Meidei,
meidei, meidei
A todos nos suena escuchar en las películas cuando un avión está
en peligro las palabras “meidei, meidei, meide”, que es
como se pronuncia “mayday, mayday, mayday”. Esta llamada de tres
palabras significa peligro inminente.
La palabra “mayday” fue ideada en 1923 y es la que se suele
utilizar cuando se comunica verbalmente por radio. Anteriormente,
cuando se utilizaban las transmisiones telegráficas en código morse
se ideó en 1906 la señal SOS.
Se eligió debido a que podía ser radiada fácilmente usando el
código morse, con una sucesión de tres pulsos cortos, tres largos y
otros tres cortos (… - - - …). En los Scout aprendimos las regla
memotécnica: Sardina, Oporto, Sardina.
Las silabas con la vocal “o” eran pulsos largos y las que no,
pulsos cortos. Así, el código morse lo aprendíamos así: Asno
(.-), Bonaparte (- …), Coca-Cola (- . - .), Danone (. - .), y así
sucesivamente.
El avance de la tecnología ha ido evolucionando la petición de
socorro. Así, todos conocemos que cuando vemos un accidente debemos
llamar al 112, que es el servicio que coordina las emergencias.
Los teléfonos nuevos nos han provisto de nuevas herramientas que
posibilitan una mayor seguridad de geolocalización y monitorización.
Así, Las aplicaciones de mensajería instantánea, WhatsApp y
Telegram, están muy extendidas y tienen la posibilidad de enviar
nuestra ubicación a distintas personas. Previamente, tenemos que
activar el GPS de nuestro teléfono.
Alpify Safe365 es una aplicación de localizador GPS gratuita
diseñada para mejorar la seguridad que incluye la monitorización.
Igualmente lo hace Wikiloc, pero tiene un coste de 5 euros anuales su
paquete de navegación y seguimiento en vivo.
Aplicaciones de geolocalización de personas |
En nuestra provincia de Huesca el tema de la seguridad en montaña es
muy importante debido al gran número de personas que vienen a
realizar actividades en la naturaleza.
De los 894 rescates efectuados en España en el año 2017, casi la
mitad fueron en Aragón, siendo un 96 por ciento en nuestra
provincia. El porcentaje nacional de fallecidos fue el 11,3 por
ciento, mientras que en Aragón no llegó al 5 por ciento.
Estos buenos datos nos hablan de la buena gestión de la prevención
y la actuación en los rescates de montaña, que es un aspecto muy
considerado por las personas que nos visitan.
Esta salvaguardia tiene largo recorrido en nuestra historia. Así,
Jaime I en el año 1250 ya concedió un privilegio de protección
especial a todos los peregrinos que fueran al Santuario de Santa
María de Salas en Huesca.
Este privilegio se fue extendiendo a todos los peregrinos del camino
de santiago que pasaba por Aragón, bautizado entonces como “Reino
de Cristo y Dote de María Santísima”. Las “especulas”,
medallas, eran el salvoconducto.
Especula de la Virgen del Pueyo |
(Ver más aplicaciones en la entrada Camino de las Especulas a Santiago de personas en el blog Caminos de Barbastro)
En aquella época los peregrinos iban en grupo cuando pasaban por la
montaña y los desfiladeros, lo mismo que hacían mis abuelos a
principios del siglo XX cuando iban andando a Francia por los puertos
de Benasque, Bielsa o Bujaruelo.
Lo hacían tanto por la peligrosidad de ser atacados para robarles
como por la dificultad de los pasos. Aún en la actualidad, los
caminos de la alta montaña siguen teniendo peligrosidad en algunas
épocas del año.
En nuestro recorrido anual por etapas del Camino de San Ramón, los
clubes de montaña de Barbastro y Ribagorza, hemos constatado esta
realidad. El año pasado tuvimos que arreglar un tramo de camino que
se había caído y este año no se podía pasar el barranco por donde
pasa la senda GR señalizada. Al hacer el tramo en grupo ha sido
posible hacer frente a los obstáculos y realizar la ruta.
Antes que el montañismo y el senderismo fueran una fuente de riqueza
en nuestra provincia lo fue la caza. Muchos fines de semana venían
de las comunidades vecinas, pero algunos perros se perdían mientras
estaban siguiendo una presa.
Los perros acababan con la almohadillas de los pies heridas y no
podían regresar. Acababan llegando a una torre o pueblo y los
vecinos llamaban al teléfono que ponía en la placa y guardaban el
perro hasta que volvieran los cazadores.
Hoy la mayoría de perros de caza llevan collares para rastrear su
posición por satélite o radio, de manera que se les localiza al
final de la jornada. En alguna ocasión, yendo de excursión algunos
perros me han seguido detrás, supongo que pensando que les llevaba
al grupo. Siguiendo con la tradición aragonesa de acogida, siempre
les he ofrecido una galleta.
Daniel
VALLÉS TURMO
Artículo publicado en Diario del Altoaragón el 18 de abril de 2018
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