miércoles, 29 de febrero de 2012

Tecnología Sostenible


Desde hace unos días el Ayuntamiento de Zaragoza ofrece a sus ciudadanos la posibilidad de disponer de un archivo digital personal en el que se pueden recibir documentos de organismos y empresas que autoricemos.

Este servicio se ofrece en colaboración con la empresa con origen aragonés Twindocs cuyo objetivo es ser el archivador personal para recibir y conservar todos los documentos de forma segura.

Esta iniciativa supone un paso más de la evolución que ha hecho el Ayuntamiento de Zaragoza en su empeño en acercar la tecnología a sus ciudadanos, siendo uno de las herencias intangibles de la Exposición Internacional del 2008.

Fue precisamente en este evento que la empresa oscense Webdreams inicia su recorrido en el desarrollo de aplicaciones RFID (identificación por radiofrecuencia) que actualmente se utiliza en la Tarjeta Ciudadana de Zaragoza.

La tarjeta ciudadana y el archivo digital personal son dos ejemplos del uso sostenible de la tecnología que pueden hacer las empresas y la administración en un momento de rigidez presupuestaria.

Tecnología sostenible en cuanto que su aplicación no sólo consigue reducir los costes de los procesos, sino que sirve como motor de desarrollo de innovación en los ciudadanos y en las empresas.

La tarjeta ciudadana es un sistema de identificación a través de un circuito integrado y una antena de radiofrecuencia que permite tanto el acceso a servicios como el pago de los mismos.

En la modalidad de pago nos encontramos con el sistema prepago (a modo de un monedero electrónico) y el pospago que va asociado a una cuenta bancaria en una identidad financiera.

La utilización de la tarjeta puede aplicarse a todos los servicios que deseemos dentro de una organización o administración, e incluso ser permitido por otros como sistema de identificación.

La información que nos facilita el sistema sirve tanto para conocer mejor la utilización de los servicios, como para adaptar los mismos a los cambios y necesidades nuevas que van apareciendo.

El archivo digital personal permite que la administración y las empresas puedan comunicarse y enviar información de forma virtual pero asegurando la confidencialidad de los contenidos.

En este caso la empresa Twindocs pretende que las administraciones y empresas elijan su servicio como medio de contacto documental virtual con sus usuarios, de forma que se aglutine todos ellos en un único buzón.

En la actualidad el buzón virtual de las facturas electrónicas está en la web de cada empresa. De esta forma conseguimos unificar todos esos contenidos en un único buzón que, también, hace las funciones de archivador personal.

En el caso del Ayuntamiento de Zaragoza la unión de las dos tecnologías, la tarjeta ciudadana y el archivo personal digital, posibilita una interacción que permite mejorar la gestión de los servicios.

Se logra que tengamos digitalizados la utilización de los servicios y el modo de comunicarnos con el ciudadano. La disposición de una red pública wifi posibilita que se pueda avanzar en el uso de los dispositivos móviles.

La utilización de los dispositivos móviles como elemento de acceso a Internet va a ser masiva en los próximos años, pasando a ser el modo de comunicarse más extendido y preferido.

Además, al tratarse de un uso personal, permite ser la herramienta más adecuada para continuar en el desarrollo de las tecnologías sostenibles. Ya se hablan de muchos posibles usos tanto de identificación como de modo de pago.

Pero, dadas las implicaciones económicas de los estándares que se utilicen, todavía no es posible conocer cual será la forma como se configure esta utilización de los dispositivos móviles.

Actualmente ya es posible utilizar las tarjetas RFID, como la tarjeta ciudadana, para ser leídas desde teléfonos que dispongan de tecnología NFC (comunicación de corto alcance).

Esta estandarización del uso del dispositivo móvil para identificarse y pagar es una de las batallas que se están lidiando en la actualidad entre los fabricantes, las operadoras y las empresas prestatarias de servicios.

martes, 14 de febrero de 2012

Espejito Mágico


A menudo, los cuentos infantiles guardan una sabiduría popular que se transmite de generación en generación. Uno de los más conocidos, sin duda, es el cuento de hadas de Blancanieves.

En el mismo, encontramos el personaje de la reina hechicera ante un espejo diciendo: "Espejito, espejito mágico, ¿quién en la tierra es la más bella de todas?",  y el espejo respondiendo: "Tú, mi reina, eres la más bella de todas".

Esta escena se repite habitualmente hasta que un día el espejo responde: "Reina, estás llena de belleza, es cierto, pero Blancanieves es más bella que tú". Es entonces cuando la reina celosa descarga su ira sobre ella. El resto del cuento ya lo conocemos.

Hace relativamente poco, en la década de 1980, la ciencia descubre la existencia de neuronas espejo que se activan para imitar los movimientos que está haciendo otra persona.

Las investigaciones de las neurociencias dicen que estas neuronas desempeñan un importante papel en el desarrollo de las capacidades cognitivas ligadas a la vida social del ser humano.

La imitación de las conductas de las personas que nos rodean nos ayuda a comprender y a ser aceptados por los otros. De esta forma se desarrolla lo que llamamos empatía, la capacidad de percibir lo que los demás sienten.

Sin embargo, la evolución histórica de la humanidad también nos has equipado con herramientas afectivas y cognitivas para reforzar la cohesión del grupo en el que estamos integrados.

Así, el sentimiento de simpatía con los miembros de nuestros grupos afines y de antipatía con los miembros de otros grupos que tradicionalmente han sido competencia del nuestro.

Durante siglos, en sociedades y economías que apenas discurrían en unas decenas de kilómetros estas herramientas fueron muy útiles para asegurar la supervivencia de los individuos y las comunidades.

Muchos de los cuentos y refranes todavía mantienen esta idiosincrasia de protección contra el desconocido que, aunque parezca desfasada, seguimos transmitiendo inocentemente a las nuevas generaciones.

El origen y el éxito de las redes sociales en Internet se fundamentan en estos mecanismos comentados de búsqueda de la afinidad en los distintos círculos en el que nos movemos.

La estructura de los contenidos de las redes sociales está enfocada hacia la búsqueda del reconocimiento propio a través de la afinidad con los demás por pertenencia a grupos o por gustos.

Podríamos decir que se busca la simpatía. Y, como ya hemos comentado, se trata de un mecanismo que trata de reforzar los vínculos del grupo basándose en una aceptación no crítica.

Este sesgo hace que algunas redes sociales sean propicias a las problemáticas de fraude por afinidad que se dan en los grupos. Así, es el caso de las estafas financieras piramidales que no dejan de repetirse, porque se crean a partir de relaciones cercanas.

La propia configuración de estas redes sociales hace que sean un caldo de cultivo para alimentar este tipo de fraudes, al igual que conductas asociales con los usuarios adolescentes.

Existen otro tipo de redes sociales, como son las profesionales y las de microblogging, que no están tan enfocadas en esta búsqueda del reconocimiento como en ser instrumentos para conocer otros puntos de vista.

Están más enfocadas a las relaciones de empatía, en cuanto que nos ayudan a poder comprender mejor a las otras personas, no buscando previamente una relación de afinidad.

Este tipo de relación basada en la empatía, tal vez, sea el más adecuado en el ámbito empresarial, en cuanto que posibilita una relación interpersonal que puede mantenerse estable en el tiempo.

Habitualmente el estilo utilizado por las empresas en las redes sociales parece el de un club de fans, siendo el caldo de cultivo para que puedan surgir igualmente relaciones de antipatía.

Al igual que le ocurrió a la reina en el cuento de Blancanieves, un día nos podemos encontrar que el espejo nos responda que nuestra empresa ya no les gusta a nuestros simpatizantes.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Pensar local, actuar global

En el cielo limpio de nuestra provincia podemos ver por la noche las luces intermitentes de algunos aviones que la recorren. En la zona oriental, de las 22 a las 23 horas, se  observan los tres vuelos diarios que unen Londres con Ciudad del Cabo.
Desde las siete de la tarde con intervalos de media hora salen del aeropuerto de Heathrow tres aviones de las aerolíneas British Airways, South African Airways y Virgin Atlantic.
Se trata de un vuelo directo de casi 10 mil kilómetros de distancia, realizado con aviones de alta capacidad, con una duración de 12 horas que aterriza en Ciudad del Cabo a partir de las 9 de la mañana.
Así, cada noche unas mil personas, sentados en grandes aviones del tipo Boing 747 y Airbus 330 y 340 volando a 9 mil metros de altura y 840 kilómetros por hora, atraviesan nuestros pueblos con destino a Sudáfrica.
Es un testimonio silencioso de la globalización que influye en todos los ámbitos de nuestra vida. Un sistema complejo cuya dificultad de manejo la estamos sufriendo en la actual coyuntura económica.
Durante las últimas década hemos escuchado el lema “piensa globalmente y actúa localmente” referido no únicamente a aspectos medioambientales, sino también económicos.
Pero, estábamos muy lejos de poder prever la influencia tan grande que iba a tener sobre nuestras vidas y empresas esta globalización que en la última década los avances de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones han ayudado a incrementarla.
De repente, nos hemos visto obligados a pensar localmente al ver que la globalización por sí sola no favorece nuestro desarrollo económico y social. Y actuar globalmente para compensar.
Esta actuación global supone la aceleración de los procesos de internacionalización, entre los que, también, se incluye la migración de los trabajadores a países donde existe demanda.
Este proceso ya se ha acelerado en la mayoría de las empresas industriales que venden productos y en las grandes empresas que ofertan servicios, como es el caso del turismo, las constructoras y las ingenierías.
Pero, en una sociedad predominante de servicios como la nuestra, se requiere que esta internacionalización llegue también a las pequeñas empresas y profesionales de la mano de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
Habitualmente el proceso de internacionalización de las empresas surge de una forma natural por petición del propio ecosistema en el que se mueve. En muchas ocasiones es por petición de los proveedores o por imitación de lo que hace la competencia.
Aunque en una economía digital de servicios, la rapidez de la innovación tecnológica ha hecho que este proceso natural de internacionalización ya no sea suficiente para mantener la competitividad.
Se precisa una mayor asertividad y un análisis minucioso de todos los eslabones de la cadena de valor de nuestro ámbito de negocio para esclarecer oportunidades sin partir de prejuicios previos.
Así deberíamos diseccionar desde las etapas de innovación y desarrollo a la de distribución, pasando por las de producción, administración y comercialización. Muchas veces, para arreglar algo, primero lo tenemos que acabar de romper.
El ámbito de la  innovación y el desarrollo es el más minoritario, pero es especialmente importante en cuanto que sirven de referencia al sistema social de su entorno. La apuesta por facilitar su visibilidad internacional es imprescindible.
En el otro extremo, la distribución (el comercio electrónico) es el proceso donde más rápidamente se ha crecido y existe mayor competencia al ser el más conocido tras una década de existencia.
Tal vez sea en la producción de servicios donde nos encontremos mayores posibilidades de recorrido debido a la aceleración de la digitalización de sus procesos y a la mayor utilización de los dispositivos móviles.
La digitalización de los procesos está posibilitando la subcontratación no únicamente en países con menores costes salariales, sino la de procesos complejos que necesitan una mayor especialización.
La normalización del uso de los dispositivos móviles con acceso a Internet favorece no sólo una mayor demanda de los clientes, sino la contestación inmediata. La importancia mayor del idioma español nos permite una ventaja competitiva en este aspecto.