El
día 21 de junio se celebra el patrón de Barbastro, San Ramón. En
la madrugada se asciende con la reliquia del santo desde el puente
del Amparo hasta la ermita dedicada al santo.
Se
rememora la romería que tuvo lugar hace 421 años cuando se recibió
la reliquia desde Roda de Isábena el 10 de abril de 1595, unos años
después de retornar la diócesis tras 400 años.
Este
año tenía el aliciente de celebrarse el 900 aniversario del
destierro de San Ramón. Un obispo que dejó tal huella en la ciudad,
como para proclamarlo como patrón varios cientos de años después.
El
actual obispo, Ángel Pérez, hizo una homilía muy especial que la
tituló “Mi sueño diocesano”. Fue mencionando varios párrafos
que comenzaban con la expresión “Sueño que”.
A
todos nos recordó el discurso conocido de Martín Luther King “Tengo
un sueño” en 1963 durante una histórica manifestación de más de
200.000 personas en pro de los derechos civiles para los negros.
Fue
una homilía que hablaba de la visión de la diócesis de Barbastro,
pero también toco algún aspecto económico como es el promocionar
la oportunidad que tiene el Camino de Santiago.
“Sueño
que llegará un día en que los/as hijos/as del Alto Aragón
disfruten de la «ruta del románico» que, siguiendo el Camino de
Santiago, ensancharía el alma de nuestro pueblo, generaría riqueza,
cultura y arte, recrearía nuestros valores más genuinos, nuestras
raíces cristianas… Esto permitiría además hacer de este
conflicto –tan absurdo como estéril– una oportunidad de diálogo
y colaboración entre las diferentes diócesis hermanas (Pamplona,
Jaca, Huesca, Barbastro-Monzón, Lleida y la Seo de Urgell), entre
las distintas comunidades autónomas (Aragón, Cataluña y Navarra) e
incluso entre Estados diversos (España, Andorra y Francia)”.
Me
alegró ver que era una idea similar a la que escribió en el prólogo
de la guía “El camino del destierro de San Ramón”. Al finalizar
la misa, nos hicieron las foto adjunta delante de la ermita de San
Ramón.
De
vuelta a casa, seguí pensando en la homilía. Unos días después,
la leí en el periódico local. Me pareció muy buena y oportuna, en
un momento donde hace falta visualizar el futuro.
La
incertidumbre está haciendo que sea cada vez más complicado el
visualizar el futuro en las empresas, pero es necesario realizar este
ejercicio porque si no, se pierde el norte.
Es
una obligación de la dirección no sólo tener un plan de recorrido,
sino comunicarlo de forma adecuada a los colaboradores para inocuar
los efectos nocivos que conllevan la incertidumbre.
La
homilía de Ángel Pérez es un claro ejemplo de una buena
comunicación eligiendo el momento, el lugar y el tono adecuados para
que la semilla del mensaje sea receptiva.
Recientemente
hemos visto dos consecuencias de la incertidumbre. Una en el
referéndum del “Brexit” y otra en las elecciones de nuestro
país. En ambos casos, las motivaciones del voto han sido más
emocionales que racionales.
También,
en ambos casos, ha habido un reparto casi equitativo del voto, no
habiendo un discurso ilusionante capaz de hacer sacar a las personas
de nuestras creencias personales.
La
empresa es algo distinto, pero igualmente es necesario tratar de
mantener una visión que alinee los objetivos y las estrategias, de
modo que se tomen las decisiones más oportunas en cada momento.
No
es una buena solución el tener una visión “corta y pega” que
hemos tomado de otra empresa, porque al no ser creíble, no tiene el
efecto motivador que se le pide a la visión.
Sí
es necesario el intentar establecer un escenario motivante, porque
permite el mantener un esfuerzo constante durante un tiempo,
imprescindible para poder afrontar el día a día.
Pero,
de igual manera, es aconsejable el plantear distintos planes de
contingencias para determinados escenarios negativos. El objetivo de
esta herramienta no es el ser aguafiestas, sino el ser consciente de
aspectos que de otra manera tendemos a no considerarlos.
Daniel
VALLÉS TURMO
Buenas reflexiones Daniel.
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