Para Santa Quiteria, el 22 de Mayo, se decía que ya se podían pasar
los puertos del Pirineo porque la nieve ya había desaparecido a la
altura de los 2.400 a 2.500 metros a los que se encuentran.
Así, las comunicaciones entre ambas partes quedaban paralizadas
desde finales de Octubre a finales de Mayo hasta que se hicieron los
túneles para que pasaran los coches y los camiones.
Todavía se celebra esta fiesta en el Hospital de Vielha donde se
reúnen vecinos del Valle de Aran y de la Ribagorza. Este año tiene
lugar el domingo 19 de mayo con misa, comida y baile.
No nos queda vitalmente tan lejana aquella época en que los jóvenes
de nuestros altos valles pasaban el invierno en Francia trabajando y
volvían para el tiempo de las cosechas en España.
Hoy que se habla de que tantos jóvenes están trabajando en el
extranjero, para nuestra provincia era algo normal durante siglos. Y
no se desplazaban en aviones de bajo coste, sino andando atravesando
los puertos.
Así, me lo contaba mi abuelo materno y lo he oído hablar de otras
muchas personas mayores. Hoy queda constancia de aquel paso andando
por los puertos, los relojes franceses que todavía podemos ver
funcionando en muchas casas de la montaña.
Era un tiempo donde la vida la marcaba el tiempo y el santoral, que
ahora nos parece algo muy lejano cuando la globalización y la
“pantallización” (el estar pegados a una pantalla de teléfono,
ordenador o televisión) marcan el ritmo.
El 13 de mayo cruce el puerto para ver como se encontraba de nieve
para poner fecha a la próxima etapa en el 2020 del camino de San
Ramón que hacemos cada año los montañeros de Barbastro y Graus
hasta llegar a San Beltrán de Cominges.
Me sorprendió la suavidad de la subida desde la Ribagorza (lo que
indica que es un camino muy antiguo y transitado) y la larga bajada
(más de 1.500 metros de desnivel acumulado) hasta llegar a Vielha.
Por eso es de entender que cuando visitó el rey Alfonso XIII el año
1924 el valle de Aran le pidieran un túnel. Y así sucedió, pero la
guerra civil paralizó el proyecto inaugurándose en el año 1948. En
el 2007 se acabó un nuevo túnel paralelo.
El valle de Aran está abierto a Francia por el río Garona. Por eso
recibe muchos visitantes tanto españoles como franceses. La estación
de autobuses está frente al Mercadona que se abrió, casualmente, a
finales de mayo de 2013.
Mientra espero el autobús para que me lleve a la boca sur del túnel
donde he dejado el coche, me comentan que ahora los franceses ya no
compran tanto en los grandes supermercados que hay en la entrada del
valle, sino que muchos vienen al Mercadona.
Dentro del autobús pienso el motor de atracción que ha supuesto el
supermercado para Vielha. La iluminación “espacial” del nuevo
túnel me hace volver a la modernidad repentinamente.
Ya en el coche no paro de contar los numerosos camiones que lo
atraviesan debido a la baja altitud (1.400 metros en la parte norte y
1.605 en la sur) comparado con otros cercanos, y la suavidad tanto
del ascenso como del descenso.
Lamentablemente este alto tráfico de camiones y turismos ha hecho
que la nacional 230 sea una de las carreteras con más accidentes
mortales. Así, ese mismo día ocurrió uno en Benabarre.
Está en proyecto una autovía, pero parece que se retrasa su
ejecución, como ocurrió con las obras de Alfonso XIII. También, se
habla de un ramal que una Benabarre con Barbastro, lo que daría un
alto valor añadido a nuestra provincia.
En el desarrollo económico y empresarial es necesario tener las dos
habilidades que tenía el malogrado Alfredo Pérez Rubalcaba, llevar
las luces largas y mirar, a la vez, los retrovisores.
Tuve la suerte de poder escucharlo en Barbastro en los cursos de
verano de la UNED el año pasado y poder contrastar la inteligencia
estratégica de la que todo el mundo ha hablado que tenía.
En la estrategia (yo me especialicé en ESADE en Política
Estratégica Empresarial) es necesario tener un conocimiento profundo
de ambos vectores, el pasado y el futuro.
De esta manera podemos tener más posibilidades de prever el vector
resultante de ambas corrientes, pasado y futuro, en el presente.
Daniel
VALLÉS TURMO
No hay comentarios:
Publicar un comentario