La provincia de Huesca cuenta con una población a finales del 2010
de 228.177 con una economía basada fundamentalmente en el sector
servicios, con casí el 60%, generando un Valor Agregado Bruto en el
año 2008 de más de 5 mil millones de euros, perdiendo peso la
agricultura y la industria.
En el año 1887 la población de nuestra provincia era mayor que la
actual, con 255.177 habitantes, disminuyendo la población durante
todo el siglo XX, hasta comenzar a repuntar a finales del mismo con
el incremento demográfico debido a la natalidad de la población
emigrante.
En este artículo vamos a reflexionar sobre las infraestructuras
planteadas en el siglo XX que han configurado nuestra economía
actual y las palancas de innovación sobre las que se están
sustentando la economía del futuro.
Los canales del riego han sido una de las infraestructura claves en
nuestra provincia para configurar su desarrollo económico. El Canal
de Aragón y Cataluña ya cuenta con más de 100 años y es el
responsable de la pujanza de las comarcas orientales de La Litera y
Bajo Cinca.
Los Canales del Cinca y el Sistema de Monegros comenzaron a
consolidarse hace 40 años y han sido claves para para el desarrollo
paulatino de las comarcas del Somontano de Barbastro, Cinca Medio y
Los Monegros.
El regadío ha posibilitado una integración de los sectores
primarios e industriales agroindustriales entorno a la ganadería y
los frutales, llegando incluso a implicar al sector servicios con el
Enoturismo en la Denominación de Origen del Somontano.
En el caso de Monzón, el Canal de Aragón y Cataluña ha
posibilitado su industrialización. Así, en el año 1925 se crea una
industria Azucarera y en el año 1946 comienza la actividad de Hidro
Nitro Española que será el comienzo de la llegada posterior de
empresas químicas.
El ferrocarril ha sido otra de las infraestructuras claves que han
posibilitado el desarrollo industrial durante el siglo XX en la
mayoría de las cabeceras comarcales, llegando a su mayor apogeo con
la inauguración en 1928 del túnel transfronterizo de Canfranc.
En el último cuarto del siglo XX las infraestructuras ferroviarías
van perdiendo competitividad respecto al transporte por carretera,
salvo la excepción de la construcción del tren de Alta Velocidad
que cruza toda la provincia pero únicamente para en Huesca y
Tardienta.
La construcción de las autovías A-23 y A-22, que cruzan la
provincia de norte a sur y de este a oeste, está posibilitando que
la mejora de las comunicaciones por carretera amortiguen el déficit
del mantenimiento de las infraestructuras ferroviarias.
Estas comunicaciones posibilitan el crecimiento del sector servicios,
sobre todo el del turismo que se dirige fundamentalmente hacia el
Pirineo desde las comunidades autónomas de Cataluña, País Vasco,
Valencia y Madrid. Igualmente se espera el desarrollo del sector
logístico.
El desarrollo de estas infraestructuras ha sido necesario para crear
nuestro actual tejido económico, pero son necesarias diferentes
palancas de innovación en cada sector para posibilitar la
consolidación y el crecimiento futuros.
El sector agrario y ganadero está inmerso en un continuo cambio
tecnológico, promovido desde distintas esferas de influencia, desde
la mejora de los sistemas de regadío hasta la aplicación de las
nuevas tecnologías.
En el sector de la energía se llevan más de 10 años de
implementación de las energías renovables. En Huesca se encuentra
la “Fundación para el Desarrollo de las Nuevas Tecnologías del
Hidrógeno en Aragón” dedicada a la investigación y despliegue de
las energías renovables.
En el sector industrial es la agroindustria la que conlleva una
constante inversión en la creación de un mayor valor añadido a
partir de la producción primaria. En este caso, la amenaza principal
no es tecnológica sino de acceso y consolidación en el mercado.
Dentro del sector industrial nos encontramos con actividades entorno
a la Tecnología Sanitaria y los Desarrollos Electrónicos donde
despuntan algunas empresas fundamentadas en la innovación que sirven
de referencia para la creación de otras nuevas actividades.
El sector de los servicios, como hemos comentado, es el más
importante de nuestra economía. En sus distintas actividades ha
habido acciones de iniciativa pública con el objetivo de potenciar
la innovación de las empresas.
Este es el caso del Parque Tecnológico Walqa, que comenzó
especializándose en las Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones, para paulatinamente posibilitar nuevas actividades de
servicios profesionales técnicos.
Otro ejemplo de acción han sido las Plataformas Logísticas de
Huesca y Fraga para dar cabida a la actividad promovida por la
construcción de las autovías. Asimismo, las infraestructuras
turísticas creadas para potenciar el turismo.
El objetivo de estas palancas de innovación es la mejora de la
competitividad, tanto en el mercado doméstico como en el
internacional, y la capacitación para el lanzamiento de nuevos
productos que permitan la adaptación al mercado.
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