miércoles, 23 de diciembre de 2015

Mejores personas


El pasado 27 y 28 de noviembre tuvo lugar la Gran Recogida de Alimentos que realizan los Bancos de Alimentos en toda España. También se hizo en la provincia de Huesca.
Este año se estuvo presente en todas las comarcas teniendo voluntarios en 70 supermercados. De esta forma se superaron los 1.300 voluntarios que colaboraron entre los dos días.
El resultado fue un incremento del 40 por ciento sobre el año anterior con una recogida de 123.250 kilogramos. Supone una media de 548 gramos por cada habitante de la provincia.
Pero, además del éxito de la recogida de alimentos, significa un evento que nos permite crecer como personas y como sociedad, tanto a nivel individual como de grupo.

Tradicionalmente, la gran recogida ha sido realizada por personas perteneciente a instituciones caritativas con las que colaboran los Bancos de Alimentos. En los últimos años se ha pretendido incrementar el número de voluntarios.
Así, se ha llamado a colaborar a asociaciones de todo tipo para que involucren a sus miembros; también, se han unido empresas que están sensibilizadas con la Responsabilidad Social.
Y se está haciendo un esfuerzo para que los colegios participen. En este caso, supone para los niños el aprender muchas competencias (relacionarse, logística,...) además de ser solidarios.
Cada año se prepara mejor el material facilitado a los profesores para que sea una actividad formativa dentro de su curriculum escolar. Igualmente, conseguimos que la experiencia sea más enriquecedora.
Por otro lado, estos niños transmiten su experiencia a sus familias, de modo que logramos un efecto multiplicador en la sociedad implicando a muchas más personas en la Gran Recogida.

El objetivo de esta actividad en los colegios sería el hacer lo posible para que los niños vayan siendo mejores personas y se vayan involucrando en las asociaciones primero y, después, en las empresas.
Porque, antes que buenos profesionales y empresarios, una sociedad necesita de buenas personas que se hagan cargo de la realidad que les rodea sin importarles el esfuerzo a realizar.
En un momento donde cuesta que las personas se asocien y, mucho más, asuman cargos no retributivos en las asociaciones, el participar en una acción de voluntariado como la Gran Recogida puede ser un primer detonante.
Además de los niños, para muchas personas adultas, ser voluntario es una forma de ayudar en un momento donde se necesita gente. Es una forma de querer ser mejor persona.
Es una manera de compensar el mensaje de una sociedad consumista que parece sólo medir a las personas por lo que tienen y por su capacidad adquisitiva, en vez de por lo que son.

Este mensaje también ha impregnado la imagen que la sociedad tiene de los emprendedores y los empresarios poniendo énfasis en las ganancias más que en el papel de transformación social.
Detrás de un gran empresario que ha sido capaz de crear riqueza y muchos puestos de trabajo hay una buena persona, porque el interés personal no es suficiente para compensar el esfuerzo que conlleva.
En el plano internacional tenemos el caso de Bill Gates y Mark Zuckerberg como ejemplos de empresarios que hacen grandes donaciones para el desarrollo de proyectos sociales.
En España, otros grandes empresarios reconocidos, a la cabeza Amancio Ortega, también están realizando grandes proyectos para posibilitar el desarrollo social de su entorno.
Son casos que la gente debería conocer más para ver el papel social que tiene la empresa y no únicamente enfocarse en la parte económica y financiera, que son importantes pero no lo son todo.
El desarrollo económico de una sociedad se basa fundamentalmente en el desarrollo personal de quienes la componen, más que en la capacidad financiera o tecnológica que se suelen mencionar.

Daniel VALLÉS TURMO

martes, 15 de diciembre de 2015

WhatsApp Empresarial


Las nuevas formas de contacto con los clientes en movilidad conlleva el tener distintas formas de gestionarlo para poder hacer un seguimiento de las acciones realizadas. Una de estas posibilidades es utilizar las herramientas que permite Google Apps.
La propuesta de valor que damos al cliente también está cambiando. Hemos pasado de ofrecer productos, a satisfacer necesidades y considerar el acto de comprar como un trabajo del cliente en el que tenemos que considerar todo el proceso.
El lienzo de la propuesta de valor nos ayuda a analizar esta nueva relación con el cliente considerando los trabajos que tiene que hacer el cliente, sus alegrías y sus frustraciones.
Las fases del proceso de venta suponen la información, la evaluación, la compra, la entrega y el servicio posventa. En cada una de estas etapas el cliente se relaciona de distintas formas según su criterio. Los teléfonos inteligentes, las redes sociales y la mensajería instantánea han transformado la forma de contactar con las empresas.

El estilo de vida y la proliferación de los smartphones con acceso a Internet ha hecho que algunas formas de comunicación con éxito entre personas hayan sido asimilada en la relación con las empresas. Así, el Twitter, el Facebook y el WhatsApp.
Algunos CRM son capaces de integrar en la ficha de cliente toda relación que establezcamos a través de estos canales. Pero, dada su gran cantidad de información, es muy difícil poder analizarla toda. Existen algunas aplicaciones de mensajería instantánea que posibilitan esta integración, pero no es el caso del WhatsApp.

El WhatsApp Corporativo es disponer de un número de teléfono móvil con únicamente esta función de forma que “hable” el mismo lenguaje que el medio y no sea de uso para hablar. De forma que utilicemos la parte positiva de su alcance, inmediatez, viralidad y posibilidad de compartir documentos multimedia.
Esto implica que el nombre de usuario del teléfono sea el de la Empresa. Lo mismo hacemos con la cuenta de WhatsApp. Ponemos el nombre y el logotipo. De esta forma, tenemos un WhatsApp corporativo y no el de una persona o cargo determinado de la empresa.

WhatsApp nos permite poder hacer comunicaciones en grupo (bidireccionales) y de difusión (unidireccionales). Los grupos, muy utilizados a nivel personal, pueden tener una utilidad más interna de la empresa que externa, disponiendo de una normas claras para que sean eficaces, como sería el determinarlos para un tema y periodo de tiempo concretos únicamente.
La lista de difusión es unidireccional. Es necesario que la otra persona nos tenga en su lista de contactos. Bien utilizada, puede ser una forma de comunicación con los clientes que sustituya o refuerce otros canales tradicionales. Debemos hacerlo con el consentimiento de la otra persona para evitar quemar este canal. Así como facilitar el que se dé de baja de la lista.

Podemos abrir el WhatsApp en la web. Esto facilita el poder consultar los mensajes mientras trabajamos, así como el manejo de la información. Elegimos la opción “WhatsApp Web”. Abrimos el link en Internet https://web.whatsapp.com/ . Luego escanearemos el código con el teléfono para que aparezca nuestra cuenta.
Una de las problemáticas del WhatsApp es que debemos archivar la información adecuada para hacer un seguimiento empresarial y unificarla con los demás canales. Si pulsamos un contacto nos sale un menú con las distintas posibilidades que podemos hacer con ese chat. Entre ellos, archivar el chat ó enviarlo por correo.
El disponer de los archivos en la nube nos posibilita el poder utilizarlos tanto desde la oficina como desde otro lugar, al igual que varias personas puedan acceder a los mismos con los permiso que se les haya asignado de lectura o escritura.

Esta variedad de tipos de relacionarnos con el cliente: Gmail, Twitter, Facebook, WhatsApp, … la podemos integrar en la agenda del cliente, así como los enlaces a documentos que tengamos en la nube.
Si utilizamos Google App, la agenda se llama Contactos. Podemos consultarla vía web y tenemos acceso a los campos habituales y añadir los que consideremos necesarios.
No podemos utilizar el mismo tipo de documento para enviar por mail que por WhatsApp. Debemos adaptarlo para que sea fácil y atractivo captar la atención, de forma que se vaya al link donde se encuentre el documento completo.

Daniel VALLÉS TURMO

Se puede consultar y descargar presentación:
http://es.slideshare.net/danielvturmo/whatsapp-empresarial

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Inteligencia práctica

Uno de los grandes retos en esta sociedad de los datos es el saber utilizarlos sin saturarse, a la vez que desaprender la información que ya tenemos, pero que ya no es acorde con la realidad.
Si esto es aplicable a todos los ámbitos, lo es más en lo empresarial y específicamente en el análisis y desarrollo de nuevos proyectos donde es muy fácil autoengañarnos tras “cocinar” los datos en una hoja de calculo.
Con la nuevas metodologías de “Lean Startup” (emprender ligero) se va impregnando esta nueva forma de abordar los proyectos emprendedores basados en la iteración continua con la realidad antes de pasar al siguiente paso.
Estas nuevas metodologías se fundamentan en realizar pequeños experimentos que confirmen o descarten las distintas hipótesis que hemos hecho sobre los distintos aspectos del proyecto.
Los críticos de estas metodologías dicen que se puede caer en no analizar en profundidad el proyecto como se hace con la metodología de la redacción clásica de un plan de empresa.
Tienen algo de razón si se hace un uso muy “ligero” de la metodología y no se establecen las hipótesis adecuadas y/o no se realizan los experimentos adecuados para refrendarlas.
Se puede caer en este error de forma involuntaria llevados por el efecto miopía con nuestro propio proyecto, o de forma voluntaria al no ser estrictos en las validaciones y cerrar los procesos en falso.
Para evitar el autoengaño es necesario el trabajar en grupo y, si es posible, contar con la opinión de personas ajenas al proyecto que lo vean de una forma más objetiva que los emprendedores.
El establecimiento de hipótesis y su validación posterior suponen, en primer lugar, el aprendizaje y la práctica de las herramientas que se utilizan en el “Lean Startup”, todavía poco difundidas.
Es más que una metodología, se trata de una orientación hacia los resultados que vaya modelando una inteligencia práctica en vez de teórica, como sucede en los artesanos que dominan un oficio, donde sus manos trabajan solas.
Desde niños deberíamos acostumbrarnos a darnos cuenta de la realidad empresarial y económica que nos rodean como se nos enseña con la naturaleza y la geografía de nuestro entorno.
La capacidad de observación es el escalón primero de la percepción y, después, de la cognición. Lo que observamos va formando “el fondo de armario” de nuestra inteligencia práctica.
Voy a poner un ejemplo práctico. En la gasolinera que reposto, cambiaron los surtidores hace unos meses. En los nuevos, se ven los marcadores de los litros consumidos de cada tipo de combustible.
Así: Gasoil A, 260.122 litros; Gasoil Extra, 24.042 litros; Gasolina 95, 86.428 litros; y Gasolina 98, 3.347 litros. Estas cifras son las de un puesto de repostaje. Podríamos sumar las cuatro y hacer la media.
Con estos datos, tenemos una aproximación al consumo de carburantes. Vemos que el gasoil supone el 76% del total, mientras la gasolina el 24%. Dentro del gasoil, el más utilizado es el tipo A con casi un 70%.
De la misma forma, en el día a día, nos encontramos con indicadores que nos muestran el funcionamiento de las empresas y de la economía sin prestarles importancia.
No se trata de estar continuamente absorbiendo datos, que nos harían marear hasta paralizarnos, sino de ir aprendiendo una forma de relación con la realidad más pragmática.
También, el saber “pasar página” para evitar que los aprendizajes previos contaminen la percepción que tenemos de lo nuevo. Ya que desaprender es algo muy difícil de lograr, tratemos de “refrescar” nuestra forma de aproximación.
Habitualmente se dice que la información es poder, pero tal vez habría que decir actualmente que el manejo práctico de la información es la que nos da valor. No es tanto el qué, sino el cómo.
También se dice que la experiencia es un grado, pero tal vez igualmente habría que decir que la aproximación sin prejuicios a la realidad es la que nos permite innovar. No es tanto lo recorrido, sino la dirección a dónde vamos.


Daniel VALLÉS TURMO