miércoles, 3 de octubre de 2018

La corriente “veggie”


A casa llegó un cachorro caniche blanco que pronto nos supo ganar su cariño con su alegría y paciencia. Le hizo una gran compañía a mi madre y le obligaba a salir a pasearlo cada día.
Solían sentarse en el muro de San Julián cuando venía de trabajar. Recuerdo la ilusión de Sol, así se llamaba el perro, y de mi madre cuando me acercaba a buscarlos.
Murió joven con 6 años de una cardiopatía. Nos entristeció mucho a todos y su memoria todavía está viva. Particularmente, me hizo rechazar la alimentación de carne durante unos años por relacionarla con él.

Incluso, busqué alternativas en aspectos como la ropa y el calzado. Pero, no era fácil encontrarlo en el caso de los zapatos de cuero por la falta de calidad y transpirabilidad de los materiales sustitutos en aquella época.
Hace unas semanas recibí noticias de una zapatería de la existencia de los zapatos que buscaba. Me sorprendió que habiendo pasado muchos años todavía se acordaran. Supongo que mi pregunta no era habitual.
Casualmente, esa misma semana un amigo me dijo que habían atropellado al perro que tanto cariño le tenía. Por lo dicho anteriormente, comprendí perfectamente por lo que estaba pasando. Yo, también, le tenía cariño y admiración por su valentía.
También, me hizo recordar los años en los que llevé una dieta vegetariana que tuve que abandonar para poder llevar una vida social normalizada sin tener que dar explicaciones repetidamente cada vez que salía a comer.
Me sentía muy bien cada verano que iba a Londrés porque allí estaban indicados en todos los restaurantes y tiendas de alimentación si era un producto “veggie”. Por cierto, adoraba un buen restaurante de comida india, que echo de menos.

Me acerqué a la zapatería. Efectivamente, en el escaparate vi que la marca de zapatos Fluchos mostraba una gama “100% VEGAN”. Me extrañó que una marca reconocida entrara en el mercado de personas “veggie”, vegetariano en inglés. Aunque es cierto que exporta más del 50% de su producción, sobre todo a países de la unión europea donde esta tendencia está mucho más consolidada.

Zapatos Fluchos 100% VEGAN

Este segmento “veggie” se está incrementando en España. Según la consultoría Lantern, en el año 2017 ya era el 7,8% de los españoles mayores de edad, unos 3,5 millones de personas.
Un segmento formado por un 0,2% de veganos (no comen carne, ni pescado), 1,3% vegetarianos (comen huevos y leche) y un 6,3% de “flexitarianos” (consumo de carne y pescado ocasional). Compuesto en un 66% por mujeres.
Según otros estudios la opción “flexitariana” es un porcentaje todavía mayor, sobre todo en la gente joven. Esta es la razón por la que la industria alimentaria y otras, como es el caso de los zapatos comentado, se estén reinventando.

Ante este hecho, comencé a observar con más detalle si se estaba produciendo esta tendencia. Así, observé anuncios en la televisión de productos alimenticios veganos, sobre todo en la cadena DKISS, con público mayoritario femenino.
Y en otras cadenas de televisión, varios productos preparados “flexitarianos”, ofrecidos como naturales, saludables y “cool” (moderno). Esta realidad confirmaba que sí se estaba produciendo esta tendencia.
Me acerqué al hipermercado donde hace unos años únicamente se podía encontrar unas pequeñas latas de “carne vegetariana” de la pionera marca Santiveri en la sección de dietética a un precio bastante elevado.
Esta vez encontré un gran frigorífico con productos “veggie” a unos precios asequibles. De modo que estaba a mano de cualquier consumidor el acceso a este tipo de productos.
Al ser uno de los llamados “flexitarianos” no era consciente de la expansión que se había producido en los últimos años. Sí que me extrañó que se abriera hace dos años una tienda de productos veganos y vegetarianos en mi ciudad, aunque acaba de cerrar.

Vivimos en una provincia donde las raciones de comida son generosas. Recuerdo la respuesta viral de Casa Gervasio de Alquézar en el año 2017 a una cliente que se quejaba que no ofrecieran un menú infantil. Su respuesta fue: “Hola, yo cuando tenía 15 años me comía medio conejo para almorzar. Un saludo”.
Ciertamente, según nuestra experiencia tenemos distintas percepciones. El ejemplo anterior lo evidencia.

Daniel VALLÉS TURMO
Artículo publicado en Diario del Altoaragó el 3 de octubre de 2018

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