miércoles, 15 de mayo de 2013

Vidas dedicadas



Cuando se planifica un proyecto empresarial, se suele hablar de la política estratégica que engloba la misión, la visión y los valores. La misión es la razón de ser y la visión es dónde queremos llegar.
En un momento socioeconómico tan vinculado a lo que sucede globalmente, es bastante complejo hacer previsiones a medio y largo plazo, pero es necesario seguir planteando una visión empresarial.
La visión empresarial tiene una capacidad de hacer converger todas las fuerzas de la organización en una única dirección posibilitando que se posibilite la misión propuesta inicialmente.
Esta necesidad de plantear un sentido y dirección a las personas y las organizaciones en milenaria. Existe una tradición secular de hacer retiros para concentrarse y volver a retomar la actividad.
Nuestro Pirineo está repleto de lugares que fueron frecuentados por eremitas. Uno de ellos es la ermita de la Virgen de Sis en la Ribagorza. Recientemente se ha señalizado la Ruta Circular Sierra de Sis que facilita su acceso.
Se dice que fue Pere el Monche quien construyó esta ermita tras encontrar varias tallas de santos y una virgen que habían sido escondidas en este lugar recóndito en época de la invasión musulmana.
Este monje albañil procedente de Poblet construyó la Ermita de la Virgen de Sis. También se le atribuyen las iglesias de San Esteban de Mall y de Cagigar, donde está sepultado.
La restauración de la Ermita de Sis y el acondicionamiento del camino actuales se deben a la labor realizada desde el año 2002 por un grupo de montañeros de Peña Guara que cada año han organizado un campo de trabajo.
El esfuerzo de esta dedicación durante tantos años y la limpieza y señalización del sendero recientemente, han permitido un sendero circular que nos lleva al corazón de la Sierra de Sis.
La talla de la Virgen de Sis del siglo XV está actualmente en la recién restaurada iglesia parroquial de Beranuy cuyo párroco, Laureano, está acabando de amueblar y adecentar para su uso eclesial.
Laureano ha dedicado toda su vida sacerdotal desde 1957 al Valle del Isábena y Obarra, primero en Villacarle y ahora en Beranuy. Toda una vida de dedicación a esta tierra y su gente.
Los sacerdotes de estos valles se han encontrado con un magnífico patrimonio románico que han tenido que mantener como han podido. Como ejemplo, José María Lemyñana, el que fue párroco de Roda de Isábena.
En el caso de los sacerdotes del Valle del Isábena, converge su vocación religiosa con la belleza del magnífico legado románico de sus ermitas e iglesias. Uno queda atrapado, como ocurre con el Síndrome de Stendhal.
Son vidas dedicadas a una misión y a una visión que convergen construyendo proyectos que no tienen fin. Es una vida plena de significado que se identifica con la labor que se está realizando.
Esta focalización de la dedicación posibilita la transcendencia de la propia vida. Uno se acaba identificando con el proyecto. El significado de la propia vida queda prolongado más allá de la misma.
Las personas que las rodean encuentran inspiración en estas personas cuyos intereses han transcendido los propios y que han entrenado la capacidad de estar presentes con la persona que están.
En una vida dedicada vemos claramente cómo se produce esta evolución y maduración de la persona cuando convergen la misión y la visión, construyendo, transcendiendo e inspirando.
El Valle del Isábena cuenta con unos senderos muy adecuados para poder descansar físicamente y psicológicamente de nuestras ocupaciones, pero que también nos ayudan a “retirarnos” por unas horas o por unos días.
Llegar a la Virgen de Sis es una parábola. El recorrido desde Pardinella sube por senderos frondosos y lúgubres de cara norte que no nos dejan ver la ermita hasta casi llegar. Luego subimos a la loma que baja hasta Beranuy desde la sierra.
El camino deviene luz y horizonte contemplando el valle a los pies hasta que descendemos para volver al punto de partida en Pardinella. Nos sentimos cansados pero renovados.

jueves, 9 de mayo de 2013

Atravesar el miedo


Cuando realizamos el mapa de empatía de la conducta de compra de nuestros clientes, nos encontramos con el apartado de conocer los esfuerzos que está realizando: frustraciones, obstáculos y riesgos que se temen tomar.
Una vez conocidos estos esfuerzos, nos toca conocer los resultados que buscan: los deseos y las necesidades reales, el baremo para medir el éxito y las estrategias que utiliza para superar los obstáculos.
El miedo aparece en esta parte del mapa de empatía. Es una emoción que nos ha servido a la humanidad para ser prudentes, pero que si se hace crónica nos impide avanzar hacia adelante.
El miedo hay que atravesarlo, si se evita lo único que hacemos es darle más fuerza. Vamos a analizar varias estrategias que utilizamos para gestionar esta emoción que no podemos evitar que nos acompañe.
Vamos a volver miles de años atrás y nos situamos en la cara este de la Sierra de Sis, en el Valle de Cornudella de Valira. Pasado la población de Arén (Ribagorza) nos desviamos a dos kilómetros cogiendo una carretera que nos lleva a l´Hostalet.
Tras recorrer 11 kilómetros de una pista asfaltada nos encontramos a una altura de mil metros a los pies de la sierra. Desde aquí podemos pasear hasta encontrarnos los Dólmenes de Cornudella en medio de un carrascal.
Nos retraemos miles de años atrás con un ser humano que se tiene que enfrentar con la naturaleza para sobrevivir. Su principal herramienta es su capacidad para desarrollar nuevas técnicas que le permiten ser más eficaz para alimentarse.
En este caso, el miedo se va gestionando con las experiencias previas acumuladas a lo largo de la historia propia y la de los antepasados que hace que vayamos controlando mejor el entorno.
Si cogemos el sendero PR HU 247 daremos una vuelta circular pasando por los pueblos deshabitados de Soperun e Iscles, poblaciones que surgen en el siglo IX y que han sobrevivido hasta la década de 1960.
Durante más de mil años han seguido un modo de vida basado en la ganadería y en el trueque hasta que este modelo económico ya no era posible de llevar con los cambios de la segunda mitad del siglo XX.
Dejar un modo de vida secular no es fácil. Cerrar la puerta de una casa con siglos de historia. Se iban escuchando historias de personas de otros pueblos que habían encontrado trabajo y que les iba bien.
De esta forma, se atravesó el miedo para irse imitando otros modelos de personas que ya habían hecho lo mismo en otros pueblos. Si a otros les ha ido bien, a mí también me puede ir bien.
Pero, en muchas ocasiones, no contamos con experiencias previas propias o podemos imitar el modelo de personas cercanas, sino que tenemos que abrir nuevos caminos. En este caso gestionamos el miedo por indicadores de acción.
Nuestros antepasados de Cornudella construyeron los dólmenes para simbolizar un cierto control sobre su destino. De forma similar a quienes pintaban los animales en las cuevas pensando que les sería más fácil cazarlos.
Las festividades unidas a los ciclos de la agricultura también tienen un significado parecido de gestionar la incertidumbre, celebrando para que siga continuando el ciclo que proporcionaba la alimentación.
Si volvemos a nuestro comienzo del siglo XXI, siguen siendo vigentes estas estrategias que utilizamos para gestionar el miedo y vencer los obstáculos porque la emoción subyacente es la misma.
La forma más habitual de vencer los obstáculos es por el entrenamiento que logramos basado en nuestras experiencias previas. Estas experiencias pueden ser reales o inducidas mediante formación.
Otra forma de vencer los obstáculos es aprender imitando otros modelos gracias a nuestra capacidad simbólica. En este caso, es necesario que el modelo a imitar sea similar a nosotros.
Una tercera forma es definir el objetivo que queremos lograr y disponer de indicadores que tenemos que ir alcanzando para llegar. Son indicadores de acción que nos retroalimentan.
Si dejamos que el miedo nos paralice, permitimos que se solidifique y nos controle. Durante miles de años nuestros antepasados han tenido que aprender a atravesar sus miedos.

Vocación y pasión


Han comenzado los actos para la celebración del centenario de la aprobación de la Ley de Riegos del Altoaragón de 1915. Apenas hace dos años se cumplió el centenario de la muerte de uno de sus precursores, Joaquín Costa.
Detrás de centenarios tan importantes para el desarrollo socioeconómico nos encontramos con la gran labor de muchas personas e instituciones que lo posibilitaron y desarrollaron posteriormente que no son conocidas popularmente.
Luis García Sainz es uno de los precursores de la Geografía física en España, particularmente de la tendencia morfoclimática y de la aplicación práctica de la geomorfología.
Muchos de sus estudios los dedicó a la geomorfología aplicada al regadío, como podemos ver en su amplia bibliografía citada en su ficha en Wikipedia (Luis García Sainz).
Resalta su estudio de 1942 titulado “Las regiones naturales del Ebro Medio y sus zonas de regadío” en el que, además de realizar un análisis técnico, visualiza la importancia socioeconómica futura.
Luis García Pastor fue en 1924 y 1925 uno de los beneficiarios de las becas al extranjero que facilitaba la Junta para la Ampliación de Estudios que posibilitó la formación de muchos profesores universitarios españoles desde 1907 a 1936.
Sus estancias en las Universidades de Berlín y de Belgrado con reconocidos profesores, le ponen en contacto con las innovaciones en el área de conocimiento de la geomorfología.
Fruto de los conocimientos adquiridos en glaciología y estudios de los suelos y subsuelos europeos presenta en 1924 su trabajo “Los fenómenos de erosión en la cuenca del Ebro”.
Decididamente, estas estancias le enfocan su trayectoria investigadora en el área de la geomorfología y la morfoclimatología, primero, de forma teórica en el estudio de la glaciación y, después, aplicada en los estudios de las crecidas de los ríos.
Desde 1916 se dedicó a su vocación como profesor en Teruel, Palma de Mallorca, Valencia y Barcelona. Logra la Cátedra en Geografía Física de la Universidad de Barcelona en 1942 ejerciendo hasta su muerte en 1965.
Además de su dedicación a la docencia y a la investigación, regentó cargos como Secretario del Instituto Juan Sebastián Elcano del Instituto Juan Sebastián Elcano del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en 1940.
También, le tocó asistir por su condición de Catedrático a muchos tribunales, entre ellos como presidente en la Cátedra de Estructura Económica que aprobó el recién fallecido José Luis Sampedro gracias a su voto positivo en 1955.
En la década posterior recorrió muchas universidades de España. Precisamente fue viniendo en coche de un tribunal de Madrid donde se truncó su vida en el mismo año de su jubilación.
Su gran pasión fue la investigación aplicada en su área de conocimiento. Son muchos los viajes que hace al Pirineo para estudiar los glaciares hasta escribir en 1947 su libro más ambicioso: “El clima de la España cuaternaria y los factores de su formación”.
Igualmente, son muchos los viajes que hace para el estudio de las aguas subterráneas y el análisis geomorfológico adecuado para la construcción de los embalses que se estaban planteando, entre ellos el de Mediano.
Compaginó este estudio de campo con la capacidad didáctica para escribir sus descubrimientos, publicarlos y darlos a conocer al ámbito científico internacionalmente a través de la participación en los congresos internacionales.
Así, presentó sus investigaciones en los congresos de Internacionales de Geografía de Cambridge (1928), Varsovia (1934), Ámsterdam (1938), Wüzburg (1942), Lisboa (1948) y Nueva York (1951).
Su último estudio de 1964, presentado en Londres, “Las dos clases de hielos y arcillas cuaternarias del Pirineo debidas a sus dos fases climáticas”, es su verdadero testamento científico, tanto por la claridad como por el uso avanzado de nuevas técnicas de análisis.
En su última etapa siguió siendo muy dinámico tanto en la aplicación de nuevas tecnologías, como en la aplicación de sus conocimientos de morfología climática a otros ámbitos de la geografía.
El zaragozano Luis García Sainz es una muestra de las muchas personas que con su especialización, vocación y pasión fueron pioneros de la investigación aplicada en nuestro país.