martes, 8 de mayo de 2012

Acelerar Empresas


Continuamente se está hablando de la necesidad de reactivar la economía y la consiguiente creación de puestos de trabajo. Solemos escuchar cifras macroeconómicas sobre el crecimiento del Producto Interior Bruto y el impacto en el empleo.

También tenemos noticias sobre las necesidades que tienen cada sector en particular para reactivarse. Así, se proclaman tanto medidas para reactivar la demanda como para facilitar la inversión.

Tras estos indicadores macroeconómicos y sectoriales nos encontramos con empresas que tienen que desarrollar su labor en un mercado cada vez más globalizado y competitivo.

En este contexto se necesita disponer de empresas que tengan un tamaño suficiente para poder desenvolverse en todos los aspectos de la cadena de valor, desde el I+D a la comercialización.

La aceleración de empresas para que logren un mayor tamaño es una de las preocupaciones que tienen las administraciones públicas para apoyar a su tejido emprendedor y empresarial.

A través de instrumentos como son las agencias de desarrollo, los viveros de empresas y los parques tecnológicos se pretende facilitar a los emprendedores y a las empresas unas herramientas que posibiliten su crecimiento.

Vamos a analizar varios tipos de facilitadores que posibilitan esta aceleración de las empresas: la validación del modelo de negocio, el desarrollo del liderazgo estratégico, y la apertura a la financiación externa.

La validación del modelo de negocio es el análisis del valor añadido que se pretende desarrollar así como la capacidad del emprendedor y la empresa para poder conseguirlo positivamente.

Gran parte del fracaso empresarial se debe a una falta de análisis o una valoración excesivamente optimista tanto del negocio en sí, como de las capacidades para llevarlo a término.

Por mucha capacidad emprendedora que se tenga, si no hay un mercado suficiente tras nuestro proyecto, no es posible ni que tengamos éxito, ni que podamos desarrollar la empresa.

Para evitar un error de valoración subjetiva, es necesario que personas ajenas al proyecto y que no tengan  intereses en el mismo, nos puedan dar su valoración sobre el modelo de negocio.

Con un modelo de negocio adecuado, el siguiente facilitador es el desarrollo tanto del liderazgo de los emprendedores como el empresarial, entendido como capacidad de gestión estratégica.

Comenzar un proyecto empresarial y hacerlo crecer necesita de unas competencias de relaciones personales y gestión que se van aprendiendo conforme nos encontramos con las dificultades.

La facilitación de formación y actividades de networking para emprendedores ayuda a que se desarrollen estas habilidades y se puedan identificar aquellos emprendedores con capacidades suficientes para liderar proyectos complejos.

La capacitación y formación tanto a estos emprendedores como a su equipo directivo es la base para favorecer que sus empresas puedan estar preparadas para poder crecer con éxito.

Disponiendo de un modelo de negocio validado, emprendedores capacitados y empresas bien gestionadas, tenemos muchas posibilidades para tener éxito, pero todavía nos falta un tercer facilitador para su aceleración.

La apertura a disponer de capital externo en nuestra empresa es un potenciador para estar abierto a nuevas oportunidades y evitar el encerrarnos en nuestra propia dinámica empresarial.

Esta aceptación de capital externo nos obliga a testar nuestro modelo de negocio con otras personas y a sentirnos, posteriormente, evaluados  por lo que intentaremos dar el máximo de nosotros mismos.

De esta forma, estamos predispuestos al crecimiento de la empresa más allá de las necesidades personales de los emprendedores, distinguiendo entre ambos ámbitos, el personal y empresarial.

Estos facilitadores mencionados para acelerar empresas necesitan de una cultura social previa que refuerce los valores del emprendeurismo como elemento fundamental para su desarrollo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario