martes, 22 de julio de 2014

Soluciones Intentadas

Cuenta Homero en la Odisea que Sísifo fue castigado empujando una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba hacia abajo.
Así, Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio, una y otra vez. Esta metáfora es utilizada para ejemplificar aquellas situaciones en las que no sabemos encontrar una solución adecuada reiteradamente.

Este paradigma lo podemos aplicar tanto en el ámbito personal como en el empresarial. En ambos ámbitos nos encontramos con soluciones intentadas que fracasan reiteradamente.
Actualmente  vemos cómo se cierran de forma constante pequeños negocios. Muchos locales quedan vacíos, pero los que se encuentran en las zonas más comerciales suelen volverse a abrir.

Este último mes, en mi paseo habitual después de cenar, he visto el cierre de tres locales: una pescadería, una tienda de ropa de niño y un bar. El local de la tienda de ropa ha vuelto a ser ocupado por otro negocio que se ha trasladado de otro sitio.
Los negocios de pescadería y bar se habían abierto en locales que se habían cerrado ya con anterioridad y habían estado algún tiempo cerrados. No conozco las razones, pero supongo que será por no lograr las ventas necesarias.

En un momento con dificultad para encontrar trabajo, el autoempleo es una solución recurrida. ¡Al menos, hay que intentarlo! Pero es aconsejable que una persona experta ajena al negocio nos dé una opinión objetiva.
Hablamos de un análisis utilizando herramientas conocidas como el Lienzo de Modelo de Negocio y la redacción de un Plan de Empresa. Este paso evita que se parta de un mal planteamiento estratégico inicial.

La confección de este análisis no es fácil en la actualidad, pero nos puede ayudar a visualizar los distintos escenarios que nos podemos encontrar y, sobre todo, establecer el “punto muerto” (las ventas necesarias para salir adelante).
El emprendedor tiene en la actualidad multitud de recursos online y acceso a entidades que le pueden asesorar en este aspecto, así que éste no suele ser el problema.

De esta forma, podemos establecer un plan de acción y de contingencias según el escenario que se vaya cumpliendo. Es como tener un plano de la situación que se va acercando a la realidad.
Esta tarea de realizar un plan de acción y de contingencias no se suele hacer porque el emprendedor quiere comenzar con el proyecto inmediatamente y únicamente considera un escenario positivo.

La no realización de este análisis suele conllevar un exceso de inversión inicial (ya que no se plantea un escalonamiento) y tensión de liquidez al no cumplirse las expectativas de ventas.
En caso que sí se haya realizado este plan de acción y de contingencias, tenemos que ser constantes y metódicos en la consecución de las estrategias. Todo negocio necesita de un proceso para establecerse.

Cuando no se conoce el sector y/o se ha tenido una experiencia como empleado, desconociendo la realidad empresarial, puede ocurrir que lo imagináramos mejor. Aquello de “ver más verde el césped del vecino”.
Por último, podemos encontrarnos una incapacidad en cuanto a la gestión. Se abarcarían todos los aspectos que envuelven una empresa: recursos humanos, tecnología, marketing y administración.

Cada vez existen más recursos online y seminarios específicos para formarnos en las áreas en las que tenemos carencias. También podemos delegar estas áreas en otras empresas o en personal adecuado.
Cuando se sale sin éxito de una solución intentada nos afecta emocionalmente. El miedo, la rabia o el dolor acaban asentándose en nuestro sistema cognitivo, afectándonos en el siguiente intento.

Un fracaso debería ser una oportunidad para analizar la situación, pero nos encontramos demasiado atrapados en su impacto negativo como para ver qué ha pasado. Solemos decir  “hay que intentarlo otra vez”, sin haber aprendido la lección.

Tendemos a tener una percepción negativa del fracaso, así que rehuimos las evaluaciones posteriores tan importantes a considerar en el próximo proyecto que vayamos a emprender.

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