Mi padre, que era pastor, nunca entendió porque me gustaba ir a la
montaña. Siempre me decía que si te cogiera con nieve hasta la
rodilla en una sierra con un rebaño de ovejas, lo entendería.
Hace unos días subí a Graus a la ferretería de Gregorio por si
tenía ganchos de pastor. Es un gancho que se pone en el palo para
coger a las ovejas por la pata cuando es necesario. Era para un
regalo.
Me dice que hace días que no hace con su hermano porque no tienen
tiempo. La ferretería está en la calle barranco donde cada 29 de
setiembre, para San Miguel, “firmaban” los pastores para el año
siguiente. Me agradece que me acuerde de ellos. Tenían fama de hacer
los mejores ganchos.
Un tío-abuelo de Merli, siempre fue pastor y era aquí donde firmaba
como pastor. Sólo pedía un día de fiesta al año fijo para visitar
a su hermano que vivía en Calasanz.
Subo por el valle del Isábena, en dirección Merli y bajo a campo
por la carretera que va a parar a Campo. Luego subo el puerto de
Foradada, viendo toda La Fueva, y bajo hasta Ainsa.
En la cooperativa compro los ganchos de pastor. Me encuentro allí a
un compañero de estudios, Jesús Solano, de Casa Castillón de
Tierrantona. Vamos a tomar algo a la terraza de Sánchez.
Jesús ha limpiado muchos caminos de Sobrarbe junto a Ángel Cheliz y
otras personas, para que puedan ser utilizados por la ciclistas de
BTT y los senderistas en la denominada Zona Zero.
Después de tomar el café vamos a la tienda de Ángel. Está
acabando de vender una BTT eléctrica de 450 vatios. Me da un mapa
que acaban de hacer de Sobrarbe muy bien hecho. Jesús se queda con
él.
Subo a Labuerda. Mis primas y muchos vecinos tienen bicicletas BTT.
Mientras espero a mi prima, hablo con una persona de la zona que
lleva una BTT eléctrica de 500 vatios. Hace mal día y ha hecho un
recorrido corto.
Me alegro que los habitantes de Sobrarbe sean los primeros que
conozcan y disfruten el entorno tan privilegiado que les rodea. Es la
mejor manera para contagiarlo a los turistas.
Voy a comer a Arcusa para ver las ovejas y los perros. Me encantan.
Bajo por la carretera hacia Colungo. Esta vacía. Otros años estaría
llena de turista franceses y belgas.
En Colungo están cerrados tanto el Mesón como La Olla. Éste último
abre el primer fin de semana de junio. Se llena de ciclistas que
vienen de Barbastro para almorzar unos huevos fritos con
acompañamiento.
Ese fin de semana subo a Alquezar. El bar de la gasolinera está
llena de ciclista de Barbastro almorzando. Alquezar todavía
permanece cerrado. Cuando me voy, comienzan a poner las primera mesas
de los restaurantes de la plaza de la entrada.
Quería ir a misa de una, pero viendo que no hay nada abierto, me
acerco a la misa de las 11 en Buera que celebra Mosén Cabrero. Me
dice que suba a la torre para que vea como toca la campana que acaban
de cambiar el yugo.
La campana es del año 1704. Tuvo suerte de sobrevivir a la guerra
civil. El yugo era de quejigo y tenía muchos arreglos, lo que hace
suponer que fuera de la misma época que la campana. Está dedicada a
San Juan Bautista.
Cuando bajo a Barbastro, tengo que tener cuidado con las decenas de
ciclistas que suben y bajan. Es una carretera muy frecuentada por los
ciclistas para entrenar y estirar las piernas.
En el Somontano, también hay muchas personas que practican el
senderismo y el ciclismo. Como ya he dicho, es la mejor manera de
atraer a visitantes para que conozcan nuestro territorio.
Llego lloviendo a Barbastro, pero todavía salen ciclistas. Dejo el
coche y veo a quienes regresan con sus bicicletas de BTT recorriendo
el hermoso paisaje verde de principios de Junio.
Uno de los principales motivos de éxito del vino del Somontano es
que es apreciado por sus vecinos y son sus mejores prescriptores. Lo
mismo está sucediendo con el conocimiento de la naturaleza debido a
la práctica masiva de senderismo y ciclismo tanto en la tierra baja
como en la montaña. Se ha logrado algo que se pensaba era muy
dificil, que los montañeses fueran, también, montañeros.
Daniel
VALLÉS TURMO
No hay comentarios:
Publicar un comentario