La librería
Castillón de Barbastro nace en el año 1927. “Desde entonces, cada mañana
abrimos las puertas de nuestro establecimiento con la intención de satisfacer
las necesidades lectoras de nuestros clientes, la mayoría considerados amigos”.
Así es
cómo se presenta en su página web. Casualmente, acaba de estrenar el canal de
venta por Internet la misma semana que en su ciudad se celebra el II Congreso
del Libro Electrónico.
Un
ejemplo, el libro electrónico, de un producto al que los libreros tienen que
adaptarse. Nuevas tendencias de consumo hacia la digitalización posibilitadas
por las nuevas tecnologías.
Alguno
dirá que ya no es noticia que un comercio local acceda al comercio electrónico
en nuestra provincia, cuando casi han pasado 20 años desde que Barrabés fue
pionero.
En estos
años, el comercio electrónico ha cambiado mucho y se está integrando en los
negocios locales como un canal, no sólo de venta, sino de relación con los
posibles clientes.
Lo primero
de todo es un gran escaparate virtual para mostrar a los posibles clientes las
24 horas. Es una extensión de ese escaparate que, con tanto mimo, preparan los
libreros para llamar nuestra atención.
Un
escaparate que nos permite una búsqueda por novedades, temáticas,
recomendaciones o los más vendidos, para seguir captando nuestra atención y
poder satisfacer nuestras necesidades.
En el caso
de Barbastro, que es un punto de referencia de compra para la Ribagorza y el
Sobrarbe, posibilita el mantener el contacto con estos clientes que se
encuentran a decenas de kilómetros.
Cuanto más
tiempo pensemos en libros, más posibilidades tendremos de adquirir uno y, a su
vez, que nos recomienden otros semejantes que nos pueden interesar. Es una
nueva forma de hablar con nuestro librero.
Además,
los libreros se han unido en plataformas tecnológicas que permiten las mismas
funciones de búsqueda a las que estamos acostumbrados, como es el caso de
Amazon.
Una vez
que nos hemos decidido por un libro, podemos acceder a su ficha donde conocemos
si está disponible en la librería o el tiempo que tardarán en hacérnoslo
llegar.
Si nos
convence, lo añadimos a la cesta. El proceso que sigue es muy visual con un
cuadro que plantea cuatro etapas: mi cesta (los libros seleccionados), envío,
facturación y finalizar.
Al
comprar, podemos hacerlo sin necesidad de ser un cliente registrado. Primero, nos
piden los datos de contacto y luego, si queremos que nos lo envíen a domicilio
o recogerlo en la tienda.
Esta
última opción es muy interesante en el modelo de negocio multicanal que hemos
comentado. Logramos que nuestra zona de influencia de compra física sea mucho
más amplia.
Este es el
caso de los clientes de poblaciones que vienen a comprar a la ciudad un día a
la semana o el de los vecinos que únicamente vienen el fin de semana. De esta
forma se aseguran disponer el libro cuando vayan.
Respecto
al envío a casa, un punto interesante es la posibilidad de utilizar este canal
como una forma de regalo, al igual que ocurre con las flores o los dulces.
Incluso, nos lo pueden enviar con papel especial.
Si
decidimos recoger en la tienda, podemos escoger el pagarlo ya con tarjeta o
transferencia o hacerlo al recoger el libro en la tienda. Una vez que hemos
acabado el pedido, recibimos un mensaje de confirmación.
Si el
libro no estuviera disponible en la tienda y tardara algún tiempo, recibiremos
un mensaje cuando haya llegado a la librería. Como vemos, el entorno nos da
mucha seguridad.
La misma
confianza que nos daba el librero del barrio cuando le preguntábamos por un
libro o nos hablaba de una novedad que había recibido. Cuando sólo entrabamos
para conversar.
Con esa
misma filosofía, la tecnología permite a las librerías de toda la vida
adaptarse a los nuevos cambios y poder pasar el testigo a una nueva generación
que abra cada día la puerta.
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