martes, 23 de julio de 2019

De obispo a obispo


Han vuelto a Roda de Isábena los sudarios de San Ramón tras ser restaurados. Son unas piezas más de valor a añadir a esta catedral románica lombarda excepcional en su conjunto.
Subí a Roda el día que unas personas especialistas explicaban el valor de las telas. También, estaba el obispo Ángel Pérez que es un gran promotor para que se conozca el románico en su diócesis.
Son telas fabricadas en talleres del sur de la actual España entre los siglos X al XII, pero con diseños procedentes de Egipto, Siria y Persia, que nos trasladan a culturas milenarias.
Llama la atención que las inscripciones sean en árabe. Así, en un retazo de tela podemos leer “Bendición y buena fortuna”. Dos grandes muebles expositores guardan estas joyas.
Hay dos sudarios. El que estaba en contacto con el cuerpo es de 4 metros de largo y el que cubría éste es de 6 metros. Así, estamos hablando de unos tejidos bien conservados de grandes dimensiones.
El obispado en colaboración de la UNED de Barbastro están elaborando documentales sobre las principales iglesias románicas para darlas a conocer y se vengan a visitar.
Así, este año se podrá visitar el Monasterio de Obarra durante el verano. Un conjunto monumental y paisajista excepcional. Los establecimientos de hostelería están muy contentos para que se dinamice el Valle del Isábena.
La visita de Roda de Isábena y Obarra llenan una jornada turística de un legado que nos dejó, en gran parte el obispo San Ramón. De esta forma se logra dar vida a los restaurantes y otros establecimientos.
Por otro lado, la Diputación Provincial de Huesca, en colaboración con los ayuntamientos, está creando una sendero turístico de gran recorrido (el GR 17) que va desde Montanuy hasta Barbastro, pasando por Roda, Graus y Torreciudad que, si se cumplen los plazos, estará finalizado antes de fin de año.
Esta conjunción de actuaciones, sin duda, van a hacer más conocido y apetecible este Valle del Isábena a los visitantes y, con ello, posibilitar el asentamiento de población en unos pueblos muy envejecidos.
Es un gran acierto del actual obispo el poner en valor la gran obra que dejó otro obispo 9 siglos antes. Y, además, no sólo considerar la parte religiosa sino, igualmente, el papel de motor de desarrollo social.
Antes de llegar a Obarra podemos comprar pan y repostería artesana en Serraduy, luego seguir por la carretera hasta Bonansa y visitar alguna ermita románica de esta población o de sus pueblos próximos.
Volvemos por la nacional junto al río Noguera Ribagorzano parando en Sopeira para ver otra joya, el Monasterio de Alaón, que consagró San Ramón. De bajada podemos comprar chocolate y queso en Benabarre, y longaniza en Graus.
Por medio, hay decenas de monumentos por visitar que podemos dejar para otros días, porque seguro que la belleza que hemos contemplado nos anima a que volvamos.
Nos cuesta hoy entender la liturgia de hace casi mil años, pero nos atrapa la belleza de sus piedras, esculturas y pinturas que inconscientemente sintonizan con nuestros pensamientos.
Es de destacar que el pantocrátor de la capilla lateral, donde originalmente fue enterrado el obispo San Ramón, fuera pintada por las mismas personas que hicieron las miniaturas del reconocido Beato de Liébana.
En el conjunto de Roda hay otro pantocrátor, en la pequeña capilla de San Agustín, que consagró San Ramón. La pintura está muy deteriorada, pero merece la pena su visita.
Al volver a casa, hemos alimentado el cuerpo y el alma, posiblemente de forma similar a nuestros antepasados que fueron coetáneos de la creación de estas obras de arte.
Antepasados que, en su mayoría, eran analfabetos, y era la propia belleza la que les transmitía la catequesis. Algo parecido, nos pasa ahora, aunque no seamos analfabetos, pero con muy poca devoción a prestar atención a las explicaciones.
De feligrés a obispo, gracias a ambos por el gran trabajo y dedicación a vuestro pueblo encomendado.

Daniel VALLÉS TURMO
Publicado en Ronda Somontano el 22 de julio de 2019


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