No me equivoco del dicho que todos conocemos “lobos con piel de
ovejas”, referido a la parábola del evangelio de “Mateo
7, 15-20” en la que se advierte de los falsos profetas que se
acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Aludo a otro significado. Me explicaré. Durante miles de años los
rebaños de ovejas han servido para poder sobrevivir en nuestro
territorio. Una oveja suele vivir entre 8 y 9 años dando a luz de 20
a 22 corderos en su ciclo de vida.
Algunas veces paren uno, otras dos y, en ocasiones, nace muerta la
criatura. En esta situación, nos encontramos que la oveja está
preparada para dar leche y no suele aceptar otro cordero que no sea
el suyo. Los conocen por el olor.
Una estratagema que utilizan los pastores es la de revestir un
cordero con la piel del que no ha tenido viabilidad, de modo que la
oveja lo siente como suyo y le deja tomar su leche y le cuida. Es una
situación de “ganar – ganar”.
Es una escena muy tierna ver en una paridera con decenas de ovejas y
crías como se encuentran unos con otros entre balidos y olfateos
tras volver de comer las madres.
La oveja es un animal gregario, pero muy asustadizo. El perro,
descendiente domesticado de la familia de los lobos, ayuda a mantener
el rebaño unido y a defenderlo de posibles estampidas y ataques.
Confía en el pastor y en el perro.
No se puede decir que el lobo sea el mejor amigo de la oveja, pero sí
lo es, como ya lo he comentado, un descendiente domesticado del
mismo. Puede resultar paradójico, pero la situación que nos ha
tocado vivir también es compleja.
Sin duda, la confianza ayuda a afrontar mejor los retos. La misma
confianza que el cordero que sabe que su madre le va a dar leche o la
de la oveja que, también, sabe que el pastor y el perro le van a
defender.
Así, la confianza está relacionada con el miedo, el miedo es un
inhibidor de la toma de riesgos, y sin toma de riesgos no es posible
emprender. Por eso es importante saber gestionar el miedo.
Podemos hablar de una confianza propia, autoestima, y otra grupal. En
ambos casos nos encontramos con inhibidores y desinhibidores que
desencadenan la confianza o el miedo.
No voy a tratar aquí como se construye la autoestima, sino que me
centraré en cómo crear una confianza grupal que permite poder
asumir riesgos y, por tanto, emprender.
Uno de los países con más impulso emprendedor de calidad es Israel,
donde disponiendo de pocos recursos naturales se han especializado en
el área tecnológica.
En las milicias obligatorias aprenden a trabajar en grupo. Tras una
maniobra, hacen una reunión de evaluación en la que hablan todas
las personas sin importar su jerarquía.
Este hábito supone dos consecuencias. Primero, aprender a aprender
y, segundo, saber aceptar las críticas sin miedo a que haya
represalias por parte de la jerarquía. Sin duda, estos hábitos son
influyentes en el dinamismo emprendedor posterior de estos jóvenes
y, como consecuencia, en la innovación empresarial del país.
En vez de proponer una sociedad del miedo, se predispone una de
confianza. En vez del cartel en las fincas: “Cuidado con el
perro”, el cartel, “Llame para comprar nuestros
productos”.
Recuerdo un emprendedor sin prejuicios con los inspectores de
Hacienda, que le vinieron a ver sin avisar a su empresa y con
tranquilidad les dio la tarjeta de su gestor y les dijo que ese tema
era mejor que lo trataran con él. A continuación, siguió con la
tarea que estaba realizando.
Asertividad sin agresividad. Volviendo con las ovejas, una de las
cosas más difíciles de aprender por un perro pastor es a morder la
pata (si fuera necesario para imponer su autoridad) sin hacer daño.
El problema es que tiene que diferenciar entre las ovejas y las
cabras. Éstas últimas tienen la piel más dura.
Acabaré con otra cita del evangelio, la de Juan 10, 11-16: “Yo
soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas...”
Vale la pena, ver la cita para ver todo el texto.
Sin duda, también son necesarios los “pastores con piel de
pastores”. Aplicado al ámbito empresarial, sería los
“empresarios con piel de empresarios” sin ningún tipo de
disfraz.
Daniel
VALLÉS TURMO
Artículo publicado en Diario del Altoaragón el día 26 de Setiembre de 2018
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