Erase
una vez un mercado
Pedro I había pasado la noche del 17 de octubre de 1100 en el
castillo del Pueyo. Había venido del castillo de Montearagón para
acometer la toma de Barbastro. No había dormido mucho pensando en
mañana y por el ruido de las tropas preparadas.
Desde el castillo veía los fuegos de las distintas defensas de los
musulmanes en torno a la población.
El Pueyo de Barbastri |
Se acerco a su caballo para
colocar la tela con la imagen de Santa Fé a la que había prometido
la segunda mezquita. Todavía no era hora para colocarse la coraza
dorada que llevaba como rey de Aragón.
Una vez acabada la batalla, se acercó a la mezquita junto a río y
colocó la tela en la puerta. De aquella ermita ya no queda nada en
su sitio, salvo la portada románica del siglo XIII que se encuentra
en el cementerio de la ciudad.
Portada románica de Santa Fé |
La ciudad se había quedado despoblada. Al rey le pidieron tres
cosas: ser libres, disponer de un mercado y que su ganado pudiera
pastar en el entorno, sin que los de las demás poblaciones lo
pudieran hacer en Barbastro. Aquello significaba una ventaja
importante para atraer repobladores.
Sí que sigue el mercado vivo, aunque trasladado de su lugar de
entonces. Tiene una ermita, dedicada a Santa Ana, que los
comerciantes abren cada día. Esta dualidad de comercio y
religiosidad le da una atmósfera atemporal al espacio, como ocurría
en los mercados de las ciudades milenarias griegas y romanas.
Aunque la parte comercial no va bien del todo. En la parte norte de
la plaza nos encontramos muchos locales con letreros que dicen que se
alquilan. No es una realidad única de Barbastro, sino el síntoma de
un cambio de modelo de negocio a nivel global.
Puesto en la plaza del mercado |
Hace años que las ciudades inglesas han ido perdiendo los locales
comerciales a favor de los centros comerciales. Y ahora, en Estados
Unidos ya comienzan a vaciarse estos grandes centros. Es una realidad
global.
En la plaza del mercado vemos que se han desplegado los cables de la
fibra óptica, como en toda la población. Una verdadera hiedra que
está parasitando las transacciones económicas hacia Internet.
Una hiedra que se ha extendido de forma rápida y burda en todas las
ciudades, sin respetar la estética. La normativa del año 1995 era
muy estricta en este aspecto. Por aquel tiempo trabajaba en el
desarrollo del modelo de negocio del despliegue de un operador y nos
encontrábamos un gran problema de costes debido a la necesidad de
esconder el cableado.
La normativa del año 2014 deja más holgura al operador. Pero sobre
todo, la ciudadanía quiere la fibra óptica y no hace tanto caso a
estos aspectos estéticos que he comentado bloquearon el despliegue
hace 20 años.
Éste es un claro ejemplo de cómo los mercados, las legislaciones,
las regulaciones posteriores y las necesidades y preferencias de los
consumidores van cambiando inexorablemente.
Los ciudadanos y los políticos piensan que la fibra óptica es una
ventaja competitiva para las empresas ya existentes y la creación de
nuevas. Por eso se han puesto tantos medios en su despliegue.
Pero
la realidad es que los grandes beneficiarios son las grandes empresas
comerciales que cada vez están premiando más el canal de Internet,
no sólo facilitando su acceso, sino no disponiendo de todas las
referencias en las tiendas físicas. Realmente, están haciendo una
tarea de divulgación y formación.
Las
tiendas que se llaman la atención de los clientes son las llamadas
“insignia” en la que no es tan importante el producto como la
estética del local y la forma de atención. Son creadoras de marca.
Éstas sí que tienen presente.
En
la plaza del mercado de Barbastro hay una tienda insignia de una
cadena de zapaterías, Lázaro. Llama la atención por su situación,
por su iluminación y por su estética. Ojalá hubiera más.
Barbastro
sigue teniendo esa impronta comercial que ya pedía al rey hace 918
años. Una atmósfera que es envidiada por muchas ciudades de la
provincia, que deberíamos seguir mejorando.
No
hay “fórmulas magistrales” fáciles para hacer posible que se
ocupen los locales vacíos, pero sí hay muchas intervenciones que se
han hecho con éxito en algunas ciudades con la misma problemática.
Ahora
ya no existe un “Pedro I” al que solicitarle una ventaja
competitiva para posibilitar la repoblación. El rey nos hizo libres
y, por tanto, responsables.
Daniel
VALLÉS TURMO
Artículo publicado en el Diario de Altoaragón el 14 de noviembre de 2018
Artículo publicado en el Diario de Altoaragón el 14 de noviembre de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario