jueves, 24 de marzo de 2011

Ciudad 2.0.

Parece que la sostenibilidad es uno de los motores económicos de los próximos años. Sobre todo se habla de eficiencia energética en nuestras casas, en nuestras empresas y en la forma como nos transportamos.

En todos estos ámbitos citados ya existen alternativas tecnológicas que nos permiten incrementar la eficiencia sustancialmente pudiendo amortizar la inversión en unos pocos años debido al ahorro logrado por la mayor produtividad.

Si bien la ingeniería puede ayudar mucho en esta misión, también es necesaria la colaboración de las personas concienciándose de la necesidad de la sostenibilidad y del impacto de nuestras actividades cotidianas.

Concienciación de las personas que tiene sus mejores frutos en el ámbito comunitario próximo de la vecindad y la ciudad. Pequeñas acciones compartidas que van creando no sólo una ciudad más sostenible, sino una ciudad más dinámica con soluciones para su futuro.

De forma que la propia ciudad se va convirtiendo en una plataforma de desarrollo en la que todos sus habitantes interactuan mejorando el presente y diseñando el futuro. De la ciudad de los problemas a la ciudad de las soluciones.

En un momento de auge de las redes sociales en Internet, también son necesarias las redes sociales en nuestras ciudades que posibiliten la interacción entre las personas, el afecto con la comunidad y su compromiso.

Una de estas redes de éxito están siendo los sistemas de transporte público en bicicleta con gran éxito en Barcelona desde el año 2007 y, un año más tarde, en nuestra cercana Zaragoza con más de 1.000 bicicletas y 100 estaciones de aparcamiento disponibles.

Estos sistemas están posibilitando un verdadero cambio silencioso en las ciudades tanto como forma de evitar el uso de los coches como modo de involucrarse activamente en la mejora de la comunidad. Además, están creando nuevos puestos de trabajo.

Las ciudades también han querido crear espacios Wi-Fi de acceso a Internet para posiblitar el uso de las nuevas tecnologías. Sin embargo la vigente legislación española restringe mucho los espacios donde se puede ofrecer este servicio gratuito.

Sin embargo, con el auge de los teléfonos móviles con acceso a Internet y el cuello de botella del ancho de banda móvil, las operadoras tienen que apostar por el desarrollo de zonas Wi-Fi donde sus usuarios puedan hacer sus descargas de Internet a través del ancho de banda fijo.

Así, las ciudades dispondrán en pocos años de amplias coberturas Wi-Fi en la que sus ciudadanos estarán permanente conectados. Igualmente, en este nuevo marco de desarrollo se crearán puestos de trabajo.

Paris, la ciudad que en el año 2007 fue la pionera en la inclusión de la bicicleta en su sistema de transporte público, vuelve a ser innovadora con la inclusión del coche eléctrico en este mismo sistema de mobilidad urbana.

Autolib es el nombre de este servicio y su funcionamiento es similar al de las bicicletas. Por el tipo de producto, supone un verdadero nuevo sector económico que contará desde un principio con 800 personas empleadas.

En los próximos años se piensan poner en circulación 3.000 coches, 1.000 estaciones de alquiler y 7.500 puntos de recarga. Los vehículos utilizados tienen una capacidad de cuatro plazas y una autonomía de 250 kilómetros.

Esta apuesta por este servicio en Francia va unida a la estrategia industrial de este país de apostar por el coche elećtrico como motor de un nuevo modelo económico en el que empresas como Renault están realizando una gran inversión.

Seguramente, en la implantación de Autolib habrá muchos problemas, como sucedió con Velib con las bicicletas. Muchas ciudades aprenderán de esta experiencia y la asimiliarán como está ocurriendo con las bicicletas.

Sin embargo, para Paris y otras ciudades francesas que sean pioneras en esta experiencia, supondrá un revulsivo no tan sólo para sus ciudadanos, sino para todo el tejido empresarial que se abrirá a las posibilidad de nuevos modelos económicos.

Es la creación de las ciudades 2.0. donde la interacción y compromiso de sus ciudadanos posibilita el resurgimiento continuo. Es el hacer posible nuevas realidades en favor de la comunidad conjugando el mundo virtual y el real.

Crear redes físicas que posibiliten el compartir recursos, y crear redes virtuales que mantengan la relación. Espacios donde se posibilitan la innovación y la solidaridad, ambos ingredientes necesarios para la construcción del futuro.

Al igual que son necesarias las autovías para comunicarnos rápida y cómodamente entre ciudades, estas nuevas infraestructuras que permiten el compartir recursos son imprescindibles para el desarrolllo de las propias ciudades.

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