Hace años
que se habla del estrés y de las técnicas para manejarlo, pero sigue siendo un
problema muy importante tanto para el funcionamiento de las organizaciones,
como para la salud de las personas.
Hay
publicados muchos libros sobre su manejo y en Internet podemos encontrar mucha
información. Pero, como se trata de un problema crónico, no es suficiente con
conocer la teoría, sino de incorporar hábitos cotidianos.
Es muy
importante detectar que se está en una situación personal de estrés y crear
procedimientos en las organizaciones que impidan su creación y perduración
maliciosa en el tiempo.
Existen
muchas técnicas de confrontación de estrés. En este artículo no vamos a hacer
una descripción extensa de las mismas, sino clarificar tres áreas distintas en
las que podemos desarrollar hábitos preventivos.
Al
tratarse el estrés de un conglomerado de distintos síntomas que afectan al
estado físico, psicológico y mental, es necesario aplicar distintas técnicas
para cada uno de estos ámbitos.
Una técnica
muy conocida para la relajación corporal es la llamada progresiva de Jacobson.
Tumbados, vamos induciendo la relajación de las distintas partes del cuerpo.
Así,
comenzando por las extremidades, vamos tensando y relajando paulatinamente
hasta que logramos un estado de relajación para todo el cuerpo. Podemos
utilizar una grabación que nos vaya guiando en este proceso.
Uno de los
elementos más complejos de manejar son los síntomas psicológicos. La llamada
ansiedad. A pesar de estar alejados de la causa del estrés, seguimos teniendo
una sensación de angustia.
En este ámbito,
la psicología cognitiva ha desarrollado un amplio abanico de técnicas que
ayudan eficazmente a combatir todos estos síntomas y desarrollar habilidades
preventivas.
Una de las
técnicas clásicas es la de Aaron Beck y sus colegas, conocida por su acrónimo
AWARE que nos recuerdan cómo actuar cuando aparecen los síntomas de ansiedad.
Significa ser conscientes
A, “accept”
en inglés, aceptar. Nos indica que comencemos aceptando los síntomas. W,
“watch” en inglés, ver. Nos dice que observemos lo que está ocurriendo sin
emitir juicios.
A, “act”
en inglés, actuar. Debemos seguir haciendo lo que estábamos haciendo o íbamos a
hacer, a pesar de las emociones y pensamientos que nos hacen sentir mal. R
“repeat” en inglés, repetir. Quiere decir volver a aceptar y observar.
E,
“enhance” en inglés, mejorar. Ser conscientes que vamos mejorando en la forma
como vamos confrontando los síntomas de ansiedad. De esta forma,
progresivamente vamos manejando las situaciones y podemos llevar vida normal.
Utilizar
alguna técnica de relajación mental puede ser un buen hábito preventivo. Una
muy sencilla es la llamada Samatha que se suele utilizar como práctica previa a
la meditación.
Consiste
en sentarnos en una postura cómoda con la espalda erecta. Las manos las
posicionamos sobre las pantorrillas para favorecer esta postura. La mirada la
establecemos en un punto cercano.
Una vez en
esta posición, centramos la atención en la respiración, no prestando atención a
los pensamientos y emociones que van fluyendo. Cuando nos centramos en ellos,
volvemos a focalizarnos en la respiración.
Al
principio, puede parecer una técnica aburrida y nos cuesta practicarla. Podemos
comenzar con unos pocos minutos e ir ampliando paulatinamente. No se trata de
una práctica espiritual, sino de un ejercicio de relajación mental.
Conforme
practicamos somos conscientes del mecanismo de aparición de las emociones y los
pensamientos de forma errática, de modo que aprendemos a no darles importancia
en las situaciones de estrés.
El manejo
de una empresa es cada vez más complejo porque hay que tomar más decisiones y
de una forma más rápida. Por ello se requiere tener el pensamiento sereno.
Las
técnicas comentadas únicamente tienen el objetivo de servir de ejemplo de la
necesidad de incorporar la adquisición de competencias de autocontrol en el
ámbito del trabajo.
Daniel Vallés Turmo
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