sábado, 28 de diciembre de 2019

Sentencia “France Télécom"

El pasado día 20 de diciembre tuvo lugar la sentencia a France Télécom tras los hechos acontecido entre los años 2007 y 2010, durante un momento de reestructuración de la empresa.
La sentencia, sin duda, creará un precedente que obligará a las grandes compañías a tener en cuenta el estrés laboral y la salud mental de los trabajadores al aplicar sus políticas de gestión.
La sentencia de 343 páginas va a cambiar la actual relación entre empresa y trabajador, que con “la excusa” de la crisis ha conllevado la vuelta atrás en muchas prácticas de gestión y de legislación laboral.
Según decía su máximo ejecutivo en un documental interno: “El tema es: ¿podemos dedicarnos a lo económico y a lo humano al mismo tiempo?”. Optaron por lo primero, lo económico.
Es conocida, también, la frase de su máximo ejecutivo que pronunció en el año 2006: “Haremos las reducciones de una manera u otra, por la ventana o por la puerta”.
El resultado de esta manera agresiva de gestión fueron 19 suicidios, 12 tentativas y 8 casos de depresión. Así, que algunos trabajadores, como quería la empresa, realmente si salieron por la ventana.
France Télécom y sus directivos han sido condenados por “acoso moral” en el caso de los suicidios. Porque crearon un ambiente de inseguridad y angustia que desestabilizó a muchos trabajadores hasta llegar a quitarse la vida.
El innovadora (en la sentencia) la figura de “acoso moral institucional” que realizó la empresa de forma sistémica y no únicamente la conducta de acoso de alguno de sus ejecutivos sobre los trabajadores.
Así, como en otros tipos de acoso, como el machista y el escolar, se está avanzando tanto en la educación social como en el cambio de grado de penalización, no es el mismo caso el del acoso laboral.
Es muy fácil escuchar, “son practicas de gestión”, “yo no me meto en asunto internos” o “no será el trabajador el que no se adapta”. Y así, muchas expresiones que son necesarias reeducar.
Expresiones, que como ante he comentado, se han transformado en los casos de acoso machista y escolar. Por eso la sentencia de France Télécom tiene más profundidad de la que parece.
Cuando realicé el master en administración de empresas en ESADE, tuvimos una asignatura sobre derecho laboral que impartía un ilustre abogado y político de la época.
El examen consistió en hablar sobre los derechos fundamentales de los trabajadores. Sorprendentemente, me puso una calificación de Matrícula de Honor y me alagó ante los compañeros.
Así, que no es un tema de falta de formación de los ejecutivos. Ese examen lo hice en el año1992, sino de una falta de sensibilización empresarial y social sobre este tema.
Habría que reflexionar sobre la pregunta del documental comentado: “El tema es: ¿podemos dedicarnos a lo económico y a lo humano al mismo tiempo?”. Mi opinión es que sí.
Pero para ello, son necesario cambios de mentalización en la sociedad que los años de crisis han acabado fijando en nuestros cerebros de forma progresiva: “El empleo a cualquier precio”.
La teoría del CAOS, la misma que llevó a los suicidios en France Télécom, ha sido utilizada por la empresas y por los gobiernos de forma habitual desde el año 2007, cuando se inicio la crisis global.
“Es necesario hacer recortes”, “está en peligro la empresa”, “hay que poner más esfuerzo”, ha sido frases hechas que se ha utilizado (con razón o sin razón) para poner el miedo en el cuerpo (el CAOS).
No recuerdo qué decía en aquel examen sobre derechos fundamentales de los trabajadores. Pero, si recuerdo que estaba leyendo libros de los fundadores de la Unión Europea que hablaban de la Europa Social y no únicamente Económica.
Así que la pregunta ya estaba contestada, tras el dolor y muertos que supuso la segunda guerra mundial: si es posible dedicarnos a lo económico y a lo humano al mismo tiempo.

Daniel VALLÉS TURMO

Publicado en Diario del Altoaragon el 29 de diciembre de 2019

jueves, 12 de diciembre de 2019

El último recolector

Hasta hace unos años todos los días de la semana, salvo lo domingos, los hortelanos y vecinos de Barbastro iban a “negociar” sus productos. No podían poner los precios porque no era una actividad económica, sino un derecho de siglos que habían adquirido. Se “recateaba”. Recuerdo ver a mi padre cómo lo hacía.

Cuando en el año 1100 Pedro I conquista Barbastro, nuestros antepasados le pidieron ser ciudadanos libres y poder disponer de un mercado. Posteriormente, se fueron adquiriendo derechos, hasta convertirse en la ciudad comercial que es hoy. Está en el ADN de los ciudadanos de Barbastro el espíritu comercial.

De niño era ver normal ver aves de caza en las tiendas de Aurelio y el Vero colgadas a la puerta. Entonces no estaban prohibidos los cepos. Se comían muchos pájaros y también se iba a “espigar” (recoger el trigo que las cosechadoras no habían recolectado). También las almendras y las olivas que se habían quedado en los árboles o en el suelo.

Mi padre fue al servicio militar en 1942 y no había comida en el cuartel. Así, que tenían que ir a buscar la comida trabajando en la zona. Mi padre cazaba unos 6 conejos diarios y los llevaba al cuartel. Esto no es un chiste de Gila, es real.

Actualmente la única actividad recolectora masiva es la recogida de setas, pero en nuestro ADN, también, seguimos siendo recolectores. En mis guías de senderismo siempre he enseñado aquellos pasos por los riscos que utilizaron nuestros antepasados para alcorzar. Hoy estos pasos son muy peligrosos porque hace decenas de años que no se transitan, pero es necesario que sean conocidos para ver cómo era aquella vida.

El mercado de hortelanos y recolectores ha ido perdiendo fuerza por el envejecimiento de la población (muchas huertas ya no se cultivan), por las normativas municipales que impiden que se pueda ir todos los días, y por las normativas sanitarias (como es el caso de lo caracoles), que hace que únicamente se puedan vender los que vienen de granjas.

Los sábados, todavía se puede ver un mercado vivo en Barbastro, pero ya no es lo que era cuando yo era niño y había decenas de hortelanos locales que daban un ambiente muy especial y entrañable.
Hoy una escultura de bronce del artista barbastrense José Noguero, afincado en Berlín, recuerda ese tiempo.

Lo que cuesta entender es que en el otro lado de la frontera si se puedan comercializar productos recolectados y realizados por los productores que aquí no es posible. Da gusto ver los mercados de sus pueblos.

En la ciudad queda un último recolector. No quiero poner su nombre ni foto para no “comprometerlo”. Me encanta verlo en mi paseos por el monte venir con productos que ha recolectado, como son las moras y las setas.

A veces, me dice, tiene que andar mucho para no encontrar casi nada. Así, lo hicieron nuestros pasadas generaciones que no compraban ni en lo supermercados (que no existían), ni llevaban bolsas de plástico.

Las falsas de Barbastro estaban habitadas por conejos y gallinas. Amanecías con el canto de los gallos. Mi abuelo Antonio iba por las márgenes de los campos para cortar hierba para dar de comer a los conejos.

Este artículo no quiere ser “nostálgico” sino hacer ver que nuestra actividad económica se sustenta sobre “hombros de gigantes”. Quiero decir, sobre la tradición de nuestros antepasados. Y por eso es necesario conocer cómo era su modo de vida.

La modernidad sin raíces es como la casa de arcilla del cuento de Los Tres Cerditos, que se deshizo con la primera ráfaga de viento. Hay una parábola del evangelio que nos enseña la misma lección que el cuento.

Ahora estoy conociendo a fondo la actividad económica milenaria de la Hoya y Somontano de Huesca. No existió Huesca, sin la árabe Waska, sin la romana Osca, sin la íbera Bolskan y sin las culturas anteriores que podemos ver en lo que fue la cueva de Chaves.

En su momento Bolskan fue de las ciudades de la época que más moneda acuñó, sobre todo en bronce, debido a las minas cercanas a la ciudad y a una industria del manejo de los metales que ya venía de antes.

De nuevo, lo vuelvo a repetir, el ADN de la sociedad está en ese pasado. Vale la pena visitar el Museo de Huesca con esta mirada y realizar las rutas de mi blog Caminos de Barbastro que quiere dar un toque histórico al senderismo, andar la historia.

Hace unos años visité los mejores museos de la ciencia de Europa, algo que aconsejo. Pero, también es necesario conocer nuestra historia económica tradicional, porque en nuestro cerebro todavía está más presente lo segundo que lo primero.

Y todavía, aún más presente, ese humano recolector que aprendió a comer y vestirse con lo que encontraba en su en torno, creando una cultura que ha ido desarrollándose.

Daniel Vallés Tumo
Publicado en Diario del Altoaragon el 22 de diciembre de 2019

lunes, 9 de diciembre de 2019

Back Day

"Back Day” quiere decir en inglés “el día de regreso”. Se parece al término “Black Friday” que hemos escuchado hasta la saciedad en las últimas semanas y que se ha introducido con fuerza en el calendario comercial en los últimos años.
Estaba sentado en un parque de Zaragoza y escuché a dos adolescentes que los precios los subían antes para luego bajarlos con el “Black Friday”. Me gustó escuchar este pensamiento crítico, sea cierto o no.
La verdad que el “consumismo” avanza de forma exponencial como único valor predominante en una sociedad global auspiciada por las empresas multinacionales que disponen de recursos para mantener esta tendencia.
En parte, las decenas de años sin guerras en los países desarrollados se debe a esta “paz comercial”, que ha hecho cambiar el mapa de equilibrio de poderes de los bloques clásicos.
Hemos avanzado en las herramientas comerciales y en la automatización de la producción, pero hay una verdadera “crisis social” en el pensamiento que no ha avanzado de forma paralela.
Por eso hablo de “Back Day”. Es necesario regresar a aquel momento donde el consumismo se volvió como único valor y desarrollar una sociedad donde los valores humanos vuelvan a ser el centro.
Recientemente la Unión Europea acaba de determinar que nos encontramos en una “crisis climática”. Tras los informes científicos, también hay una guerra tecnológica de los distintos bloques, sin considerar la “crisis social”.
De nuevo, las multinacionales tienen los medios para llevar esta problemática a su campo de batalla, estando los intereses empresariales por delante de los sociales una vez más.
Pero, como volver a este “Back Day”. Primeramente es necesario cambiar estructuras de organización social como son los sindicatos para hacerlos más profesionales y fuertes, como es el caso de Estados Unidos y Alemania, donde únicamente se aplican los derechos alcanzados a los afiliados.
De esta forma hay una afiliación casi absoluta y estas organizaciones son totalmente independientes y disponen los recursos necesarios para desempeñar su papel representativo.
El trabajador tiene que volver a tomar conciencia de su papel y no dejarse llevar por palabras que vienen del pensamiento neoliberal, como la necesidad de “reinventarse”, poniendo toda la carga sobre la persona.
En estos momentos este reinventarse es como pasar el océano pacífico con una canoa canadiense, posible pero muy improbable; mientras las multinacionales lo hacen con transatlánticos.
Esta conciencia del papel del trabajador es el paso necesario para empezar a desarrollar la sociedad un pensamiento más crítico en vez de “dejarse llevar” por la “indefensión aprendida” promovida por decenas de años de pensamiento social ultraliberal.
En los años 60 del siglo XX, los jesuitas y los empresarios catalanes crearon ESADE para formar cuadros empresariales necesarios para la transformación económica que iba a tener España.
Actualmente, ya no nos encontramos en esta etapa, ahora es necesario más que formación, concienciación y activismo de la sociedad. Por eso he hablado de la necesidad de cambiar el funcionamiento de los sindicatos como motor de este cambio.
Esta medida es un ejemplo. También es necesario líderes políticos con la cabeza muy bien amueblada como el presidente francés Emmanuel Macron (corrector del filósofo Paul Ricoeur), capaces de tener una análisis claro de la situación y saber actuar en consecuencia.
También, es necesario definiciones de los partidos políticos que se adecuen a las necesidades, como es el caso del Partido Liberal de Canadá (actualmente en el gobierno) que desarrolla políticas de centro izquierda.
La realidad ha cambiado y tenemos que desaprender conceptos y volver a integrarlos.
No podemos esconder la cabeza (como se dice de los avestruces), ni tampoco que los “anuncios de televisión” sean la forma de realizar este proceso de aprendizaje hacia un pensamiento crítico necesario.


Daniel VALLÉS TURMO