"A mi tío y padrino José María. Yo me tendría que llamar como él, pero el sacerdote Santos Lalueza decidió poner el santo del día, por eso me llamo Daniel José"
El día 29 de junio de 2018 falleció mi tío José María Turmo
Barrabés, de Casa El PEIX de Serraduy. Nació en “Casa Barbero”
de Labuerda en setiembre del año 1923.
Acudieron muchas personas del Valle del Isábena. El sacerdote
Aurelio Ricou comentó que personas como José María, además de
empresarios, consiguen ser motores sociales de donde viven.
Años atrás, cuando falleció su mujer Amalia Barrabés Peré, las
mismas palabras dijo de ella el sacerdote José María Limiñana en
un funeral al que, también, acudieron de todo el valle del Isábena.
Cuando José María llega a Serraduy en el año 1947 la carretera
finaliza allí. Donde está actualmente el Hotel El Peix es donde
había un cobertizo en que se cerraba el coche de línea.
La carretera hasta Obarra estaba en construcción. Casa El Peix
estaba abierta como fonda desde 1915, siendo un lugar de unión para
las personas del valle. Compraron un camión para que José María y
su cuñado Juan se dedicaran al comercio en el valle.
Los martes subían camiones de Graus y la Puebla de Roda a vender por
los pueblos del Isábena. Los camiones se quedaban en la carretera.
Tocaban los cláxones y los perros subían a los pueblos que estaban
en la ladera: Biescas de Obarra, Pardinella, Beranuy, Morens,
Ballabriga y Calvera. Los vecinos bajaban con los animales hasta la
carretera. Con el tiempo, han ido creciendo los barrios de la
carretera.
En el primer viaje, subieron utensilios que pensaban podían
interesar, pero nadie se acercaba a su camión. Lo comentaron con el
padre de Amalia, Ramón Barrabés. Le dijeron que más que vender,
se traían recados. Y ellos no eran conocidos, por lo que la gente no
se les acercaba.
En el siguiente viaje, subió Ramón y les presentó a los vecinos. A
partir de entonces, ya comenzaron a vender. La fonda del Peix servía
como lugar donde se dejaban los recados de las necesidades. Más
adelante, en las Herrerías hicieron un pequeño almacén para
guardar productos.
Era un momento en que los pueblos estaban poblados y se hacían
muchos remiendos con los nuevos materiales, como la uralita para
arreglar los tejados, pero a la vez ya comenzaba el despoblamiento a
las ciudades.
A los pocos años, José María se independizó de su cuñado. Hacía
viajes para lo que tocara. Uno de ellos era la cercana mina de carbón
que había en Cajigar. Hacía viajes hasta la estación de tren de
Barbastro.
También de maderos a Zaragoza. El perro iba encima de la carga y se
bajaba unos kilómetros antes para avisar que iba a llegar el camión.
También servía como guardián para que no hubiera hurtos.
Los pueblos altos, como Soperún e Iscles vivían de la cría de
animales de labranza. Le tocaba llevar a los caballos a las ferias,
sobre todo a la de Huesca. Y, también, subir pacas de alfalfa para
la alimentación de los animales. Mi tío subía hasta el “Coll del
Vent”, pasado Cajigar. Tocaba el claxon y allí venían con
caballos para buscarlas.
Ante la necesidad de leche en las ciudades y el haber un lugar de
recogida en Campo, hubo una reconversión a la cría de vacas para
leche. José María hacía la recogida de las lecheras de aluminio de
40 litros de capacidad para llevarlas hasta Campo. En la vuelta,
compraba los recados que le habían pedido los vecinos. Le comentaban
de la empresa que se comprara una camión cisterna, pero el prefirió
seguir con las lecheras para poder hacer los recados.
Además de un beneficio económico estaba haciendo un bien social con
el tema de los recados e, incluso, el transporte de personas, porque
el camión tenía la posibilidad de transportar 5 personas, dos junto
al conductor y tres detrás.
Camión delante de El Peix de Serraduy |
En los años 70 al antiguo Peix, se anexiona el nuevo que se hizo en
los años 70. Una de las cosas que impresiona de este hotel es su
proximidad al río. Cuenta con unos cimientos enormes. Las piedras de
río las traía José María en la vuelta del reparto. En aquella
época era un hotel de categoría para el valle y era muy concurrido
en los veranos. Realmente, fueron pioneros.
Sirva este artículo de homenaje a las personas que como él ha sido
motores sociales del lugar donde ha vivido. Personas imprescindibles.
Daniel
VALLÉS TURMO
Publicado en Diario del Altoaragón, página 20, el 5 de setiembre de 2018
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