A tan sólo unos meses del centenario del fallecimiento de Joaquín Costa, es dificil no pensar en su “escuela y despensa” al analizar cómo los habitantes de esta provincia de Huesca hemos ido generando valor en nuestra economía en los últimos 25 años.
Gracias a su impulso disponemos uno de los activos que más han ayudado a generar valor, el Canal de Aragón y Cataluña que fue inaugurado en 1906. Estos 100 años de existencia de esta infraestructura han modelado una dinámica economía en el sector sudeste de nuestra provincia.
Creando una red de creación de riqueza entorno al regadío que ha ido desarrollando “despensa” tanto en el sector frutícola como en el ganadero vacuno, sabiendo crear empresas y cooperativas capaces de adaptarse a las nuevas necesidades del mercado agroalimentario.
Está riqueza del agua llegó a los Somontanos y a los Monegros a partir de 1960 con la contrucción del Canal del Cinca. Uno de los frutos emblemáticos de este desarrollo agroalimentario es el de las Bodegas del Somontano con una gran expansión a partir de la década de 1990.
Los polos industriales tradicionales de nuestra provincia han sido uno de los más perjudicados a lo largo de estos últimos años. Tanto los más longevos, Sabiñanigo y Monzón, que surgieron a partir de las centrales eléctricas, como Barbastro y Huesca, que surgen de planes de desarrollo industrial.
Los cambios de los mercados y las deslocalizaciones han hecho que gran parte de este sector industrial, sobre todo en los sectores agroalimentario, químico y metalúrgico, se haya reducido de una forma dramática a partir de los año 90.
Sin embargo el sector servicios ha ido tomando fuerza, sobre todo entorno al turismo en la parte norte de nuestra provincia, superando las 50.000 plazas y una relevancia en nuestra economía superior al 15 por ciento. El desarrollo en este sector hotelero ha venido acompañado por importantes inversiones en la creación de infraestructuras culturales y de deportes de montaña, que ha posibilitado la creación de nuevas empresas que ofrecen una mayor oferta de servicios.
Acompañado al auge de este sector del ocio, ha venido el “boom” de la contrucción durante 15 años seguidos a partir de 1993, que han supuesto la construcción de miles de segundas residencias en la mayoría de los pueblos de montaña, al igual que el desarrollo urbanístico en el resto de la provincia.
En este mismo periodo de expansión económica, que ha supuesto un crecimiento de la población por la llegada de emigrantes, el comercio ha tenido grandes cambios entorno al desarrollo de las grandes superficies comerciales y la aparición de nuevos conceptos de distribución.
En la última década se ha producido el desarrollo de nuevas infraestructuras de telecomunicaciones (Internet y telefonía móvil) y comunicaciones (autovías, tren de alta velocidad y aeropuertos) que están haciendo que se modifiquen los modelos de negocios de todos lo sectores.
Respecto al desarrollo empresarial, el Gobierno de Aragón, ha ido creando diferentes infraestructuras y servicios de apoyo que posibilitan la creación de nuevas empresas entorno a las nuevas tecnologías, como es el caso del Parque Tecnológico Walqa y las plataformas logísticas. Al igual, ayuntamientos y las comarcas también han incentivado otras políticas de desarrrollo empresarial.
En medio de la incertidumbre de esta crisis económica tenemos razones para confiar en una nueva generación de emprendedores con mejor “escuela” capaces de buscar nuevos modelos de negocio para continuar creando valor.
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