Es indudable que el Internet por telefonía móvil unido al desarrollo de terminales con una excelente usabilidad y al desarrollo de miles de aplicaciones para este entorno van a cambiar muchos procesos de relación con los clientes.
El primer aspecto relevante que ha llevado a este éxito ha sido la cada vez mejor experiencia que tiene el usuario utilizando estos terminales y estas aplicaciones que, a su vez, comunica a otros usuarios de esta satisfacción.
El segundo aspecto, que es causa de la buena experiencia del usuario, es el del tráfico de Internet que los usuarios hacen desde sus terminales móviles en vez de los dispositivos tradicionales, utilizando las nuevas aplicaciones desarrolladas.
La conjunción de estas excelentes usabilidad, utilización y desarrollo de nuevas aplicaciones es el origen del un círculo virtuoso de mejora de este entorno de Internet por telefonía móvil que hace que las empresas se involucren en el mismo para desarrollar negocio.
El resultado de estas interrelaciones supone la creación de un nuevo entorno que propicia una realidad aumentada para el usuario tanto en su modo de informarse como de relacionarse con el uso de nuevas aplicaciones, como es el caso de la geolocalización.
Es indiscutible el papel profético del Apple con las sucesivas mejoras de su terminal móvil iPhone que ha servido como teléfono de referencia para los próximos años, al igual que sucedió con el sistema operativo de Macintosh en su lanzamiento en 1984 basado en iconos.
El sistema operativo táctil del iPhone ha hecho que este teléfono sea “killer” (determinante) para el desarrollo de aplicaciones para el Internet en la telefonía móvil. Tal es su éxito, que más del 60% del tráfico de Internet móvil en USA se hace desde el iPhone.
Probablemente, en los próximos años la mayoría de los terminales acabarán asemejándose a las mismas funcionalidades del iPhone mucho más mejoradas, porque las innovaciones no sólo vendrán del lado del Apple, sino también de los demás fabricantes.
Estos terminales son imprescindibles para posibilitar la “realidad aumentada”, con sus sistemas GPS, acceso a Internet, videoconferencia, telefonía IP y otras próximas posibilidades sobre las que se sostienen las aplicaciones de software.
Uno de los aspectos más interesantes que ha posibilitado este tipo de smartphone es el interés por explorar nuevas aplicaciones y el aumento de la sensación de seguridad para la realización de operaciones a través de Internet.
Desde la aparición de este tipo de terminales móviles han surgido miles de aplicaciones cuya usabilidad es muy buena, en comparación con los anteriores sistemas de telefonía móvil, en un ecosistema en continua ebullición y maduración.
Esta circunstancia de continua evolución hace difícil entrever cuales son las aplicaciones determinantes en el ámbito empresarial. Aunque, parece, que se establecen como dos grandes ecosistemas, los basados en Internet y los que se configuran entorno a las terminales móviles.
Las aplicaciones en la red se inspiran en la filosofía “en la red” posibilitando que los distintos programas puedan ejecutarse desde cualquier terminal. Mientras que las aplicaciones en el móvil se inspiran en la seguridad de disponer los programas y datos en nuestro hardware.
El ecosistema “en la red” esta liderado por Google que está creando un verdadero sistema operativo añadiendo cada vez mas aplicaciones. El otro gran actor es Facebook que quiere ser un catalizador de aplicaciones entorno a su red social. Igualmente, cada empresa puede crear su sistema virtual.
El ecosistema “en mi móvil” está liderado por el iPhone, Blackberry y por los fabricantes que apuestan por el sistema operativo Androide. Aquí, nos encontramos con dos estrategias distintas, quienes apuestan por los sistemas cerrados (el caso de iPhone) y los abiertos (el caso del Androide).
Pero, ¿habrá diferencias entre los distintos ecosistemas?, ¿cómo influye estos cambios en nuestro negocio?, ¿qué aplicaciones van a ser determinantes?, ¿cómo habría que ir entrando en este nuevo tipo de plataforma.
Aparentemente no habrá diferencias significativas entre los dos sistemas (“en la red” y “en mi móvil”) porque el inferface de usuario será muy similar. Las diferencias estriban en el concepto de sistemas abiertos o cerrados.
La influencia en nuestro negocio de estos cambios dependen de la tipología del producto y del cliente. Conforme el producto sea “digitalizado”, basado en la información, y nuestro cliente tenga un perfil más “digital”, usuario de las tecnologías de la información, está influencia será mayor.
Respecto a las aplicaciones empresariales determinantes (“killers”), nos encontramos en un momento de cambio de paradigma, donde va a suceder una sincretización tanto de las aplicaciones informáticas, como de los modelos de negocio, que es dificil prever.
Lo que sí es clara la necesidad empresarial de conocer cómo está iniciándose esta transformación de las Tecnologías de la Información y cómo están empezando a interactuar otras empresas para analizar cómo puede influenciar en nuestro modelo de negocio.
Daniel Vallés Turmo
CEEIAragón
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