martes, 9 de marzo de 2010

Internacionalización del I+D

El proceso de globalización de la economía que ha revolucionado el sector industrial en los distintos procesos de externalización de su cadena de valor, se está extendiendo rápidamente al área de la Innovación y Desarrollo (I+D).

Este proceso ya se estaba embrionando en los entornos académicos en las últimas dos décadas, en las que se ha multiplicado por tres la coautoría internacional de artículos cientificos, representando más del 22% en la actualidad.

De igual manera está ocurriendo, aunque más lentamente, en los otros eslabones de la cadena de valor del I+D, como son la solicitud de patentes y la colaboración de las empresas en el desarrollo de nuevos productos.

En el caso de la solicitud de patentes, esta necesidad de colaboración se afianza en causas económicas, debido al cada vez más elevado coste de lograr una patente debido tanto a la competencia como a las dificultades de investigación, así como a la velocidad de avance de la tecnología que hace que muchas patentes se queden obsoletas.

Así, poniendo como ejemplo el caso de España, se da la paradoja que habiéndose duplicado la inversión de I+D en los últimos años, sin embargo el registro de patentes en el mismo perido de tiempo se ha reducido en casi un 20%.

La internacionalización de la colaboración entre empresas para el desarrollo de productos, también es cada vez mayor, siendo la empresa Apple un claro ejemplo del éxito de este tipo de internacionalización tanto para el desarrollo de hardware como software.

A este nuevo paradigma de externalización internacional del I+D se le llama “Open Innovation”, Innovación Abierta, pudiéndose desarrollar con dos estrategias diferentes de desarrollo: la comunidad colaborativa o el mercado competitivo.

Las comunidades colaborativas se organizan de una manera “informal” fomentando el acceso abierto a la información, la transparencia, el desarrollo conjunto, así como la propiedad intelectual compartida, siendo el caso más ilustrativo el del desarrollo del sistema operativo Linux y el denominado software de código abierto.

Los mercados competitivos apuestan, en vez de la colaboración, por la competitividad entre distintos proveedores para que desarrollen productos o soluciones, como es el caso de los desarrolladores de software o productos multimedia para las distintas plataformas.

Cada una de estas estrategias de desarrollo tiene sus ventajas e inconvenientes e, incluso, pueden combinarse en distintos periodos de I+D, según sean las necesidades del mercado y la respuesta de la competencia.

Una de las implicaciones más importantes del paradigma de la Innovación Abierta es su repercusión en el concepto de producto, que pasa también a ser abierto, pasando a ser una “plataforma de producto” en la que se desarrollan productos.

Esta transformación del modelo de negocio supone unos cambios muy importantes en la estrategia empresarial que todavía se encuentra en un estado incipiente contando con la ejemplificación de grandes empresas.

Los estrategas empresariales diferencian entre una plataforma de integración y una plataforma de producto, según sea quien venda al cliente final. Así, en la plataforma de integración es el propietario de la plataforma quien vende, mientras que en la plataforma de producto es la empresa innovadora externa la que vende al cliente.

El ejemplo más conocido de plataforma de integración es la tienda de aplicaciones de Apple para IPhone y IPod, donde es Apple quien vende al cliente directamente tras haber homologado los productos externos.

Respecto a la plataforma de producto, otro ejemplo muy conocido es el de la empresa Gore-Tex (tejido impermeable al agua pero transpirable) que posibilita la tecnolología y la materia prima para que la empresa innovadora externa los incorpore a sus productos.

Indudablemente, estas estrategias de desarrollo externo de I+D y sus consiguientes nuevos modelos de negocio tienen que ir siendo asimiladas por la empresas más pequeñas, pero previamente son necesarios algunos cambios organizacionales.

Así, antes de empezar a colaborar con empresas externas, habrá que empezar a colaborar dentro de las propias empresas, posibilitando el libre acceso a la mayoría de la información de la empresa, facilitando un cultura organizacional más colaborativa.

Igualmente, también, antes de empezar a colaborar con otras empresas (muchas veces competidoras) un paso intermedio es hacerlo con la universidad y los centros de investigación, tanto con la contratación de becarios como con la externalización de procesos de I+D.

Para facilitar esta colaboración más necesaria entre la empresa y los centros de investigación, en Aragón, se acaba de presentar la plataforma Red Aragón 7PM para promover la participación en programas europeos de I+D.

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