domingo, 19 de enero de 2020

La Huesca poco poblada


Un amigo que venía a pasar unos días a una casa de turismo rural en Colungo me dijo si podía enseñarle alguna “ruta chula” de esa zona de Guara. Siendo invierno y con la niebla cubriendo Alquezar, había que ir hacia la parte norte.
Quedamos en un bar de la población a las 9:30, pero no habría hasta las 10. Así que los “urbanitas” nos quedamos sin el café al que estamos acostumbrados a tomar a esa hora prudente en una ciudad.
Subimos por la carretera estrecha y llena de curvas del puerto de San Caprasio en dirección a la ermita de San Isidro de Paúles de Sarsa. No nos encontramos ningún coche en todo el recorrido.
Aparcamos junto a la ermita y comenzamos a recorrer una ruta sencilla, pero que no está completamente señalizada, que une tres dolmenes de “Tierra Buxo” (Tierra del boj): Capilleta, Balanzas y Pueyoril.
Nos hizo buen tiempo y le gustó el paisaje, con un Pirineo nevado como telón de fondo en el norte y el Tozal de Asba en el sur. Tampoco vimos a ninguna persona en el recorrido.
Ya volviendo al coche por una tramo de carretera, un coche para. Sale una persona y me pregunta si soy el de “Caminos de Barbastro”. Me agradece por la guía de Guara de esta zona. Me dice que mañana hará una excursión por unos pueblos en torno al río Balced. Le comento a mi amigo que no estaba preparado.
Le pregunté si quería ver una granja de corderos. Llamé a un conocido y fuimos. Mientras el encargado hablaba con mi amigo, yo me puse a jugar con los perros deseosos de caricias.
Las ovejas estaban en un momento de parir los corderos. Es realmente bonito ver como nace un corderito, se va levantando para llegar a las brevas y tetar la leche de su madre en tan solo unos minutos. El instinto de la naturaleza.
Pero mi amigo vio también el lado, no tan bonito, del cuidado necesario que había que tener y la disposición día y noche para atender los partos y seguir los procedimientos adecuados para garantizar que salieran bien.
Teníamos sed y nos acercamos a Arcusa. Primero visitamos el Hotel Tierra Buxo que va a cumplir 2 años y ya tiene una puntuación en Booking de 9,9 sobre un máximo de 10.
Dos emprendedores con raíces en la población que se han formado en hostelería en otro país y han querido desarrollar su propio proyecto con un pequeño hotel muy cuidado de 5 habitaciones, un hermoso jardín y un paisaje inmejorable.
Vamos a ver si está abierto el local social. Tomamos unas cervezas y unas aceitunas. Cuando llegamos, vemos a la persona encargada jugando al parchís con otro vecino. No hay nadie más.
Cuando salimos vemos que otro vecino está cargando un jabalí, ya limpio, en un coche para llevarlo a analizar al veterinario. Habíamos oído disparos durante la excursión, pero muy lejanos.
Pensamos que con esos 15 kilos de carne ya tenía para comer bastante tiempo si lo congelaba. Se le veía contento. La posibilidad de la autosuficiencia alimenticia es una de las características de la Huesca poco poblada, como ha ocurrido tradicionalmente.
Descendemos de nuevo a Colungo, que todavía se encuentra bajo la niebla. El bar ya ha abierto y hay muchos coches que han parado para comer, aunque sea un poco tarde. Pero, no hemos encontrado ningún coche durante el recorrido.
Llego a Barbastro con la niebla todavía más prieta y lo primero que hago es entrar en una cafetería, pedir un café y leer la prensa del día. Un agradecido momento, que está mañana no ha sido posible hacer.
Si hiciéramos este recorrido en verano nos encontraríamos muchas más personas y coches. Realmente es una zona que está cogiendo cada vez más auge y se va repoblando poco a poco.
Hay un problema grande que es la vivienda para los trabajadores que vienen de fuera por el incremento de los precios por el turismo. Esto hace que tengan que desplazarse.
Me pregunto qué pensaría mi amigo después de la experiencia. Durante la ruta, decíamos en broma que parecía un reportaje de “Salvados” sobre la Huesca poco poblada. Pero, no estaba nada preparado. Por cierto, no digo despoblada, sino poco poblada.

Daniel VALLÉS TURMO
Publicado en Diario del Altoaragón el 19 de enero de 2020

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