miércoles, 25 de marzo de 2015

Toma de decisiones


El pasado 9 de marzo pudimos asistir a una conferencia del profesor del IESE Miguel Ángel Ariño en el Palacio de Villahermosa, centro cultural de la Obra Social de Ibercaja.
El profesor Ariño tiene un blog titulado “Toma de decisiones” en la dirección www.miguelarino.com donde podemos disponer de información sobre esta materia que domina.

El título de la charla fue “Titanic, Katrina... ¿Se hubieran podido evitar? Enseñanza de los grandes errores del siglo XX”. Utilizando estas catástrofes fue ejemplificando los errores en la toma de deciones.
Comenzó hablando de los errores más comunes en la toma de decisiones. El primero error tratado fue “el conflicto de intereses”, poniendo como ejemplo el de la empresa auditora de Enron.

El segundo, “el efecto aureola” de algunos directivos que tienen un prestigio que hace que no se critiquen las decisiones que tomen. Digan lo que digan no se cuestiona sus órdenes.
El tercer error, “el compromiso no cuestionado” que sucede cuando nos enamoramos de una idea. Un antídoto de este error el disponer de un segundo plan y un análisis  DAFO de la plan principal.

El cuarto, “la escalada de compromiso” tanto cuando se va en la dirección positiva como en la negativa. Esto hace que cabemos la fosa más profunda o que apostemos en exceso cuando la tendencia es positiva.
El quinto error, “el uso inadecuado de la información”. Lo ejemplificó con el caso del atentado de las Torres Gemelas, donde hubo reuniones donde entre todos los asistentes tenían información relevante si la hubieran compartido.

El sexto, “el exceso de confianza”. Al no aguantar la incertidumbre, confundimos la realidad con cómo nos gustaría que esta fuera. Mostró unas estadísticas de unos cuestionarios realizados durante años a sus alumnos.
El resultado es que cuando alguien asegura un 100% de certeza de saber la respuesta, la realidad es del 87%; cuando es del 90, el 68; el 80, el 53; el 70, el 45, y así sucesivamente.
El séptimo error es “la aversión a las pérdidas”. Enseñó una gráfica que mostraba que la sensación de disatisfacción al perder 100 mil euros es el doble que la satisfacción de ganar la misma cantidad.

Así, es mayor la aversión a las pérdidas que al riesgo. En ocasiones, se suele seguir teniendo más pérdidas pretendiendo recuperar las iniciales. Peter Drucker decía “que para salir de un agujero, lo fundamental es dejar de cavar”.
El profesor Miguel Ariño no dijo que la mayoría de los problemas no aparecen de repente, sino que se han incubado poco a poco, y que se deben  a fallar en la toma de decisiones.

La última parte de la conferencia la dedicó a tratar los distintos tipos de riesgos. Así, están los evitables por haber hecho algo mal de forma inadvertida o con mala intención.
Los riesgos estratégicos son los que tomamos buscando una oportunidad de negocio. Y, finalmente, los del entorno externo, nos vienen dados por situaciones sobre las que no tenemos ningún control, como es el caso del ciclo económico.
Los riesgos evitables se pueden aminorar cumpliendo unos protocolos de actuación, centrándonos en los objetivos de la empresa y poniendo sanciones cuando alguien atraviesa las líneas rojas.
Los riegos estratégicos son gestionables realizando distintos análisis de escenarios. Una herramienta interesante es el “Pre-Mortem” análisis. Es realizar un análisis inverso pensando que vamos a fracasar.
El buen funcionamiento  de este análisis “pre mortem” se debe a que somos bastante malos imaginando escenarios, pero muy buenos explicando, tanto las cosas positivas como las negativas.
Finalmente, los riesgos del entorno se pueden reducir haciendo a las empresas insensibles a los ciclos económicos. Una forma es no perseguir todas las oportunidades que se brindan cuando la economía va bien.
Termino la conferencia diciendo que, uno de los problemas de fondo, es que las empresas no quieren invertir dinero para analizar cómo prevenir los escenarios negativos.


Daniel VALLÉS TURMO

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