martes, 10 de abril de 2012

Dinamismo e innovación


La palabra innovación va quedando vacía de significado en cuanto que la asociamos con la necesidad de una transformación necesaria para resolver las problemáticas que se nos presentan.

La atribución de la innovación ha ido expandiéndose desde la tecnología a todos los ámbitos empresariales. Primero pasamos de la Investigación a la innovación para diferenciarlo, pero ahora ya ha quedado superado ante el dinamismo social.

Tal vez sea este concepto, el de dinamismo, el que nos sea más útil de emplear en un momento como el actual. La necesidad de sociedades dinámicas capaces de adaptarse a las nuevas circunstancias.

La innovación es la causa que permite el proceso que nos llevará al efecto deseado de transformación, pero el dinamismo social es ese proceso necesario para que se despliegue su potencial.

Para ser conscientes de este dinamismo, la comparativa histórica nos ayuda a analizar la forma como se estructura esta realidad. Por eso mismo, vamos a ver un ejemplo concreto.

Vamos a ver el estado del antiguo camino que durante cientos de años ha llevado a las personas desde la población de Barbastro hasta la población de Fornillos con la que delimita al sur.

La primera causa (innovación) que posibilitó su no utilización fue la construcción de la carretera de Barbastro a la Estación de Poleñino que aparece en los mapas de 1931. Esta nueva vía favorecía la rapidez de la comunicación.

A partir de ese momento, el antiguo camino ha mantenido un uso agrícola y ganadero que ha ido marginando su uso conforme han ido apareciendo nuevas innovaciones que la han afectado.

La más significativa ha sido la del sistema de riego del Canal de Selgua, que es una ramificación del Canal del Cinca, a partir de la década de 1970 que ha supuesto una transformación total del aprovechamiento agrícola y ganadero.

De tratarse de una zona cerealista y de pastoreo ovino, a pasar a ser un territorio de explotaciones de regadío y de ganadería intensiva. Este proceso transformador ha ido cambiando su geografía.

Así, los distintos ramales de riego han hecho que se genere un sistema de caminos y carreteras de servicio en su entorno con un efecto multiplicador de las posibilidades de acceso.

A su vez, ha habido una innovación sobre otra innovación con la modernización de los regadíos con sistemas más eficientes dejando muchas acequias de hormigón en desuso por nuevas tuberías soterradas que alimentan los aspersores.

Este proceso dinámico tiene efecto en una mayor profesionalización y diversificación de las explotaciones agrarias que nos encontramos en la actualidad suponiendo una mayor productividad.

El antiguo camino a Fornillos mantiene algunos tramos cubiertos por la vegetación debido a su desuso y otros que han sido roturados al encontrarse alternativas de paso en su entorno.

Las nuevas carreteras, caminos y  sistemas de riego han ido cicatrizando partes del camino hasta la reciente gran herida que ha sido el paso de la autovía de Lérida a Huesca.

Esta nueva innovación está comenzando a ser la causa de un proceso que supondrá un nuevo dinamismo como el que ha supuesto el sistema de regadío en la transformación económica.

La carretera a Fornillos que lleva al Polígono Valle del Cinca y a su enlace con la autovía está llevando cada vez más tránsito posibilitando la movilidad de todo el tejido empresarial.

La autovía ha devenido un sistema de comunicación necesario para una economía industrial y de servicios donde la logística es cada vez más importante para ser competitivos.

Al igual que un factor decisivo para otro gran motor de desarrollo del territorio que es el turismo, incrementando sustancialmente el mercado al acercar y facilitar su acceso a una mayor población.

De nuevo, se  hace necesario una sociedad dinámica capaz de desarrollar el potencial máximo a esta nueva innovación, como lo ha sido con el sistema de regadío que apenas cuenta 40 años.

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