miércoles, 11 de junio de 2014

Relajarnos

Hace años que se habla del estrés y de las técnicas para manejarlo, pero sigue siendo un problema muy importante tanto para el funcionamiento de las organizaciones, como para la salud de las personas.
Hay publicados muchos libros sobre su manejo y en Internet podemos encontrar mucha información. Pero, como se trata de un problema crónico, no es suficiente con conocer la teoría, sino de incorporar hábitos cotidianos.
Es muy importante detectar que se está en una situación personal de estrés y crear procedimientos en las organizaciones que impidan su creación y perduración maliciosa en el tiempo.
Existen muchas técnicas de confrontación de estrés. En este artículo no vamos a hacer una descripción extensa de las mismas, sino clarificar tres áreas distintas en las que podemos desarrollar hábitos preventivos.
Al tratarse el estrés de un conglomerado de distintos síntomas que afectan al estado físico, psicológico y mental, es necesario aplicar distintas técnicas para cada uno de estos ámbitos.
Una técnica muy conocida para la relajación corporal es la llamada progresiva de Jacobson. Tumbados, vamos induciendo la relajación de las distintas partes del cuerpo.
Así, comenzando por las extremidades, vamos tensando y relajando paulatinamente hasta que logramos un estado de relajación para todo el cuerpo. Podemos utilizar una grabación que nos vaya guiando en este proceso.
Uno de los elementos más complejos de manejar son los síntomas psicológicos. La llamada ansiedad. A pesar de estar alejados de la causa del estrés, seguimos teniendo una sensación de angustia.
En este ámbito, la psicología cognitiva ha desarrollado un amplio abanico de técnicas que ayudan eficazmente a combatir todos estos síntomas y desarrollar habilidades preventivas.
Una de las técnicas clásicas es la de Aaron Beck y sus colegas, conocida por su acrónimo AWARE que nos recuerdan cómo actuar cuando aparecen los síntomas de ansiedad. Significa ser conscientes
A, “accept” en inglés, aceptar. Nos indica que comencemos aceptando los síntomas. W, “watch” en inglés, ver. Nos dice que observemos lo que está ocurriendo sin emitir juicios.
A, “act” en inglés, actuar. Debemos seguir haciendo lo que estábamos haciendo o íbamos a hacer, a pesar de las emociones y pensamientos que nos hacen sentir mal. R “repeat” en inglés, repetir. Quiere decir volver a aceptar y observar.
E, “enhance” en inglés, mejorar. Ser conscientes que vamos mejorando en la forma como vamos confrontando los síntomas de ansiedad. De esta forma, progresivamente vamos manejando las situaciones y podemos llevar vida normal.
Utilizar alguna técnica de relajación mental puede ser un buen hábito preventivo. Una muy sencilla es la llamada Samatha que se suele utilizar como práctica previa a la meditación.
Consiste en sentarnos en una postura cómoda con la espalda erecta. Las manos las posicionamos sobre las pantorrillas para favorecer esta postura. La mirada la establecemos en un punto cercano.
Una vez en esta posición, centramos la atención en la respiración, no prestando atención a los pensamientos y emociones que van fluyendo. Cuando nos centramos en ellos, volvemos a focalizarnos en la respiración.
Al principio, puede parecer una técnica aburrida y nos cuesta practicarla. Podemos comenzar con unos pocos minutos e ir ampliando paulatinamente. No se trata de una práctica espiritual, sino de un ejercicio de relajación mental.
Conforme practicamos somos conscientes del mecanismo de aparición de las emociones y los pensamientos de forma errática, de modo que aprendemos a no darles importancia en las situaciones de estrés.
El manejo de una empresa es cada vez más complejo porque hay que tomar más decisiones y de una forma más rápida. Por ello se requiere tener el pensamiento sereno.

Las técnicas comentadas únicamente tienen el objetivo de servir de ejemplo de la necesidad de incorporar la adquisición de competencias de autocontrol en el ámbito del trabajo.

Daniel Vallés Turmo

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