El pasado 27 de abril se celebró un acto en Zaragoza de la
conmemoración del 30 aniversario de los prestigiosos Premios ReyJaime I, contando con la presencia de los tres aragoneses que han
recibido dicho galardón.
Participantes en las mesas redondas |
Luis Oro, Investigación Básica 1999, y Oscar Landeta (CertestBiotec) y Alicia Asín (Libelium) ambos premiados en la categoría
Emprendedor en los año 2015 y 2017 respectivamente.
Los patrocinadores de la categoría Emprendedor son Mercadona junto a
EDEM Escuela de Empresarios y la Asociación Valenciana de Empresario
(AVE). Los próximos 4 y 5 de junio se celebrará la reunión de
jurados que tendrán que elegir a los ganadores de los Premios Rey
Jaime I 2018. Ojalá resulté ganador otro emprendedor de nuestra
región y, a ser posible, de nuestra provincia.
Las dos mesas del acto fueron extraordinarias por la propia presencia
de los que estaban en ella, hablando claro desde su realidad y con
ganas de seguir adelante con sus proyectos.
Para los ganadores el premio ha sido un gran revulsivo para continuar
haciendo crecer sus empresas. Actualmente ya no son únicamente
referentes en nuestra región, sino en España y el mundo.
Para los patrocinadores de esta categoría saber captar, retener e
impulsar el talento supone una responsabilidad que contribuye al
crecimiento de la sociedad y a su compromiso con el entorno.
El logotipo de los Premios Jaime I es una medalla de oro en el que
está la silueta del rey montado a caballo. Tiene el sobrenombre de
“El Conquistador” por la expansión territorial que realizó.
Logotipo Premios Rey Jaime I |
Tal vez, habría que actualizarlo a la idiosincrasia actual como “El
Emprendedor”, en referencia a la capacidad de iniciar “empresas”.
La primera acepción del diccionario es: “Acción ardua y
dificultosa que valerosamente se comienza”.
Jaime I tiene una alta valoración en la ciudad de Monzón, en cuyo
castillo estuvo bajo la tutela de los caballeros templarios tras la
muerte de sus padre Pedro II en la batalla de Muret (1213).
Orgullosos de este pasado mantienen fieles su memoria histórica.
Vale la pena dedicar uno o dos días a realizar la Ruta del Temple
que comienza en el castillo de Monzón y continúa por los castillos
de Lleida, Miravet, Tortosa y Peñíscola para reconocer lo que
supuso esa época de expansión de la Corona de Aragón.
Parte del recorrido se hace siguiendo el río Ebro hasta su
desembocadura en el mar. Por el mismo río que las navatas bajaron
los esbeltos pinos desde Pineta que sirvieron para construir los
navíos que utilizó Jaime I en sus conquistas.
Esa ruta comercial supuso el intercambio de otros productos hacia el
Altoaragón, siendo uno de los más significativos el vino del
Priorato y la Terra Alta de la provincia de Tarragona.
También vale la pena visitar las bodegas modernistas de Tarragona
que se han ganado el nombre de “Catedrales del Vino”. De esas
bodegas salieron miles de toneles que llegaron a la estación de tren
de Barbastro, como podemos ver en las fotos antiguas.
Junto a la estación estaba Vinos Montañés, que era uno de los que
más importaban vino para unos pueblos del Altoaragón que estaban
repletos todavía de gente que consumían vino.
El vino de Tarragona tiene una graduación de 12 grados, que como
tradicionalmente se dice, subía de grado en la montaña favoreciendo
su conservación a lo largo de año.
Cuando era niño recuerdo ir con la garrafa a comprar vino a granel a
Fábregas (en la Plaza de San Francisco), a La Costeana (en la calle
El Cascajo) y a Tío Paco (en la calle Monzón). Realmente, se
consumía mucho vino en las casas.
Todavía podemos comprar vino a granel de Tarragona en Vinos Murillo
(al comienzo de la Vía Taurina) pudiendo elegir entre clarete y
tinto. Cada vez que relleno la garrafa me siento un poco unido a mis
antepasados que lo consumieron durante cientos de años.
Garrafa con vino a granel del Priorato |
En la misma tienda podemos comprar buenos vinos del Somontano entre
las decenas de botellas que se exponen, entre ellas el Glárima de
Sommos que se sirvió en el CaixaForum de Zaragoza al finalizar el
acto de conmemoración.
Daniel
VALLÉS TURMO
Artículo publicado en el Diario del Altoaragón el 2 de mayo de 2018
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