Cuando estás en desempleo sientes
que te han sacado de tu zona de confort de repente. En esta situación no lo ves
como una oportunidad, pero “salirse de la zona de confort” es una de las
costumbres que deberíamos incorporar para generar nuevas oportunidades.
Solemos acostumbrarnos a ir a los
bares donde nos sentimos a gusto. A veces, es bueno cambiar para ver otras
realidades. Con un amigo vamos a tomar una cerveza a un bar de un barrio
castigado por el desempleo.
La cerveza mediana sigue estando
a un euro, ya no hay tapas en la barra y las máquinas tragaperras están
apagadas. Sólo hay hombres bebiendo cerveza. Nos encontramos a un amigo de la
infancia.
La última vez que le vimos iba en
bicicleta de montaña y decía que ya no iba a los bares. Era cuando comenzó el
paro. Han pasado dos años y esa tarde se tomará varias cervezas. En su rostro
ha perdido la ilusión.
Comentamos su trayectoria
profesional. Cercano ya a los 50, las posibilidades de contratación por cuenta
ajena van disminuyendo. Hay pocas oportunidades y mucha competencia de personas
más jóvenes.
La solución es el autoempleo,
pero no es fácil. Aguantas el paro hasta que se acaba el subsidio. Luego puedes
acogerte a los 400 euros o pensar en un proyecto personal. Comienzan las ideas.
En tu sector no ves posibilidades.
Tienes que salir de tu zona de
confort, irte a otros sectores. Aquí se plantean dos posibilidades. Una es
montar algo que piensas que puede salir. Un ejemplo es un establecimiento de
restauración.
El entorno familiar, si tiene
posibilidades, te va a ayudar en el proyecto. A veces, se produce el efecto
túnel de no ver las posibilidades reales del negocio porque prima más el deseo
de salir del desempleo.
Por eso es necesario acudir a
instituciones que nos puedan ayudar en esta evaluación. En CEEIARAGON organizamos talleres en grupo para generar y replantear
modelos de negocio donde los emprendedores tienen puntos de vista externos.
Como vemos, la mayor dificultad
para crear empleo es el encontrar un modelo de negocio que sea capaz de dar una
propuesta de valor que permita la rentabilidad económica y financiera del
proyecto.
Hay emprendedores sociales que
generan modelos de negocio cuyo objetivo es el crear empleo para personas
desocupadas. Su trayectoria profesional y capacitación técnica les permite ver
ese nicho de mercado.
En este caso les ayudamos a
clarificar los aspectos del modelo de negocio que no dominan y a desarrollar
juntos el Mínimo Producto Viable, para posteriormente facilitarle la expansión
empresarial con nuestras instalaciones y servicios.
Este tipo de emprendimiento
social se enmarca en la Economía Social, cuyo objetivo empresarial primero es
la creación de empleo. Es el valor añadido que se quiere propiciar.
Igualmente hay organizaciones
sociales que tienen capacidad para generar negocio y, a la vez, propiciar la
inserción social a través de las Empresas de Inserción. En este caso el
objetivo principal es la formación y la inserción en el mundo del trabajo.
En el momento actual de
enfriamiento del consumo, el problema que tienen estas empresas es que no hay
empresas donde insertar a los trabajadores que se van formando en la empresa.
Por ello se necesitan nuevos
modelos de negocio dirigido a mercados que puedan crecer y que permitan la
creación de nuevas empresas donde pueda crearse empleo. Es necesario realizar
una propuesta de valor adecuada a este mercado.
En este caso, se necesita
desarrollar y, luego escalar, una propuesta de valor innovadora hacia ese nicho
de mercado. Ayudamos en la utilización de la metodología de desarrollo de
clientes.
En los tres casos comentados, el
autoempleo, la economía del bien común y las empresas de inserción social,
vemos que la generación de ocupación requiere la generación de valor económico.
El primer paso es entender el modelo
de negocio donde nos movemos y luego buscar clientes a los que podamos
proporcionar valor. Finalmente valor la escalabilidad para que sea viable el
proyecto empresarial.
En la práctica, esta metodología
de creación de valor nos hace salir de nuestra “zona de confort”, pero es muy
potente para focalizarnos en el cliente. En el camino, suelen surgir otras
oportunidades que no se tenían en cuenta.
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