jueves, 16 de mayo de 2019

Los héroes


Ahora que se habla tanto de la España vacía, también sería necesario hablar de “los héroes” de los pueblos de nuestra provincia que mantuvieron el pueblo cuando todo el mundo se iba en los años 50 y 60 a las grandes ciudades.
De otra forma, actualmente, nos encontraríamos una provincia todavía más vacía en la parte norte. Fueron “los guardianes” hasta que los que se fueron, volvieron para restaurar las casas para venir los fines de semana y las vacaciones.
Hasta nuestro querido Labordeta lo cuenta en una de sus canciones, “los hijos de la María”, con ese tono socarrón y realista a la vez, con el que nuestro cantautor supo retratar ese momento que vivió nuestro territorio.
Me di cuenta de ello cuando el día del libro una persona me pidió en la dedicación de un libro que pusiera “al último vecino de Otín”. Y tome consciencia el otro día en Olsón visitando varias casas que aguantaron el tirón del abandono.
El próximo 25 de mayo vamos con la sección de senderismo infantil de Montañeros de Aragón de Barbastro a que los niños conozcan esos “héroes” y escuchen de su voz ya anciana su experiencia.
La pista de acceso al pueblo desde la carretera de Ainsa la hicieron “a vecinal” cada pueblo en los años 50 y la electricidad no llegó hasta Olsón hasta el año 1957, como se indica en el transformador.
Por cierto, Sarsa de Surta, el pueblo de mi padre, ha logrado renacer del abandono porque un vecino no dejó de pagar la factura de la electricidad, aunque no habitara. Si no, hubiera sido muy difícil volver a disponer del suministro.
También hay otros “héroes” hoy, todo el pequeño comercio que se mantiene en pie con el viento en contra de la venta por Internet y los proveedores que han transformado su distribución dejándolos al margen.
A ellos desearles ánimos y que confíen que el futuro no es lineal. Es una de las cosas que aprendí en ESADE ya hace muchos años, pero que sigue siendo cierto. Las curvas de aprendizaje y las de desarrollo son en forma de “S” y no lineales.
Quiere decir que al principio tienen una progresión lenta, luego muy grande y finalmente una ralentización; para luego volver otra “S” y así de forma cíclica una vez tras otra.
Sin embargo, a nuestra mente le gusta más las tendencias lineales de una progresión constante. Debe ser algo programado en nuestro cerebro. Otro “pensamiento mágico”.
Esto lo saben muy bien los de marketing y lo utilizan en todas sus campañas de comunicación, sólo verás en su publicidad líneas que ascienden progresivamente con un ángulo de 45 grados.
Tanto las empresas y organizaciones que venden productos, como las que venden servicios lo utilizan. Ellos saben que no es así realmente, pero es la forma más eficaz para comunicar el mensaje de sus beneficios.
Una curva en “S” crearía dudas y no sería tan eficaz para lograr la venta, porque nuestro cerebro (en parte) todavía está aprendiendo para adaptarse a la realidad compleja que nos toca vivir.
Además, es necesario decir que la prospectiva casi siempre se ha equivocado, porque han aparecido otros factores sociales y tecnológicos que no tenían en consideración.
Por eso, todavía nos quedan “grados de libertad” para poder adaptar nuestro proyectos sin caer en el negativismo de los “cantos de sirena”·que no dejan de escucharse.
En la excursión del día 25 de mayo a Olsón también visitaremos dos molinos harineros en el río Susía, a los que no llegó la electricidad hasta el año 1959. El último en cerrar fue el de Villacampa.
Fue el que supo adaptarse mejor a la realidad. Llegó a tener un molino con gasolina en Arcusa para piensos. Antonio Villacampa pasaba dos días a la semana en el molino del río Susía y otro dos en el de Arcusa.
Hoy Arcusa y su entorno viven sobre todo de la agricultura, pero es esperanzador que haya emprendedores, como los que ha creado el Hotel Boutique Tierra Buxo, que posibiliten que el sector turístico vaya cogiendo pujanza.
Pero, es de desear que se mejoren las carreteras. Ya se está arreglando la que viene del Mesón de Ligüerre a Arcusa, de momento hasta Javierre de Olsón; pero queda por arreglar la que va a Ainsa.

Daniel VALLÉS TURMO

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