miércoles, 3 de marzo de 2010

Liderazgo de Asia en I+D

Todos los análisis prevén que en esta década se siga produciendo un gran crecimiento de la economía Asiática y, consecuentemente, su Investigación y Desarrollo (I+D) también. Así, China acabará la década con unas inversiones similares a Europa y cercana a la de los Estados Unidos.

Este hecho viene dado por los años de crecimiento de sus economías muy superiores a los países denominados desarrollados. Así, tanto China como India han mantenido en el 2009 un crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB) superior al 7%, mientras la media de los paises desarrollados ha sido de un crecimiento negativo del -3%.

Además, en los próximos años se espera que este diferencial se siga consolidando, de forma que China vaya subiendo escalones en el ranking mundial de inversión en I+D pasando de un cuarto puesto en el 2009 a liderarlo en el 2022.

En este recorrido de ascensión, se espera que sobrepasará a Japón próximamente, en el 2011, y a Europa a finales de la década, en el 2018. Así, acabará el decenio en el segundo puesto, llegando al primer puesto en el 2022 tras superar a los Estados Unidos de Ámerica.

Si a China le añadimos el crecimiento de India y los países ya muy desarrollados de Japón y Corea del Sur, nos encontramos con un gran potencial del continente Asiático que, reforzado con su crecimiento demográfico, supondrá el 61% de la población mundial.

La importancia continental de Asía en I+D es ya una realidad con un cuota mundial del 35.5% sobrepasando a Europa, 24%, y acercándose rápidamente al continente Americano que ostenta el primer puesto con un 39.4%.

Pero, igualmente, este peso demográfico de Asia está plasmado en su comunidad científica que en el 2007 ya representaba el 41.4% mundial con 7,1 millones de investigadores, con sus consecuentes repercursiones en el avance científico y tecnológico.

Quizás sea ya el momento de ir despejando algunos prejuicios muy enraizados que tenemos sobre la economía China que hace tiempo que ya no son realidad, como el que “se dedican a copiar nuestros productos” y que “no respetan la propiedad intelectual”, que nos impiden analizar la realidad más objetivamente.

El primer prejuicio (“se dedican a copiar nuestros productos”), desgraciadamente, ya no tiene mucha vigencia porque han sido las empresas occidentales, a lo largo de más de 30 años, las que han ido deslocalizando su producción a China atraidos por la competitividad de sus costes, sin necesidad de que viniera nadie a copiarnos.

El segundo prejuicio (“no respetan la propiedad intelectual”), también degraciadamente, comienza a ser fácilmente rebatido por la intensidad con que China está patentando. Así, en el año 2007 se solicitaron 153.060 patentes.

Además, este incremento de patentes, va unido de un aumento de la calidad de las mismas. Podemos decir que China ya se dedica a la ciencia “en mayúsculas” desarrollando proyectos innovadores en la mayoría de las nuevas áreas de investigación, como son el ámbito aeroespacial, las energías renovables, la electrónica computacional, el desarrollo de nuevos materiales y la biotecnología.

Incluso, en algunos de estos nuevos ámbitos de innovación, ya encabeza el liderazgo mundial, como es el caso de los avances en la industria química y aeroturbinas. Liderando, igualmente, las publicaciones científicas y patentes en algunos ámbitos de importancia como es el caso del desarrollo de nuevos materiales.

Podíamos seguir poniendo muchos ejemplos para seguir rebatiendo estos prejuicios nombrados y todavía enraizados en nuestra sociedad. Añadiré únicamente dos ejemplos empresariales representativos.

El primer caso es el de Lenovo, empresa de origen chino fundada en 1984, que es uno de los mayores fabricantes de ordenadores. A todos nos sorprendió, ya en el 2005, cuando compró la división de ordenadores de IBM.

El segundo caso es el de Huawei Technologies, empresa de origen chino fundada en 1988, que es la segunda empresa mundial suministradora de tecnología de telefonía móvil a las principales operadoras de telecomunicaciones y que dispone de centros de investigación en todo el mundo, siendo la cuarta empresa en el ranking mundial que solicita más patentes actualmente.

Tal vez la magnitud de los números nos abrumen. Pero, este desarrollo espectacular de China se debe esencialmente a una política industrial de país que ha logrado combinar satisfactoriamente investigación de alto nivel y producción de bajo coste, dando lugar a una competitividad que parece dificilmente superable.

Aunque, detrás de esta fórmula mágica, pero no secreta, algunos analistas ven paradojas y tensiones internas del propio sistema que la irán haciendo menos eficiente. Al igual que la dificultad de mantener la preponderancia que está teniendo el ámbito público en el desarrollo del I+D con un 71% del total de la inversión.


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