“No
es un destino”
“La
tecnología no es un destino”, es la frase con la que Jason Furman,
presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca,
dice que con medidas políticas se puede mitigar su impacto.
Lo
dice ante una serie de informes que advierten de la perdida de empleo
en los sectores económicos donde la automatización y la
robotización tendrán un impacto significativo.
Los
seres humanos no somos muy buenos visionando el futuro y es muy
difícil ver el impacto que realmente tendrá el avance de la
tecnología en los próximos años, pero realmente es una tendencia
que hay que considerar seriamente.
Sin
embargo, sí somos muy buenos solucionando problemas y haciendo
planes de contingencias. Somos capaces de anticipar de “delante a
atrás” cómo hacer posible que algo no suceda.
Pero
para eso, es necesaria primero la determinación de querer afrontar
un problema con la fuerza que lo dice Jason Furman: “No es un
destino”. A partir de aquí, ya se puede realizar un plan de
contingencias.
Con
la experiencia positiva de estos planes, vamos obteniendo más
información para afrontar de forma proactiva soluciones hacia el
futuro, sin olvidar los propósitos primeros.
Es
una forma heurística de resolución de problemas. Es la misma que se
utiliza en la inteligencia artificial para que las máquinas
aprendan. La diferencia está en la explicitación de los objetivos.
Quizás
ahora tenemos una percepción de que no tenemos “estadistas” que
sean capaces de aportar soluciones. Pero esto no es así, porque
tenemos un sesgo en la interpretación de la historia.
Tendemos
a creer en un “pensamiento mágico” que resuelve las cosas, y no
existe. Sin embargo, en ocasiones, la historia se ha escrito y se nos
ha contado con ese paradigma.
Lo
mismo sucede en el ámbito empresarial, el pensar que el césped del
vecino está más verde que el nuestro. Y no es así, es un mecanismo
de la evolución para obligarnos a “ponernos las pilas”.
No
podemos estar continuamente “dudando de nosotros mismos”, porque
nos impide plantear y resolver los problemas y nos puede llevar a
situaciones enfermizas de “orgullos y envidias”.
Una
competitividad mal entendida nos lleva a buscar nuestra afirmación
por delante de afrontar los problemas, siendo un punto de partida muy
poco efectivo como ya hemos comentado.
Sin
embargo, el ser humano necesitamos contar con proyectos ilusionantes
compartidos hacia el futuro que posibiliten la dialéctica y la
cohesión de las sociedades.
Necesitamos
un destino, una Jerusalén o una Itaka que nos obliguen a salir de
nuestra zona de confort y afrontar el viaje tanto en lo personal como
en lo social, andando juntos, en “sínodo”.
Es
andando juntos como tenemos una misma perspectiva de futuro hacia
donde ir y es más fácil abordar las problemáticas del día a día
porque hay más elementos que nos unen que nos separan.
Nos
encanta andar juntos. Prueba de ello son la romerías festivas que se
hacen en los pueblos desde hace cientos de años. El año pasado tuve
la experiencia personal de revivirlo en una romería que renacimos
después de 120 años.
Los
clubes de montañeros de Barbastro y Graus, conmemorando el 900
aniversario del destierro de obispo San Ramón, hicimos el trayecto
entre Capella y Roda de Isábena con un gran apoyo local.
Este
año vamos a continuar “andando juntos” siguiendo el camino del
destierro de San Ramón, que coincide con el camino de Santiago. El 5
de marzo haremos la etapa de Roda de Isábena a Obarra.
En
próximos años, Dios mediante, continuaremos hasta Montanuy (2018),
Hospital de Vielha (2019), Vielha (2020), Les (2021), Saint Beat
(2022), Saint Bertrand (2023) y Saint Gaudens (2024).
De
esta manera queremos ir difundiendo y haciendo realidad el camino de
Santiago entre Barbastro y Saint Gaudens por la Ribagorza. En este
caso, llegar al final “si es un destino”.
Daniel
VALLÉS TURMO
Diciembre 2016
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