sábado, 11 de enero de 2020

Barbastro, où vous allez

Estos días nos ha dejado Enrique Masgrau Loscertales, hijo del empresario que creó Aceites Masgrau que estaba situado en Corona de Aragón. Un ejemplo de la decena de empresarios catalanes que a finales del siglo XIX y principios del XX vinieron a Barbastro a desarrollar sus industrias.
Este sábado, víspera de Reyes, yendo a Serraduy he visto ya marcado el camino transfronterizo que une San Bertrán de Comminges con Barbastro por el Valle de Arán.
Ya desde la prehistoria ha habido una relación fluida con Francia a través de la cabañera de la Sierra de Sevil. En los mapas de los año 80 todavía se marcaba la construcción de una carretera transfronteriza por Bujaruelo. Por el lado francés, ya llegaba la carretera hasta el puerto.
Durante la época visigoda y árabe, vinieron muchos eremitas franceses a poblar nuestro territorio, que más tarde crearon los vínculos para que los monasterios franceses fueran quienes pagaran la reconquista en el siglo XI. En el caso de Barbastro, el Monasterio de Conques, principalmente.
El siglo XVI fue prospero por el poderío de la Corona de Aragón y los infanzones que residían en nuestra ciudad que se beneficiaron de dicha circunstancia y se reactivó la actividad económica. Ejemplo de esta situación, es que la propia ciudad es la que construye la catedral para recuperar el obispado.
Pero, es en el siglo XIX cuando Barbastro incrementa su actividad industrial debido al poblamiento del Pirineo y la venida de empresarios catalanes que desarrollan industrias, como ya se ha comentado.
Tras la guerra civil es en los años 60-70 donde se juntan las influencias en Madrid de dos ilustre barbastrenses para que se desarrolle el Plan de Riegos y el Polígono Industrial de Barbastro, declarado de preferente industrialización y con una financiación muy interesante.
Los años 90 supone el auge de las bodegas unido, en gran parte, a los excedentes monetarios de otros sectores y la crisis industrial, con el cierre en nuestra ciudad de la Moulinex.
En el siglo XXI, la capital de nuestra provincia y otras ciudades cercanas construyen polígonos industriales de capital público, siendo escasa la repercusión en Barbastro de estas inversiones.
En la segunda década del siglo XXI, por la polémica situación de Cataluña vienen empresas a las ciudades cercanas de la provincia de Huesca que cuentan con polígonos industriales con espacio.
Este hecho, esta haciendo que, igualmente, surjan nuevos proyectos agroalimentarios de capital internacional en dichas ciudades y la consolidación del “Puerto Seco” ferroviario de Monzón. Sin duda, motores para posibles inversiones futuras. En parte, muy unido a la mano de obra que puede venir de Lleida rápidamente por la autovía.
La repercusión de esta dinámica es escasa en Barbastro de momento. Sin embargo,  hemos visto como el turismo gastronómico y el de naturaleza se ha ido incrementado en la comarca.
Al igual que su papel comercial para los valles de Sobrarbe y Ribagorza (vecinos y turistas) y para los visitantes de las comarcas del este de la provincia que vienen al hospital que aprovechan para comprar.
Creo que en los próximos años se van a desarrollar más proyectos en el área oriental de la provincia de Huesca debido a las sinergias que se crearán entre las empresas que ya se han instalado.
La mayor parte, las agroalimentarias (como ya se ha visto en el sector vitinícola y cárnico) no necesitan de polígonos industriales. Por lo que no es necesario crear infraestructuras a priori.
El otro tipo de industrias, actualmente vienen atraídas por el talento y mano de obra disponible, pero sí es necesario disponer de terreno industrial disponible para posibles oportunidades exógenas o endógenas.
Creo que es necesaria una apuesta seria por “sacar lo mejor” del tejido empresarial que ya disponemos y buscar oportunidades de nuestra buena relación con Francia a través de Bielsa y el Valle de Arán.
Es un anécdota, pero interesante. Montañeros de Aragón de Barbastro es el único club español que tiene relaciones cercanas y asiduas con un club alpino francés.

Daniel VALLÉS TURMO
Publicado en Altoaragon el 12 de enero de 2020

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