martes, 27 de julio de 2010

We are the champions

En estos días de la celebración del mundial que ha ganado España, todos nos hemos visto llevados por la ilusión de “la roja”, quedándonos hipnotizados ante la pantalla de la televisión viendo la muchedumbre de personas recibiendo a los jugadores a su llegada a Madrid.

Se nos contagia una actitud positiva que nos hace sentir mejores y más capaces en nuestros quehaceres diarios. Porque a todos nos gusta sentirnos campeones. Ese “campeones” que asociamos casi siempre a la canción de Freedy Mercury del grupo Queen.

Una canción que contagia vitalidad sólo empezar a escuchar sus acordes y que nos anima a mantener el esfuerzo para conseguir nuevos éxitos: “Somos los campeones, amigo. Y seguiremos luchando hasta el final,...” dice la letra del estribillo.

Pero, ¿qué está pasando en nosotros en estos momentos cómo los pasados días cuando España ganó el mundial? En esos días en que nos sentíamos eufóricos y capaces de poder llevar a cabo casi cualquier objetivo.

Primeramente, ha habido un proceso de sentirnos identificados con el proyecto, en este caso la adhesión con “la roja”, la selección de España, compartiendo una cosmovisión con unos valores comunes.

Seguidamente, ha habido un proceso de motivación, de quere ganar, de querer ir consiguiendo alcanzar los retos y metas, aunque haya podido haber momentos de frustración, como fue el caso del primer partido perdido con Suiza.

Finalmente, ha llegado la ejecución del resultado, el podemos. Una vez logrado este objetivo, retroalimentamos simultáneamente todos los anteriores procesos dándole un verdadero sentido a todo el camino recorrido, sintiéndo esa emoción de plenitud.

Y es esta plenitud, la que nos da fuerza para continuar un círculo virtuoso en otros nuevos proyectos, habiendo conseguido vencer la resistencia inicial de pesimismo. Como dijo Reina cuando presentaba a Torres, que su gol a Alemania en la eurocopa fue el que nos convenció que podíamos ganar el mundial.

Este proceso, lo experimentamos tanto en pequeños objetivos personales como en grandes objetivos comunitarios, como fue el caso de la Barcelona de las Olimpiadas del 1992, donde los Juegos fueron el culmen de un largo proceso de exigencia de toda la ciudad.

Y también se da en el ámbito empresarial, cuando conseguimos que todos nos involucremos en el proceso de la empresa y en sus resultados. Cuando no sentimos esa alienación de la que hablaba Marx afectaba a los trabajadores, sino que nos sentimos “campeones”, “somos campeones”.

Son necesarios los “emprendedores locomotoras” que creen empresas con capacidad de crear empleo o crear innovación. Como dice el profesor del IESE Pedro Nueno en un reciente artículo: “animemos a los jóvenes a formarse a tope y busquemos la forma de financiar el nacimiento de empresas de verdad”.

Pedro Nueno, en este artículo del 9 de Julio en Expansión, comenta que hay muchas ayudas a emprendedores para conseguir una subvención de 1.000 euros, pero no hay dinero ni incentivos para un proyecto que requiera 300.000 euros.

Pero también son necesarios “trabajadores campeones”, capaces de ser profesionales y dar lo mejor de sí mismo, para llevando adelante sus cometidos, facilitar la consecución de los objetivos y éxitos de la empresa.

Y en este proceso, no es suficiente el “querer es poder”. Sino, como ya hemos dicho anteriormente, es necesario un peldaño anterior al querer, la cosmovisión. La decisión de querer adherirnos a un proyecto porque nos identificamos con el mismo. El compromiso.

Siguiendo con el ejemplo de la selección española de futbol, este equipo que ha ganado ya no es únicamente “la furia”, sino que es producto de un proceso de creación de una forma de jugar y una integración de sus jugadores como grupo. En este caso, “ser es poder”.

Cuando en una organización disponemos un discurso del tipo “querer es poder”, queriendo hacer alcorces donde no puede haberlos, sin haber invertido en la formación y en los medios necesarios para lograr los objetivos, obtenemos un resultado distinto.

El resultado es la frustración y la desmotivación del personal para poder volver a desarrollar otros proyectos. En vez de construir un círculo virtuoso, hemos creado un círculo vicioso que nos impide lograr resultados. Somos perdedores.

El estribillo de la canción de Queen dice que “no hay lugar para perdedores”. De esta forma se está refiriendo que seguimos siendo campeones aunque no logremos los resultados, porque somos campeones en luchar por nuestros objetivos.

Volviendo al ámbito empresarial, tenemos que ser campeones en los procesos como nos organizamos, porque si no logramos los objetivos deseados, volveremos a intentarlo reinventando esos procesos a los nuevos requerimientos.

Es lo mismo que dice el dicho conocido que “no es más fuerte quien menos veces cae en la vida, sino quien más veces se levanta tras la caída”. Aunque seguro que podemos encontrar otro refrán que diga lo contrario.

miércoles, 14 de julio de 2010

Reconectarse

Con la llegada del verano, tanto los momentos de vacaciones como los que nos toca trabajar, nuestras vidas cambian algunos hábitos que favorecen cambiar la perspectiva de nuestra rutina, posibilitando una mayor sensación de bienestar.

Por este motivo, cuando llega el otoño, tenemos la sensación de haber “cargado las pilas”, pues el cambio de actividades ha hecho que “las aguas vuelvan a su cauce”. Es como si las distintas piezas de una máquina se volvieran a reconectarse adecuadamente.

Este proceso de reconectarse es valido tanto para el ámbito personal como para el organizacional. Sobre todo en momentos “de aguas revueltas”, como los que vivimos, las organizaciones también necesitan tiempo para percibir las cosas de una forma más objetiva.

Uno de los aspectos que se recalibran en la época de vacaciones es el enfoque de la percepción. Se trata del proceso cognitivo que nos permite recibir, elaborar e interpretar la información proveniente de nuestro entorno.

Y en este enfoque de la percepción vamos a clarificar dos visiones distintas. Primero, ¿cómo percibimos nosotros? Y, segundo, ¿cómo nos perciben los demás?. Comenzaremos por la percepción que tenemos nosotros.

Una de las principales correcciones que necesita nuestra percepción es la tendencia que tenemos a análizar de una forma unidimensionalmente racional, en vez de considerar otros contenidos y metodologías de análisis.

Existen muchas metodologías y publicaciones con consejos para evitar esta tendencia al análisis racional y enfocar la percepción de forma más holística. Así, recientemente se ha publicado en la editorial Gestión 2000 el libro “Tu mundo en una servilleta” de Dan Roam.

Este libro trata de la utilización del pensamiento visual para descubrir, desarrollar y compartir ideas a través del dibujo. Habitualmente, estamos acostumbrados a desarrollar y compartir nuestras ideas a través de los datos de una hoja de cálculo o un presentación de Power Point.

La forma de configurar y presentar la información en los tres formatos comentados no es irrelevante porque fomenta una determinada percepción de la realidad. Por eso este libro nos permite reconocer las ventajas del pensamiento visual.

Aún dificil de llevar a cabo, el enfoque de la percepción propia depende de nosotros, mientras que la percepción que tienen los demás de nosotros tiene la dificultad de obtener dicho feedback y la de cambiarla.

En el número de junio de la revista Harvard Deusto Business Review el autor Marshall Goldsmith trata de esta problemática en el artículo titulado “De donde viene la reputación y como puede cambiar la suya”.

El autor utiliza la palabra reputación, que actualmente estamos más acostumbrados a utilizar en el ámbito de internet, cuando en nuestro ámbito más cercano utilizamos otras como consideración, valoración o imagen.

En todo caso, se trata de cómo nos perciben los que nos rodean. Ya hemos comentado la dificultad que presenta el conocer dicha percepción. El artículo habla de las evaluaciones de 360 grados realizadas por colegas, superiores y subordinados en el organigrama como una de las soluciones.

En la práctica, este tipo de evaluaciones se suele hacer únicamente en las grandes empresas y, aún en estos casos, nos encontramos con la problemática de la dificultad para interpretar y aceptar el resultado por nosotros mismos, sobre todo, en el ámbito de las actitudes.

Masrshall Goldsmisth escribe sobre uno de los errores más corrientes en la gestión de nuestra reputación. Es el querer aparentar ser inteligentes en nuestro trato con los demás, en vez de estar más predispuestos a escuchar.

Adquieriendo la predisposición a escuchar las opiniones de los otros, no sólo seríamos más eficaces en nuestros objetivos, sino que lograríamos mejorar la consideración que los demás tienen sobre nosotros mismos.

Otro aspecto que remarca el autor es el de la dificultad de cambiar la reputación que los demás tienen de nosotros. Esta dificultad está ligada al mecanismo cognitivo-emotivo muy conocido de las expectativas y los prejuicios.

Así, cuando las personas tienen una imagen negativa de nosotros cuesta mucho cambiarla, porque los prejuicios son muy potentes en el mantenimiento de nuestra percepción y memoria. Lo mismo sucede, cuando se trata de una valoración positiva.

Por este motivo, cuando queremos gestionar nuestra reputación, tenemos que tener en cuenta que el camino de cambiar la percepción que tienen los demás de nosotros no va a ser corto, sino que va a llevar mucho tiempo.

Esta problemática de la dificultad de cambiar la percepción de los demás, nos tiene que hacer pensar en mejorar nuestra capacidad de percepción para no dejarnos llevar automáticamente por los mecanismos de los prejuicios y las expectativas predeterminadas.


martes, 6 de julio de 2010

Nuevos retos hacia el futuro

En el Informe Mensual del Servicio de Estudios de La Caixa del mes de junio se publica un interesantes artículo titulado “Hacia la economía del mañana”. Podemos consultar esta publicación en su web.

Este artículo es muy didáctico y esclarecedor en un momento donde los devaneos financieros y económicos no nos dejan ver la perspetiva del futuro. Igualmente está muy logrado el recuadro resumen de Marta Noguer a partir del cual se ha elaborado el gráfico adjunto.

El objetivo del artículo queda muy claro desde el principio, ¿qué sectores económicos encaran el futuro con mejores perspectivas?. Para contestar a esta pregunta comienza analizando las grandes tendencias con carácter global en lo próximos años.

Estás tendencias principales son tres: el envejecimiento de la población, el desarrollo de los países emergentes y la escasez de recursos, con su consiguiente cuidado del medio ambiente. A continuación se pasa a una descripción estadística de estos parámetros.

El envejecimiento de la población de los países avanzados supondrá un incremento de la mediana de edad en el año 2030 de 44 años, cinco más que en la actualidad, soportando su pirámide poblacional más de un 20% con más de 65 años.

El desarrollo económico de los países emergentes BRIC (Brasil, Rusia, India y China) representará cerca del 50% del Producto Interior Bruto mundial en el año 2030. Siendo descatable el ascenso de China hasta el segundo lugar del ranking.

Lamentablemente este desarrollo económico también supondrá una tensión en la demanda de recursos energéticos. Así, en el 2030 esta necesidad superará los 15.000 Mtep (millones de toneladas equivalentes de petroleo).

El artículo mencionado continua pronosticando la repercusión de estos cambios sobre los patrones de consumo y la estructura productiva. El primer patrón de consumo que analiza es el de la tendencia del envejecimiento de la población.

Las personas mayores necesitan de una serie de bienes y servicios adecuados a sus necesidades. Así, servicios asistenciales en el hogar, de sanidad, de estética y de adecuación de la vivienda, entre otros servicios.

Lo que, también, repercute en el ámbito industrial en la manufactura de productos consumidos y adaptados al uso de las personas mayores. Entre los consumidos, destacan el sector farmacéutico y ortopédico.

El desarrollo de los países emergentes conlleva el desarrollo de una clase media con mayores recursos que demandan bienes y servicios personales y familiares. Así, servicios de ocio, asistenciales, familiares y educación, entre otros.

Igualmente supone el incremento de la manufactura de bienes para posibilitar el consumo personal y familiar de estas clases medias. Como son el vestuario, vivienda, transporte familiar y equipamiento del hogar.

Finalmente la tendencia de la escasez de recursos y cuidado medioambiental repercute en el patrón de demanda de nuevas tecnologías y adaptación de los equipamientos personales e industriales a un mayor ahorro energético.

Esta demanda requiere de servicios de Investigación y Desarrollo en todas las áreas del conocimiento para desarrollar estas nuevas tecnologías; al igual que servicios de ingeniería capaces de desarrollar nuevos equipamientos y la adaptación de los ya existentes.

Estos desarrollos de innovación igualmente repercurten en la producción de bienes de todos los sectores manufactureros que deberán adaptarse a los nuevos parámetros de eficiencia energética y cuidado del medio ambiente.

El artículo finaliza reflexionando sobre cómo incentivar el cambio del modelo económico para aprovechar estas oportunidades. Se plantea la necesidad de contar con empresas punteras y competitivas en el mayor número de sectores posible, en vez de priorizar un derterminado sector.

En el mismo Informe Mensual nos encontramos con un artículo relacionado titulado “El comportamiento innovador: comparativa de países” en el que se analizan las diferencias en su capacidad de innovar.

Este comportamiento innovador de los países de segmenta en cuatro tipos (líderes, seguidores, moderados y muy moderados) atendiendo a un índice calculado a partir de indicadores que resumen distintos aspectos necesarios para el progreso en la innovación.

España se encuentra en el grupo de los moderados. A este grupo de países se le sugiere revisen sus estrategias de inversión en innovación para mejorar su capacidad de progresos tecnológico e incidencia en el el sector productivo.

Ambos artículos, “Hacia la economía del mañana” y El comportamiento innovador: comparativa de países” nos ayudan a entender tanto parámetros de macroeconomía como de microeconomía para afrontar nuevos restos hacia el futuro.