domingo, 17 de marzo de 2019

Un lugar donde vivir


Un lugar donde vivir

Comenzando la segunda parte de la guía de la Sierra de Guara, la parte occidental, realizo un pequeño recorrido que une el Somontano y el Sobrarbe con esta parte que parte el río Alcanadre, Bara a Nasarre.
Recorro 109 kilómetros en coche para llegar a Bara desde Barbastro (son dos horas de duración) y desde aquí subir hasta Nasarre en apenas una hora y media muy despacio. Encuentro Bara como un pueblo fantasma con todas las casas arregladas, pero sin vida. Es un día de diario.
Es una excursión muy recomendable para poder visitar la iglesia románica de Nasarre y la panorámica sobre la Sierra de Guara. Desde Rodellar o Las Bellostas es una ruta muy larga.
Al llegar al coche para cambiarme, me encuentro una persona que va de ruta con un hermoso burro que se llama “Rousseau”. Le pregunto donde va y me dice “que está buscando un lugar donde vivir”. Su próxima etapa sera Nocito.
Es como volver a encontrar a una persona del pasado de hace 70 años dando vida a como se vivía en estos pueblos que tan solo daban para la subsistencia de las familias. Nos deseamos suerte en nuestros viajes.
Saludo a la viajera de vuelta por la pista. Nocito también parece un pueblo fantasma comparado con el sábado anterior que estuve en la romería al Santuario de San Úrbez.
Se habla mucho de repoblar los pueblos, pero habría que tomar medidas compensatorias drásticas para que sea así. Uno de los problemas importantes es la sanidad.
Los médicos y la farmacias rurales hacen un papel muy importante y se entregan en su trabajo. Pero, a modo de ejemplo, hace dos semanas tuve que recorrer 50 kilómetros un sábado para poder coger un antibiótico para un familiar en la farmacia más cercana. En Barbastro, sería andar unos cientos de metros.
La farmacéutica me cuenta que van con un botiquín cuando la consulta de los médicos a los pueblos para que los enfermos puedan coger el medicamento allí mismo. Es algo que no conocía y que me pareció admirable.
Otro de los problemas serios es la vivienda. Hablando con un trabajador de una población muy turística, me cuenta como se ha tenido que ir alquilando pisos cada vez más lejos por la subida de los precios. Eso suele ocurrir en casi todas las poblaciones turísticas.
Si hubiera algún tipo de vivienda para los trabajadores, aunque fuera de tipo efímera, en esas poblaciones habría más población que se iría asentando y no sólo un monocultivo turístico que acaba teniendo consecuencias negativas sociales a medio plazo, como lo comentan algunos expertos.
Un tercer problema muy importante son los largos desplazamientos que hay que hacer para abastecerse de cualquier cosa en el caso de las empresas. Sin duda, son necesarios incentivos fiscales compensatorios.
Pero no quiero que esto parezca un panegírico de lo problemas que hay en el mundo rural y lo bien que se vive en las ciudades, porque éstas también tienen sus problemas, aunque sean de otro tipo.
Ayer estaba en Zaragoza. Pasando el puente del Pilar vi como una persona socorría a una anciana que se había caído en la vía del tranvía, con riesgo de ser atropellada. Me acerqué lo más rápido que pude para ayudar a sacarla. No tardaron unos segundos para que pasara un tranvía.
La otra persona tenía prisa. La mujer estaba bloqueada y con heridas en un mano. Como disponía de tiempo me ofrecí a acompañarla al ambulatorio más cercano para que la examinaran y curaran.
Le costaba orientarse, pero llegamos. Las enfermeras le atendieron enseguida de una forma muy cariñosa. Le acompañé a su casa. Le costaba orientarse. De camino compramos en un bazar un bastón, que apenas nos costó 6 euros.
No lo llevaba porque hace tiempo había perdido uno en un centro de ancianos. Le comenté que llevara un bastón para no tropezar. Aún había uno más barato de 4,5 euros, pero no se lo aconsejé. “Mi madre tampoco quería llevar bastón”, le comenté.
Finalmente, llegando a su casa ya estaba más orientada. Le acompañé hasta el portal y me cercioné que sabía abrir la puerta. Le di un fuerte abrazo y me fui. Vivía sola, como muchísimos ancianos en las ciudades.

Daniel VALLÉS TURMO

Nuestros pueblos


Nuestros pueblos

Me invitan a participar en las Jornadas Culturales de Alquézar el viernes día 22 de febrero para presentar mi última guía sobre la Sierra de Guara. Me siento muy bien acogido y, luego, en la merienda, veo que hay un buen ambiente entre los vecinos del pueblo. Me gusta que me acepten como uno de ellos.
Tiene mucha aceptación la guía y la mayoría de los asistentes adquieren una copia al precio asequible de coste. Una de las personas me dice si le puedo facilitar una guía de la Sierra de la Carrodilla.
En el caso de Alquézar, las Jornadas Culturales sirven para que los vecinos del pueblo puedan convivir. No olvidemos que Alquézar es tomado cada día por cientos de turistas y es necesario momentos para que se reúnan los vecinos de toda la vida y mantengan los vínculos.
Su alcalde, Mariano Altemir, ha logrado que la población pueda sea capaz de absorber el número de visitantes que llegan hasta esta villa tan pintoresca y crear nuevas atracciones como “las pasarelas” para seguir incrementando el número de visitantes.
Ello ha conllevado la creación de cientos de puestos de trabajo que ayudan a repoblar los pueblos de la Sierra de Guara. Sin duda, Alquézar es el buque insignia del entorno.
Entorno entre el que se encuentra Barbastro. Muchas personas paran en Barbastro porque van a ir a Alquézar y les queda de paso. Es algo que es necesario recordar para hacer sinergias.
Unos kilómetros más abajo se encuentra Santa María de Dulcis, que agrupa las poblaciones de Buera y Huerta de Vero. El sábado día 23 participé en una cata de aceites en el Torno de Buera.
Su alcalde, Mariano Lisa, lleva años preocupándose también porque el municipio haga valer sus capacidades turísticas. Sin duda, es una pueblo ejemplar en el marcado de senderos.
Son dos ejemplos entre centenares de nuestra provincia, sin importar el partido por el que se presentan los alcaldes. Nos encontramos personas entregadas con el destino de sus vecinos.
El domingo 24 subo a Alquézar a facilitarle la guía de la Sierra de la Carrodilla a precio de coste a la vecina que me lo pidió. Me espero a misa de una para “tomar fuerzas” en un momento laboral complejo.
Me siento muy a gusto en la iglesia de San Miguel escuchando la misa de Mosén Cabrero. Me hace sentirme cerca de mis orígenes familiares de Sobrarbe y Ribagorza.
Esperando, me siento en una mesa de un bar y no dejo de escuchar a los visitantes sobre “las pasarelas”. Decenas y decenas de personas preguntar dónde comienza su inicio. Me quedo sorprendido.
Esto me hace pensar sobre la importancia de esta ruta que tiene para Alquézar, que ha logrado alcanzar un cliente menos exigente físicamente que el que hace cañones y que, además, se puede hacer durante todo el año.
Este día me saludan muchos vecinos de Alquézar. Ya no soy un turista más. Me hace sentir bien que les haya gustado la guía que he hecho sobre la Sierra de Guara. Me quedo a comer con uno de sus vecinos más ilustres.
Quedamos para que vaya el día 9 de marzo a San Úrbez, cerca de Nocito. Mi padre me habló mucho de este santuario. Tal vez sea el inicio de la segunda parte de la guía de la Sierra de Guara, Dios mediante.
El menú de garbanzos y cordero de Almazorre anima a asistir a esta romería, pero sobre todo me cautiva el retomar el pasado compartido con mis familiares que asistieron allí durante cientos de años.
Conocer a muchos vecinos y descendientes de estas poblaciones, conocer a muchos alcaldes del Parque Natural de Guara que hacen todo lo posible para que se repueblen las poblaciones.
Y, sobre todo, a pesar de las adversidades, comenzar la guía de la Sierra de Guara Oriental. Un proyecto grande, pero necesario. Una mirada profunda de un territorio recorriendo sus senderos.
Posibilitando que el senderista no únicamente haga una actividad deportiva, sino que conozca el terreno por donde pasa y se impregne de su naturaleza, historia e idiosincrasia.

Daniel VALLÉS TURMO

Responsabilidad Samaritana


Responsabilidad Samaritana

Hay un empresario aragonés que se merecería tener una estatua en Barbastro por haber mantenido la industria y el empleo a pesar de las crisis del sector y la baja rentabilidad de la empresa a lo largo de muchos años.
El año anterior, el beneficio por trabajador no llegó a los 500 euros por cada puesto de trabajo. Este dato, para las grande empresas, significa el cierre inmediato por baja rentabilidad para el accionista.
Es algo más que Responsabilidad Social, yo hablaría de Responsabilidad “Samaritana” aludiendo a la parábola del evangelio del buen samaritano, Lucas 10 30-35.
Primero, el samaritano se “hace cargo” de la situación”: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y lo asaltaron unos bandidos, lo desnudaron, los molieron a palos y se marcharon dejándolo medio muerto. Coincidió que bajaba un sacerdote por aquel camino, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio, al verlo, dio un rodeo y paso de largo. Pero un samaritano, que iba de viaje, llegó a donde estaba el hombre...”
Segundo, el samaritano se “carga” la situación: “… y, al verlo, se compareció, se acercó a él y le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, luego lo montó en su propia cabalgadura ...”
Tercero, el samaritano se “encarga” de la situación: “… lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente sacó dos denarios y dándoselos al posadero, le dijo que cuidara de él, y lo que gastase de más se lo pagaría a la vuelta”.
Volviendo al empresario, sus asesores siempre le han hablado de cerrar por las dificultades del sector y él siempre ha preguntado que si eso ocurría cuántas personas se quedaban sin trabajo.
Seguidamente, les animaba a invertir en ese negocio o en otros para poder mantener los puestos de trabajo. Como el buen samaritano, se hace cargo de la situación, la carga y se encarga.
Qué diferente a otras empresas qué cerraron, aún dando buenos despidos, porque en otros países podían conseguir una mayor rentabilidad. Aún, conozco a personas que no han vuelto a encontrar trabajo desde entonces en Barbastro.
La necesidad de mantener la empresa abierta y los puestos de trabajo, ha hecho que se originen nuevos negocios innovadores que de otra forma no se hubieran llevado a cabo.
Este es un ejemplo que poniendo el objetivo de la empresa en mantener el empleo, se llega a la innovación. Al contrario de lo que aluden otras empresas, de que es necesario primero cerrar para reestructurar.
En muchas ocasiones, ya no se vuelven a abrir, como sucede con los solares vacíos que vemos en las ciudades, que sus promotores presentaron bonitos proyectos de edificación que nunca se llevaron a término.
Lo mismo ocurre con las empresas, a lo nuevos modelos de negocio no se llega desde la nada, sino desde el conocimiento del mercado y adaptación a sus nuevas necesidades.
Desde los año 80 del siglo pasado las consultoras comercializaron los sellos de calidad en distintos ámbitos como modo de llegar a la excelencia empresarial. Con el paso de los años han ido cambiando las temáticas para adaptarse a su mercado, las empresas.
Al llegar a la entrada de algunas empresas vemos esos sellos de calidad. Supongo que la empresa de la que hablo también tendrá alguno de estos sellos de calidad. Pero, hemos de recordar que “el hábito no hace al monje”.
Por eso, no he titulado a este artículo Responsabilidad Social, sino Responsabilidad Samaritana. Porque hay una gran diferencia entre el dicho y el hecho. Y una cosa muy distinta es predicar que dar trigo.
Gracias a Dios hay muchos empresarios samaritanos que mantienen gran parte del empleo. Conozco a personas que ponen todo su talento en ir renovando el negocio para poder mantener a los trabajadores.
Su perspectiva ya no está en el enriquecimiento, sino en que puedan jubilarse los trabajadores que han estado decenas de años en la empresa y, entre ellos, dichas personas, los empresarios.
Empresarios que son autónomos y que cada vez se sienten más trabajadores que empresarios. Gracias a todos ellos.

Daniel VALLÉS TURMO

Nuestro camino


Nuestro camino

Hace ya cuatro años, en febrero de 2016 que publiqué la guía del Camino del destierro de San Ramón. Le pedí al obispo Ángel Pérez que hiciera un prólogo sobre la actualización de los valores del obispo y santo.
Hablaba de una ruta del románico que sirviera de unión de los pueblos cercanos, que nos juntara como sociedad y que, también, tuviera una función de motor turístico.
Desde entonces, de la mano de Montañeros de Aragón de Barbastro y el Centro Excursionista Ribagorza hemos ido realizando etapas de este camino del destierro de San Ramón.
Este año, el 14 de abril llegaremos hasta el Hospital de Vielha, y ya sólo nos quedarán 4 etapas para llegar a San Beltrán de Cominges en Francia, catedral hermanada con Roda de Isábena.
El año que viene, año 2020, se rememorará el 500 aniversario del regreso de las reliquias de San Ramón a Barbastro. Para esta ocasión el obispo Ángel Pérez ha visto que es necesario revindicar nuestro camino, el de San Ramón.
Patrono de la diócesis de Barbastro y con unos valores que son válidos en la actualidad por su capacidad de aceptar el “destierro” y convertirlo en algo positivo que creó mucho valor.
La semana pasada hablaba de la figura de José María Leminyana, párroco durante 30 años de Roda de Isábena, que llegó allí “desterrado” por el obispo de Lleida y supo también revivir el espíritu de San Ramón.
Yo mismo me he visto “cautivado” por ese espíritu de San Ramón cuando escribí la guía y he tenido el coraje y su auxilio para poder continuar año a año a mantener en vigor su camino y mi propia vida.
En su momento, pensé que era importante que fuera camino de Santiago, pero ahora confirmo con la idea del obispo que necesitamos creer en nuestros propios caminos.
El camino del destierro de San Ramón unifica la parte oriental de la provincia de Huesca y atraviesa por lugares que son insignia de nuestro mejor románico que podemos enseñar.
No es necesario copiar el “modelo de negocio” del Camino de Santiago de hacer una carnet para obtener la Compostelana, sino que cada persona haga el tramo que le parezca más bonito.
Personalmente, aconsejo como tramo más bonito el que va desde Casa Colomina, por la cabañera hasta Roda de Isábena, por su belleza paisajista y por tener siempre a la vista la Catedral.
Más al sur, recomiendo el tramo entre Estada y Aguinaliu atravesando la Sierra de la Carrodilla, por ser una zona poco conocida de un gran potencial natural, histórico y artístico.
Hacia el norte, aconsejó el tramo entre Bonansa y Casa Arro y entre la central de Ginasté y el Hospital de Vielha, pudiendo entrar ya en un paisaje propiamente pirenaico.
En la parte personal y social es preciso creer y crear nuestros caminos. Así, como el que va a Santiago suele decir que el camino le ha cambiado, podemos hablar que el Camino de San Ramón también puede hacerlo.
Es necesario que creamos y creemos en lo nuestro, porque es parte de nuestro patrimonio cultural y espiritual. Y este es el caso del Camino de San Ramón. Yo no soy neutro para hablar porque ha cambiado mi forma de concebir mi vida.
Este año es posible que se consagre a San Ramón la ermita de Casa Sierra de Güell. Ya está la ermita rehabilitada y con el santo en su sitio para que el obispo la bendiga.
Casualmente, el camino del vuelta de las reliquias de San Ramón a Barbastro coincide con el tramo tradicional de la entrada del Camino de Santiago por el Valle de Arán.
Pero, lo importante es que creamos en nuestros caminos porque son los nuestros y los que nos consolidan como sociedad y podemos transmitir a quienes nos visiten para que entiendan nuestra idiosincrasia.
En un mundo globalizado, tiene mucho valor el saber hacer propios nuestra historia y los caminos que la hicieron posible. Sin duda, es una gran visión ésta del obispo Ángel Pérez.

Daniel VALLÉS TURMO

El espíritu del Pex


El espíritu de “El Peix”

El pasado 29 de enero, San Valero, se cubrió de nieve Roda de Isábena tras la comida de confranternización entre los feligreses de la Parroquia de San Ana de Zaragoza, rotenses y el clero.
Previamente a la misa se había hecho un homenaje a José María Leminyana y Alfaro en su décimo aniversario de su fallecimiento y se anunció que éste era el último viaje regular de la parroquia tras casi 40 años, debido al envejecimiento de sus miembros.
José María Leminyana y Alfaro fue sacerdote conservador de multitud de iglesias en el Valle del Isábena, entre ellas Roda de Isábena. En 2001 se le otorga la encomienda de placa de la Orden de Alfonso X el Sabio en reconocimiento a la labor efectuada en la reconstrucción y restauración del patrimonio.
También fue un líder facilitador del proceso desegregación de las parroquias oscenses pertenecientes a la diócesis de Lleida. Por este motivo se le otorga en 1988 la medalla de San Jorge del Gobierno de Aragón.
Más tarde, se erigiría en uno de los primeros y mayores defensores del regreso de los bienes procedentes de las parroquias aragonesas segregadas de la diócesis de Lleida. Por este motivo en 2008 la Real Academia de Bellas Artes de San Luis le nombra académico de honor.
Al acabar el acto, fui a saludar a Juan Antonio Gracia Gimeno para felicitar por el acto que el había presidido. Me preguntó quién era y le comenté mi relación con “El Peix” de Serraduy.
Me dijo que allí comenzó todo. Efectivamente, en la página 43, de su libro del año 2001 “La Nueva Diócesis Barbastro-Monzón: Historia de un proceso”, se menciona que “es en el comedor de Casa El Peix de Serraduy donde tiene lugar una comida el 5 de abril de 1978 que inicia el proceso que dura casi 20 años.”
Durante el homenaje y la comida se habló mucho del coraje de José María Leminyana y Alfaro. Un valor que es muy normal en la mayoría de la población de este valle.
Un coraje necesario para afrontar el problema fundamental de la zona que es el envejecimiento de la población. Un ejemplo es la propia Roda de Isábena, que únicamente tiene 20 habitantes, cuando acaba de entrar en la lista de los pueblos más bonitos de España.
Es imposible pedir el coraje a toda la población, pero con que haya una pocas personas, éstas hacen de catalizadores para que se contagie en la sociedad a la que pertenecen.
Coraje que tuvieron Ramón y Carmen, los fundadores de la fonda “El Peix” en 1915, que sirvió para que la comarca tuviera un lugar social para el viajero y para festejar las celebraciones familiares.
Coraje tuvieron Juan y mi tío José María para facilitar el intercambio de mercancías comprando un camión en el año 1949. Servicio que facilitó mi tío hasta la jubilación tras más de 40 años.
Coraje tuvieron Amalia y mi tío José María construyendo un moderno hotel junto al río Isábena en los años 70 que fue un verdadero revulsivo para el turismo en el valle del Isábena.
Coraje tuvieron Alegría y mi primo José Mari siguiendo el proyecto añadiendo recientemente el negocio de la panadería y la repostería para adaptarse a los cambios sociales.
Coraje tuvieron Catalina y Simón, la cuarta generación, para seguir las riendas del negocio y tener ya dos hijas, Carmen y Teresa, que animan a que otros jóvenes sigan su ejemplo de mantener los negocios e incrementar la población.
Mi pequeña aportación a este valle del Isábena es haber realizado dos guías de senderos, el de la Sierra de Sis y el Camino del Destierro de San Ramón, que se pueden descargar gratuitamente en el blog Caminos de Barbastro.
Yo conozco a José María Leminyana y Alfaro en el año 2003, cuando celebró en el jardín de Casa Peix de Serraduy el fallecimiento de mi tía Amalia. Había cientos de personas y su discurso y presencia tenía liderazgo espiritual, social y personal en todo el valle del Isábena.
El año pasado murió mi tío José María. El sacerdote Aurelio Ricou valoró su papel realizado para la comunidad, pero ya no había tanta personas en el funeral, porque ya habían fallecido la mayoría de sus coetáneos.

Daniel VALLÉS TURMO

Calle Serpientes


Calle Serpientes

Andaba por la calle Martínez de Velasco de Huesca a la altura del antiguo matadero. Una persona se me acercó y me preguntó si conocía donde estaba la calle Serpientes.
No me sonaba, pero cogí el teléfono y consulté en la aplicación “Google Maps” para ver si existía. El resultado fue negativo, entonces le pregunté “qué estaba buscando”. Me contestó que las oficinas de Tráfico.
Entonces, le dije que estaban en la plaza Cervantes, no calle Serpientes. Le acompañé cruzando el Parque Miguel Servet. Le dije que era el escritor más reconocido de España y le pregunté por los de su país.
Cuando lo dejé vino a mi memoria el verano de 1986 cuando con un amigo de la universidad nos habíamos inscrito en un programa para recoger fruta en el Reino Unido con la intención de aprender inglés.
Cogimos un autobús que fue parando por varias ciudades de Francia hasta que tomamos el transbordador en Calais que nos llevaba a la frontera de Dover al otro lado del Canal de la Mancha.
Subieron varios agentes al autobús. Únicamente me hicieron bajar a mi. Mi amigo me acompañó. Cogieron mi equipaje y el autobús se fue. Me llevaron a una sala donde me cachearon y revisaron mis pertenencias.
Apenas hablaba inglés, pero les enseñé los papeles del programa universitario. Me hicieron esperar un tiempo hasta que me dejaron salir. Cogimos otro autobús hasta la estación de Victoria de Londres para tomar otro hasta Leeds.
Llegamos a esta ciudad industrial, entonces en crisis, de noche tras 5 horas de viaje desde Londres. Ya habíamos perdido la conexión para ir a la granja para la que teníamos el permiso.
Tomamos un autobús local (el clásico rojo de dos plantas) y fuimos a otra granja donde mi amigo ya había estado trabajando. Entramos en una nave y nos pusimos a dormir sobre unas pacas de paja.
A la mañana siguiente comenzamos a trabajar en la recogida de frambuesas. Cada uno teníamos un número y al final del día nos pagaban. Yo tenía el número 13 (se escribe thirteen y se pronuncia tirtin) Yo me equivocaba y decía, a veces cirti, la pronunciación de thirty (30) en inglés. Acabé por enseñar la placa con el número.
Tras este recuerdo me reía de mi mismo por la equivocación de la calle Serpientes. Tal vez aquella experiencia de la juventud me hizo empatizar con aquella persona que quería homologar su permiso de conducir.
Cada vez vemos más emigrantes trabajando en nuestra provincia. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística los habitantes a fecha 31 de diciembre de 2017 eran 219.345. Suponen 357 habitantes menos que el año anterior.
En ella año 2017 descendió el número de población española en 1.014 habitantes. Posiblemente por las defunciones debidas al envejecimiento de la población. En cambio se incrementó el número de emigrantes en 657, suponiendo un crecimiento del 2,92% respecto al año pasado.
El porcentaje de población emigrante en nuestra provincia es del 10,57%, 23.190 personas. Por el envejecimiento de la población y por el incremento de actividad económica, sobre todo, en la zona oriental de nuestra provincia (debido a la situación de incertidumbre que está pasando Cataluña) es de esperar que vaya incrementándose el porcentaje de personas extranjeras en los próximos años.
Esta realidad supone un verdadero reto tanto para los servicios que posibilita la administración pública como por la percepción que tenga la ciudadanía sobre este incremento.
Pero, también, significa, la viabilidad social y económica de nuestra provincia por la falta de población debido al envejecimiento y la baja tasa de natalidad. Y este hecho se debería decir más para contrastar otras opiniones menos positivas sobre la convivencia.
El ámbito empresarial hace años que ha abordado esta realidad para poder lograr trabajadores y le será fácil ir asumiendo el mayor incremento de población extranjera.
Por cierto, en los últimos año he tenido la suerte de viajar 8 años a Londres cada verano a casa de un amigo. He mejorado bastante en mi inglés, pero sobre todo he aprendido y empatizado con su cultura. Ya había olvidado aquella anécdota juvenil que he contado.

Daniel VALLÉS TURMO