A principio de año se abrió la convocatoria
para el concurso Idea y publiqué un artículo comentando que presentarnos
nos puede servir para desarrollar nuestro proyecto empresarial.
Así, nos es útil como una acción
comercial, para mejorar el dossier del Plan de Negocio, disponer de un resumen
ejecutivo, preparar una presentación pública o disponer de un videoclip
multimedia, según sea la fase del concurso que alcancemos.
A finales de Junio se fallarán los premios. Con
muchos de los candidatos presentados se ha trabajado durante estos meses aspectos
estratégicos, tácticos y habilidades para mejorar tanto el contenido como la
presentación.
En este proceso de preparación de los
proyectos, se van creando expectativas, se va mejorando el concepto que se
tiene y, como consecuencia, la autoestima
se incrementa también.
He puesto como ejemplo un concurso, pero
podríamos poner otro ejemplo, como la presentación de un producto a un cliente
importante o la gestión de un proyecto estratégico dentro de la propia empresa.
Pero cuando se crea ilusión, se puede
retornar en desilusión cuando las expectativas no se cumplen. Es un proceso
psicológico que tenemos que aprender necesariamente a afrontar tanto en nuestra
vida personal como profesional.
Cavafis le llamó Itaca: “Ten siempre a Itaca
en tu mente. Llegar allí es tu destino. Mas no apresures nunca el viaje… Mejor
que dure muchos años y atracar, viejo ya, en la isla, enriquecido de cuanto
ganaste en el camino sin aguardar a que Itaca te enriquezca”.
“Itaca te brindó tan hermoso viaje. Sin ella no habrías emprendido el camino. Pero
no tiene ya nada que darte. Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado. Así,
sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, entenderás ya qué significan
las Itacas.”
Itaca puede ser la ideación y visualización
que hacemos de nuestros proyectos y que nos hace coger las maletas para
ponernos de viaje. Sin esa ideación creativa, no nos pondríamos en marcha ni
desarrollaríamos la energía inicial necesaria.
Así, generamos expectativas de lo que
queremos. Conforme las alcanzamos, vamos teniendo una autopercepción de la
acción realizada. Dependiendo del balance, nuestra autoestima sube o baja.
Si las expectativas están muy alejadas de
nuestras posibilidades este balance suele ser negativo. También, puede ser que
tengamos una autopercepción muy exigente, de manera que tendamos a realizar
este balance negativo.
De forma contraria, si las expectativas se
encuentran próximas a nuestras posibilidades y nuestra percepción es muy
tolerante, seguramente el balance de la autoestima será siempre positivo.
En términos emocionales, las personas del
primer ejemplo se encontrarán siempre infelices, mientras que las segundas se
sentirán continuamente felices, independientemente de sus metas alcanzadas.
Podemos trabajar sobre las expectativas,
aprendiendo a planificar con más objetividad las metas que queremos alcanzar.
Igualmente podemos explorar la forma como percibimos y valoramos nuestra
actuaciones.
Si elegimos una Itaca muy lejana, hemos de
pensar que el llegar a ella nos va a ser muy laborioso y no libre de
accidentes, así que tendremos que ser menos críticos con las problemáticas para
mantener nuestra autoestima positiva.
En el caso que nuestra Itaca esté muy
cercana, seguramente llegaremos a ella sin ningún problema. En este caso,
deberíamos aprender a valorar lo conseguido, aunque pueda parecer sencillo.
En términos emprendedores, esta Itaca más
lejana o cercana sería lo que se llama escalabilidad del proyecto, la capacidad
para poder crecer y así generar mayor rentabilidad.
La mayoría de los proyectos empresariales se
desarrollan de manera orgánica, creciendo naturalmente según las posibilidades
que se van presentando, sin haber una planificación previa.
En este crecimiento orgánico se va creciendo
paulatinamente conforme se va teniendo una percepción positiva para sentirse
capacitado para afrontar la nueva etapa que se comienza.
Pero, en determinados momentos es necesario
plantear una Itaca más allá de lo cotidiano, aunque sea poco probable llegar,
porque lo más importante es lo que vamos a aprender en el camino.
Viajar a Ítaca resulta la experiencia más emocionante jamás vivida. Yo soy una de las emprendedoras que se ha presentado a concursos y tal vez no ha ganado el premio ofrecido por las instituciones. Mas me he llevado el premio más valioso que nadie me pueda entregar: valorar de lo que soy capaz, descubrir hasta donde alcanza la suma de esfuerzo e ilusión y disfrutar de un camino sorteado de retos muy emocionantes. Gracias Daniel por tu generosidad, por todo el apoyo que nos has regalado a lo largo de estos meses y por invitarnos a superarnos cada día. ¡Un saludo!
ResponderEliminarBegoña Giménez
Equipo promotor de www.artmemori.com
Gracias Begoña. El recien fallecido José Luis Sampedro decía que tenemos el derecho a vivir, pero tambièn la obligación de vivir. Mucha suerte
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