sábado, 5 de octubre de 2019

La tenacidad de emprender

En 1991 se organizó en Barcelona el Campeonato del Mundo de Atletismo en lo que iba a ser un año después el Estadio Olímpico. Fue un verdadero desastre. Llovió mucho y se inundó todo. Además, había muchas pancartas independentistas.
A la vez se estaban construyendo las rondas de Barcelona y la Ciudad Olímpica, que parecían no iban a llegar a tiempo. Pero, finalmente, todo estuvo en funcionamiento para las Olimpiadas de 1992.
Yo tuve la suerte de trabajar en una empresa sponsor norteamericana. Recuerdo que vinieron a Barcelona como si se tratara de una ciudad africana. Con grandes grupos electrógenos y con unos vehículos más propios del París Dakar.
En aquel momento, la embajada norteamericana anunciaba a España como un país peligroso para el turismo por el terrorismo, por lo que no aconsejaba ir. Estos eran los prejuicios de nuestro país.
España supo dar una imagen de un país de primer nivel tanto en la infraestructuras como en la organización gracias a la tenacidad organizativa y ejecutiva de muchas personas.
En aquella época se decía que a los emprendedores les faltaba capacidad organizativa, por aquello que eramos latinos y tendíamos a improvisar. Hoy, ya no se puede decir lo mismo.
Ya sea por la tecnología de los teléfonos móviles o por la cultura de la digitalización, el emprendedor actual es más planificador. Sin embargo, a mi modo de ver, debería reforzar la tenacidad.
Los proyectos no salen a la primera. Esto lo saben muy bien los científicos, que tienen que probar centenares de posibilidades antes de encontrar la solución más óptima. Y, sólo alguna vez, suena la flauta por casualidad; pero como decía Einstein, es porque te coge trabajando.
Detrás de la falta de tenacidad está una emoción cada vez más floreciente, la frustración, el decaernos cuando no sucede lo que esperábamos. Y es que la realidad es muy tozuda y no cambia porque nosotros simplemente lo queramos. Como decía Echacuría, hay que manejar la realidad.
Las últimas semanas me ha tocado “manejar esta realidad”. Desde el año 2011 había añadido o ampliado en Wikipedia la biografía de personas oscences que merecían estar.
En mayo de este año cambió la ley de protección de datos e influyó en las imágenes que había en Wikipedia. Así, de repente, desaparecieron varias imágenes del perfil de las personas.
Como ejemplo, el de Andrés Martínez Vargas y el de Luis García Sainz. El primero, barbastrense, murió en 1948. Necesitaba una foto con los derechos del autor o que hubiera muerto hace 70 años.
Primeramente pensé en un cuadro que está en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Barbastro, pero resulta que no valió porque no habían pasado 70 años desde la muerte del pintor.
Pensé en su principal libro de 1915 “Tratado de Pediatría” por si salía alguna foto suya. Encontré el libro en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza y había una foto dando clases sin que estuviera identificado el autor. Así, que era válida.
En el caso de Luis García Sainz, geógrafo zaragozano que murió en 1965 pasó algo parecido. Hubo que buscar una foto anónima de un acto que hubiera sucedido hace 70 años. Ese era el caso de la inauguración del año académico de la Universidad de Valencia en 1947.
Lo mismo sucedió con otras personas, pero no voy a poner más ejemplos para no cansar. Lo importante es mostrar una actitud tenaz. Ésto no quiere decir que sea rápida o eficaz.
En muchas ocasiones, se tarda un tiempo en encontrar la solución por distintas casuísticas; y en otras tantas, la solución no es eficaz y es necesario volver a buscar otra distinta.
Si queremos ver tenacidad de verdad no tenemos que irnos muy lejos. En Rodellar entrenan algunos de los escaladores mejores del mundo. Verlos en acción para incrementar su capacidad técnica es todo un espectáculo. Repetición y monitorización reiteradas hasta lograrlo.

Daniel VALLÉS TURMO
Publicado en Diario del Altoaragon el 6 de octubre de 2019

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