se abandonó el asentamiento antes de finalizar el siglo V. Sus habitantes, posiblemente, se fueron hacia el norte. En la zona de las Paúles se han encontrado varios asentamientos.

Este es el caso de la cueva Foradada (Paúles en Sobrarbe), que sirvió como depósito funerario entre los siglos VII y mediados del VIII. Supone el límite más septentrional de hallazgos visigodos. En el Museo de Huesca podemos ver el ajuar encontrado: Tres anillos con sello, un hebilla de cinturón y una moneda de oro de la época.

Ajuar Cueva Foradada
El Museo de Huesca surge de la colección de obras de arte procedentes de la desamortización de Mendizabal. A partir de aquí, Valentín Cardedera fue el principal propulsor del Museo Arqueológico de Huesca fundado en 1873.
Ricardo del Arco fue director del mismo. Siendo Vicente Baldellou, fallecido en el año 2014 y director durante cuarenta años, la figura clave en la configuración actual del museo y en el descubrimiento de los abrigos prehistóricos del río Vero.
Desde la comarcalización se han hecho muchas iniciativas en la creación de valor cultural y natural, sobre todo en torno a centros de interpretación, pero se hace necesaria una figura englobadora, como es el caso del Museo Provincial, para mantener la unidad más allá de los límites comarcales.

Museo Provincial de Huesca


Daniel VALLÉS TURMO
Artículo publicado en Diario del Altoaragón el 12 de setiembre