jueves, 16 de mayo de 2019

La Resistencia


Ahora que está de moda hablar de la “España vacía”, es necesario ejemplificar en casos particulares para no caer en un concepto que no le damos un significado real, sino teórico.
El pasado 30 de marzo estuve haciendo de logística en una excursión de senderismo infantil en Fonz. Me acerqué antes con el coche y tomé un café con leche en el bar de la plaza.
No paraban de llegar coches para tomar algo antes de comenzar las tareas del día. Allí coincidí con el farmacéutico, que luego fui a visitar a la farmacia que regenta a apenas unos metros.
Me encantó ver una foto de los niños del colegio que una vez al año visitan la farmacia y los pesa y mide. Me dice que les gusta mucho a la gente mayor mirar esa foto.
Vienen los senderistas y los acompaño con el coche a la Ermita de San José donde se han señalizado las trincheras y una posición de cañones que se prepararon en la Guerra Civil, pero que nunca se llegaron a utilizar.
Es el último elemento turístico que ha realizado el ayuntamiento para hacer más apetecible su visita. La verdad que el casco histórico es suficiente con sus palacios renacentistas para merecer una visita. Además de su expléndida iglesia con el retablo del maestro Pedro de Benabarre.
Vuelvo a la villa para esperar que vengan. Veo como abre la persiana una tienda de alimentación junto la famosa fuente. Una vecina, que antes he visto en el bar, me dice que no hay nadie hoy por la calle.
Me comenta que ella tuvo un negocio y lo tuvo que cerrar. Me dice que el cartero no hace más que repartir paquetes de China por “Amazón”. También me dice que ha cerrado el hotel con encanto que había.
Se va la mujer y vienen unos turistas. Les comento que luego vamos a hacer una visita con el grupo, por si se quieren apuntar. Preguntan por el hotel-restaurante, pero les digo que está cerrado.
Sorprende que una población con tantos aspectos para visitar no logre mantener abierto un restaurante de calidad. Posiblemente la lejanía (16 kilómetros) desde Barbastro influya en la viabilidad.
Desde la crisis, las personas se piensan coger el coche, tanto por el coste de la gasolina como por el coste del mantenimiento que supone. Realmente, los impuestos de la gasolina son letales para la llamada “España vacía”. Es como si el billete de tranvía de Zaragoza, que vale 1,35 euros costase 5 euros. Sería una verdadera barrera para su uso. No se puede equiparar todo.
En este caso, siempre he estado a favor de la política norteamericana de no penalizar el transporte en tu vehículo no poniendo impuestos a la gasolina. Es algo que tendríamos que pensar.
Nos vamos encantados de Fonz tras la visita que nos ha preparado la guía para volver al día a día en nuestras ciudades de origen, sobre todo Barbastro. Los más felices, los niños.
Otro día voy a visitar a un amigo que vive cerca de Jaca. Vamos a comer a un bar de carretera a los pies de Embun. Luego subimos a visitarlo. Junto al aparcamiento está el colegio. Nos preguntamos si estará abierto.
Recorremos la hermosa calle principal y antes de visitar la iglesia nos encontramos una joven con un niño. Le pregunto por la escuela. Nos dice que ella es una de las maestras.
Hay 23 niños y la comida la hacen en un bar de la localidad. Así que es comida casera. Hacen jornada continua y por la tarde actividades organizadas por la APA. Acaba diciendo que “nos animemos a venir a vivir aquí”.
Me gusta este elemento comercial de “vender lo nuestro”. Es algo que deberíamos practicar más todos, para que las decisiones no se basen únicamente en aspectos económicos de gastar lo menos posible.
Hace unas semanas quería ver las reliquias de una iglesia en el Somontano y ninguno de los regentes de los negocios abiertos me supo decir el horario de la misa. Cuando fui a visitarla, escuché a unos de ellos, decir que no había gente.
“Vender lo nuestro” es también vender lo de los demás, porque lo que le queda al turista es la experiencia que ha tenido de la visita realizada, no solo en nuestro negocio sino en todos. De esta valoración, dependerá que nos recomiende.

Daniel VALLÉS TURMO

No hay comentarios:

Publicar un comentario