La creación de una ciudad electrónica basada en el uso masivo de
los dispositivos móviles para acceso a Internet interactuando tanto
entre las personas como con los objetos, nos llevará a ciudades del
conocimiento en la próxima década.
La superposición de la ciudad humana con la ciudad electrónica
acelerará tanto la cantidad como la calidad de las interrelaciones
entre sus habitantes, como ya comienza a suceder en las grandes
ciudades del sudeste asiático.
Son poblaciones con una alta densidad de ocupación en sus entornos
empresariales que posibilitan la maximización de la
interconectividad, permitiendo más interrelaciones que conllevan más
sinergias y más innovaciones.
Este modelo de creación de capital intelectual se está, igualmente,
implantando en ciudades como Detroit que han sufrido un fuerte revés
en su economía debido al declive del sector del automóvil.
En este caso, se está creando un entorno confortable de
habitabilidad para atraer emprendedores que quieran comenzar sus
proyectos ofreciendo infraestructuras y servicios de aceleración de
sus proyectos en el mismo casco urbano.
En ambos modelos, tanto el de los rascacielos asiáticos como el
modelo de colonización norteamericano, se busca alimentar la energía
intelectual propiciando una densidad de población y una calidad de
las relaciones.
En estas nuevas ciudades del conocimiento, los grandes portales de
éxito actuales como Facebook o Google se verán diseminados por
centenares de otras aplicaciones más centradas en el desarrollo de
procesos más locales.
Uno de los ámbitos más cercanos donde veremos esta explosión de
posibilidades será en la creación de interfaces a través de los
Smartphones y los Tablets para facilitar la relación con los
electrodomésticos y cualquier tipo de máquina.
Así, la gestión de la lavadora o la nevera la haremos a través de
nuestros dispositivos móviles. Al igual que la consulta de los
precios en los supermercados o, incluso, el mismo proceso de
autocompra.
Lo mismo sucederá con nuestros coches, la gestión de la
climatización y toda tarea que realicemos en colaboración de una
máquina que pueda ser propicia de interactuar a través de un
ordenador.
Otro ambito de utilización, será la propia interrelación con otras
personas a partir de las posibilidades de reconocimiento y permisos
facilitados para poder acceder a un lugar o utilizar un determinado
servicio.
Las posibilidades de implantación son casi ilimitadas conforme
tendamos a la individualización y personalización tanto en la
gestión de los objetos como de las personas.
No se trata de recordar escenas de películas futuristas, sino de
hacer hincapié en el dinamismo social y económico que supone el
posibilitar la creación de una ciudad del conocimiento.
Ciudades de un tamaño humano como el que tiene la capital de la
provincia de Huesca, pueden ser propicias a la creación de un
entorno de vida y de unas infraestructuras empresariales capaces de
atraer nuevos emprendedores.
Evidentemente no puede competir en el segmento que lo hacen las
grandes ciudades, sino en otros muchos nichos de mercado que van a ir
surgiendo en esta sociedad del conocimiento que comienza a madurar.
En estos momentos, ya podemos ver algunos ejemplos de empresas que
están creciendo en sectores que hace 10 años no existían. Una
forma de seguir creciendo es dar visibilidad social a estos proyectos
para atraer nuevos emprendedores de ese sector.
Es poner en evidencia, con la misma función que un reclamo, que es
posible desarrollar esa tipología de empresas desde Huesca, para
hacer posible que otras personas y empresas muestren interés.
Esta visibilidad social no sólo es importante para que prosperen las
empresas en nuevos sectores y atraigan a otras nuevas, sino que
sirvan de ejemplo de cambio a otros emprendedores y empresas locales.
De aquí la importancia, en la sociedad del conocimiento, de la
cohabitación de los entornos empresariales y residenciales, como ha
existido tradicionalmente en las ciudades europeas.
Evidentemente, con los cambios que suponen los nuevos estilos de
vida, el respeto al medio ambiente y la existencia de
infraestructuras que hagan posible el acceso a las nuevas
tecnologías.
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