La vuelta de las vacaciones y el comienzo del mes de setiembre producen una verdadera “gota fría” en nuestro cerebro debido al cambio de estilos de vida de la época veraniega y el comienzo de un nuevo trimestre.
Ante esta misma realidad, algunas personas pasan unas semanas de malestar sufriendo la llamada “depresión postvacacional”, mientras que otras deciden tomar esta nueva etapa del año con nuevas energías.
Entre estas últimas personas, las que deciden afrontar el nuevo periodo de una forma proactiva, las hay que únicamente piensan en nuevos propósitos y las hay que toman más seriamente esta activación para realizar cambios.
A la actitud de los primeros, el psicólogo Maslow dice que han realizado un acto de creatividad primaria (querer hacer algo nuevo), mientras que los segundos, establecen un acto de creatividad secundaria (poner los medios para hacer algo nuevo).
Lo que es lo mismo, en palabras de lo que Covey llama “la ley de la cosecha”, los segundos están sembrando y cuidando su ideas para que éstas se vayan desarrollando paulatinamente en su ciclo natural y no de una forma mágica, como quisieran los primeros.
Una forma sencilla pero eficaz de utilizar de forma constructiva estas sensaciones que nos acarrean la vuelta del mes de setiembre, es coger una libreta y empezar a positivizar estas ocurrencias e ideas que van surgiendo.
Esta metodología igual puede servir para los que ya están desarrollando un proyecto empresarial, pero ven que pueden hacer innovaciones, como para aquellos que están ideando la posibilidad de acometer un proyecto emprendedor.
Vamos a describir cuatro etapas distintas que podemos aplicar en este proceso de buscar y desarrollar nuevas ideas para que pasemos de una creatividad primaria a una secundaria. Estas cuatro etapas son: explorar, apuntar, enriquecer y analizar.
La primera etapa es la de explorar. Se trata de dejar que la imaginación y la realidad se vayan interconectando buscando en nuestro entorno y otros más lejanos inspiración y ejemplos de esas ocurrencias e ideas.
Esta etapa es muy importante porque permite abrirnos a nuevas ideas y es muy gratificante para nuestra mente porque nos hace olvidarnos de los aspectos negativos de la vuelta a la normalidad, a la vez que enfocarnos en un proyecto positivo.
Es un proceso interactivo entre las ideas que tenemos y la realidad que vemos, que hace que vayamos profundizando y contemplando nuevos aspectos que en un principio no habíamos tenido en consideración.
La segunda etapa es la de apuntar todo este proceso de ocurrencias y exploración de la realidad. Es un proceso expansivo y no crítico. No se trata de tener que elegir y encontrar cuanto antes esa idea que nos guste, sino de dejarnos llevar por la creatividad, pero documentándolo.
Es como un libro de viaje. Aquí, no hay una forma mejor o peor de hacerlo, sino la que nos sea más propicia con nuestra forma de pensar. Suele ser muy útil el hacer diagramas, dibujos y fotos porque facilitan el proceso creativo.
Tampoco, hay que romper las hojas de aquellas ideas que ya vemos que no pueden ser realizables. Primero, porque nos hace que entremos en una etapa de análisis anticipadamente y, segundo, porque esa información puede sernos de utilidad en un momento posterior.
La tercera etapa es la de enriquecer las ideas y las ocurrencias añadiendo muchos detalles. Similar a esos libros de viajes en los que vemos dibujados detalles de monumentos, animales y plantas. Vamos entrando en una etapa analítica pero constructiva.
Es un proceso de construir, relacionar y ver distintas perspectivas. Estamos desarrollando los conceptos haciendo un mapa ampliado de su ecosistema. Igualmente, vamos intercalando la ideación con la ejemplificación de la realidad.
El objetivo de esta etapa de enriquecimiento es el disponer de un conjunto de posibilidades de innovaciones en nuestro negocio o de desarrollo de uno nuevo con el que podamos pasar a un etapa más analítica, siguiendo la metodología del desarrollo de un plan de negocio.
Esta etapa de análisis y posterior desarrollo del plan de negocio supone el final de este proceso. Al llegar a este momento ya habrá pasado “la gota fría” de la vuelta a la actividad y habremos conseguido sacarle un rendimiento positivo.
Dispondremos de un amplio material para comenzar este proceso de elección de las ideas que queremos analizar. Es conveniente no centrarse únicamente en una. La elección de tres sería ideal para comenzar el proceso de análisis de viabilidad.
El análisis de viabilidad de estas tres ideas escogidas nos sirve para hacer una aproximación rápida a las posibilidades de ponerlas en práctica. Con una de ellas, pasaríamos a hacer el plan de negocio con la ayuda de personas externas que nos dieran una opinión más realista.
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